José María Cervilla.- Es muy nuestro llamar a un telefonillo, que pregunten “¿quién es?” y contestar con un “¡yo!”. Ese “yo” es muy característico, sabes quién está al otro lado y le dejas pasar porque es alguien que conoces, que confías en él. Al fin y al cabo no vas a dejar pasar a alguien que no conoces a tu casa, ¿no?
Pues en el mundo de la gestión (empresarial, pública, política…) pasa algo similar. Puedes llamar a una puerta y que te abran con un “yo” o tener que dar explicaciones y que te cierren como a un cartero comercial (pobrecillos). De esto dependen proyectos, contratos de trabajo, oportunidades de crecimiento… en definitiva, de llamar a la puerta y que te abran depende el desarrollo de tu familia.
Lo mismo pasa en El Puerto. Cuando Germán, nuestro Alcalde, llama a la puerta de otras administraciones no le hace falta dar explicaciones, le basta con decir “soy yo” y tiene acceso a las puertas que abren un futuro mejor para nuestra ciudad. Ha pasado, por ejemplo, con la estación de autobuses, para la que sólo tuvo que llamar a la puerta de la Junta de Andalucía y ponerse a trabajar muy duro. El resultado se ve (y se siente) en el entorno de la estación, y es que tenemos la obra en marcha con los operarios trabajando y el ruido de las máquinas.
Pero claro, es normal que la Junta de Andalucía tenga menos reparos en abrir la puerta a alguien que saben que es de la familia y tienen referencias de su solvencia en la gestión, es como cuando tu hermano llama al telefonillo. Cuestión distinta es cuando tienes que llamar al vecino de enfrente, cuando ya no estás en familia y no te conocen tanto y lo poco que le han contado no es bueno: cuando tienes que ir al Gobierno de España a pedir mejoras para El Puerto. A pesar de la enorme campaña de David de la Encina en su partido en contra de Germán (y por ende de El Puerto), Germán lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a llamar a la puerta y con un “soy yo” ha sido suficiente para ponerse a trabajar y traer una nueva Comisaría de Policía Nacional para El Puerto. A Germán lo han recibido, han trabajado con él y ha conseguido que salga a licitación la construcción de la Comisaría, una infraestructura muy necesaria para la ciudad, de manera que este Cuerpo tenga unas condiciones dignas para su trabajo y para atender a los ciudadanos.
Sin lugar a dudas ha sido la confianza y la solvencia en la gestión de Germán la que ha conseguido abrir la puerta de un Gobierno de España que no nos mira de frente a los portuenses, pero esta vez no ha tenido más remedio. Lejos quedan aquellas oscuras épocas en las que David de la Encina tenía complejo de cartero comercial y le negaban las puertas hasta las administraciones gobernadas por su partido, conocedores de la insolvencia y la incapacidad de un alcalde con minúsculas para una ciudad con mayúsculas. Qué suerte tenemos de haberle perdido de vista, qué suerte tenemos de tener a un líder como Germán para llamar a las puertas y qué conscientes tenemos que ser los portuenses.