Estamos ya en fechas navideñas, en ese Día universal del 25 de diciembre, fecha en que los cristianos celebramos el Nacimiento de Jesús.
Pero en general es tiempo de familia, fechas emotivas y de concordia en las que el cine desde casi sus inicios es una constante para muchos niños y padres que aprovechaban las Fiestas para ver hermosas películas, muchas de ellas cargadas de buenos mensajes.
Retomando esta tradición y con la idea de un cine entrañable, hoy comentaré algunas obras apropiadas para estas fechas. Películas ya clásicas y con buena onda, siempre recomendables.
Hablaré en primer lugar del filme: The Holiday (Vacaciones) (2006), de Nancy Mayers; luego: Feliz Navidad (Joyeux Noël) (2005), de Christian Carion; sigo con: Cuento de Navidad (1951), de Brian Desmond Hurst; después: De ilusión también se vive (1947), del director George Seaton; y finalizo esta entrega especial de Navidad con una obra grande de Ernst Lubitsch: El Bazar de las sorpresas (1940).
THE HOLIDAY (VACACIONES) (2006). Nancy Meyers, la directora de esta cinta, es la reina del cine acogedor, y esta comedia romántica ambientada en la Navidad podría ser su película más acogedora. Dos mujeres, una en Londres (Kate Winslet) y otra en Los Ángeles (Cameron Díaz), se enfrentan a desilusiones románticas de forma simultánea.
Amanda Woods (Diaz) es una joven que posee una próspera agencia de publicidad especializada en tráileres de películas, vive en el sur de California y acaba de romper con su novio (Edward Burns). Por su parte, Iris Simpkins (Winslet), redactora de la popular columna de bodas para el London Daily Telegraph, vive en una bonita casa de campo en Inglaterra y también tiene dificultades en sus relaciones con los hombres.
A través de internet llegan a un acuerdo para intercambiarse sus respectivas viviendas durante las Navidades. Esto les dará opción a conocer a otros hombres y probar fortuna en el amor.
Meyers confirma su buena mano gracias a una película escrita sobre asuntos intemporales como el dolor por el amor no correspondido, la dificultad para encontrar la ternura y la soledad de la soltería en momentos importantes de la vida.
Diálogos creíbles, gusto por la réplica afilada y una realización elegante, la directora norteamericana ambienta su historia en una época tan cinéfila como la Navidad. Fecha que a menudo da pie a películas sensibleras, pero que también envuelve historias interesantes y queridas, como esta que comento.
Un amor por el cine que profesa la autora. Aunque algunos la acusen de cursi, Meyers nunca tensa la cuerda más de lo debido. El filme tiene virtudes propias del mejor cine: humanidad, ternura, sonrisas, lágrimas, optimismo y unas magníficas interpretaciones.
FELIZ NAVIDAD (JOYEUX NOËL) (2005). Christian Carion dirige este bonito filme, proponiendo un mensaje de paz en unos tiempos caracterizados por la violación de los derechos humanos y la guerra.
Carion escribe un buen guion que combina varios relatos inspirados en hechos reales, que aportan humanidad, ternura y también humor. La dirección de Carion desarrolla un cuento de Navidad emotivo, algo almibarado, pero sincero y veraz.
La película está basada en un hecho sucedido en la Navidad de 1914 (abajo vemos una foto real), a principios de la I Guerra Mundial y en plena contienda. Soldados de diferentes frentes atrincherados, alemanes, franceses y escoceses, decidieron darse una tregua para celebrar la Nochebuena en un alto el fuego. Salieron de sus posiciones y se unieron amigablemente en una noche de tregua intercambiando fotos familiares y algún trago.
Pero el fuerte de esta película es el reparto plagado de estrellas que actúan coralmente; estrellas como Diane Kruger maravillosa como soprano en la trinchera; Benno Fürman, el valiente barítono; Daniel Brühl como teniente francés; Guillaume Canet como oficial; Gary Lewis, el sacerdote bueno; y más, todos en sintonía. Y, entre otras, el Himno de la Fraternidad.
Filme de gran éxito en Francia, compitió al Oscar por este país. Es una historia bonita, donde los personajes rebosan buenos sentimientos; pero no se olvida la angustia de la guerra y el miedo en las trincheras.
Hay crítica a los mandamases de la guerra, la política y la religión, todo muy bien reflejado en la película.
Y cómo no, al final de la confraternización las tropas son sancionadas por sus superiores. En castigo, los franceses son enviados a la batalla de Verdún, el sacerdote de vuelta al Reino Unido, etc. Pero los grandes ideales patrióticos —y religiosos— se diluyen ante el horror de la guerra y la esperanza de que resurja una nueva humanidad.
No hace falta decir que la I Guerra Mundial, como todas, se produjo por las ambiciones políticas y los intereses económicos, militares e industriales los bandos en pugna. Objetivos interesados. Pero las potencias en liza engañaron al pueblo diciendo que luchaban por la libertad o la legítima defensa.
Parece una peli utópica, aunque en el fondo no hay nada extraño en lo que sucede. Al contrario, entre personas que no tienen nada en contra, que no se odian, nada hay de particular en que se resistan a matarse y por tanto hagan lo más natural: celebrar la Navidad en unión fraterna.
Película que es un canto por la paz y la esperanza en un mundo mejor.
Película completa:
Más extenso en revista Encadenados.
CUENTO DE NAVIDAD (1951). Este filme de Brian Desmond Hurst sigue siendo la mejor adaptación del legendario cuento de Charles Dickens. Magnífica película que narra la víspera de Navidad del avaro Ebenezer Scrooge (Alastair Sim), que siente aversión por esta fiesta.
Scrooge está muy ocupado cobrando deudas en Nochebuena para molestarse en divertirse. Se burla de aquellos que ayudarían a los menos afortunados, rechaza la invitación a cenar de su amable sobrino y reprende a su propio empleado mal pagado, Bob, por pedirle el día 25 de asueto
Pero hete aquí que recibe en su casa la inesperada visita de un fantasma, su amigo Jacob Marley que le anuncia cuál será su futuro y le advierte de la visita de tres fantasmas más: el del Pasado, que le hará recordar con nostalgia su infancia y juventud; el del Presente, que le mostrará a su empleado Bob Cratchir, que aunque pobre, puede celebrar con alegría la Navidad; y el sombrío fantasma del Futuro, que le mostrará cómo acaban los tacaños como él.
Película que es un retrato preciso de la agonía de un alma miserable, con final reconfortante.
El filme refleja, no solo en los aspectos atormentados del personaje avaro, sino la creación fantasmagórica de una atmósfera oscura y fría. Contrasta con la exhibición de manifestaciones de amor y alegría, y cumple su cometido en esta moraleja dickensiana que envuelven un espectáculo navideño mordaz e inspirador a la vez.
La maravillosa ambientación recrea el Londres victoriano de manera realista. La puesta en escena cautiva, la música de Richard Addinsel no cansa y los efectos especiales están bien logrados; gran reparto con un enorme Alastair Sim, junto a Kathleen Harriso, Mervyn Jonhs, Hermione Baddeley o Michael Hordern.
Concluye con el viejo Scrooge reconvertido a la generosidad, pidiendo perdón e incluso ¡bailando!
Muy recomendable, un canto a la vida, a vivir y a disfrutar de la Vida.
Película completa en español (recomendable):
DE ILUSIÓN TAMBIÉN SE VIVE (1947). Durante un desfile navideño organizado por los grandes almacenes Macy de Nueva York, el hombre que encarna a Santa Claus es sustituido porque ha bebido más de la cuenta. Un anciano llamado Kris Kringle es contratado para el trabajo. Todo se complica cuando asegura que es el auténtico Santa Claus.
Película fresca y reconfortante. Algún crítico ha bromeado con la idea de llevar al anciano ante el Tribunal Supremo para que decida si es o no quien dice ser y si realmente existe Santa Claus, para que se confirme que se confirme si este anciano es el verdadero Papá Noel. No estaría mal, sobre todo para alegrar los corazones de los personajes de la historia, del joven matrimonio y sobre todo para despejar las dudas de una niña.
Edmund Gwenn interpreta a Kris Kringle con una benevolencia tan natural y cálida que emociona. Su franqueza con el Sr. Macy, un magnate asombroso; su encanto con la pequeña Sue y su actitud genuina de generosidad, todo resulta positivo y cariñoso.
Hay que ver a la pequeña Natalie Wood como la niña que ha sido entrenada para olfatear a Santa Claus y Gene Lockhart como el juez avergonzado. Porter Hall es una maraña de malicia como el psiquiatra de las grandes empresas; sin olvidar a una Maureen O'Hara que luce su gran belleza en una estupenda interpretación y a un eficiente John Payne; y al menos una docena de personas más en encantadores pequeños papeles.
No olvidemos que el filme obtuvo en su momento 3 Oscar: Mejor actor de reparto (Gwenn), guión (George Seaton) e historia (Valentine Davies).
Historia inteligente y original, que sigue resultando amorosa y encantadora todo el metraje.
Película completa (español):
EL BAZAR DE LAS SORPRESAS (1940). Jimmy Stewart y Margaret Sullavan son dos empleados en una tienda de artículos de piel en Budapest. No se aguantan entre ambos, aunque secretamente están enamorados sin saberlo. Una maravillosa comedia romántica de Ernst Lubitsch que se desarrolla en las fiestas navideñas.
Hugo Matuschek, el jefe de la afamada tienda entra cada mañana al establecimiento, y desconfía de un tímido empleado llamado Alfred Kralik (James Stewart), pues cree que se la pega con su esposa. Lo despide pero cuando se da cuenta de su error, lo nombra jefe de ventas y acaba por despedir al culpable, un presuntuoso empleado.
Alfred mantiene un romance anónimo por carta, a través de un periódico. Y resulta que el jefe decide contratar a Klara Novak, contra de la opinión de Alfred. En el trabajo, Alfred discute constantemente con ella, sin sospechar —ni él ni ella— que es la mujer a quien escribe cada día.
Alfred prepara su primer encuentro con su misteriosa amante y se encuentra con una anodina compañera de trabajo (Margaret Sullavan) que resulta ser su idealizada dama.
Lubitsch, fundador de la llamada «comedia refinada», hace una dirección exquisita de esta comedia encantadora. Tiene un guión maravilloso de Samson Raphaelson, adaptación de la obra teatral Parfumerie, de Miklós László.
En el reparto de lujo destacan un jovencísimo James Stewart, con su amada en secreto Margaret Sullavan; les secundan geniales artistas como Frank Morgan, Joseph Schidkraut o Felix Bressart.
Tiene este film, como casi todos los del maestro Lubitsch, un abordaje irónico especial al que se denominó el «toque Lubitsch», que servía para saltarse la censura y para complicar la trama y hacer ambiguas las situaciones con un fondo político o sexual.
El acierto principal de esta obra está en que todos los enredos sirven como exhibición de progresión dramática, y que las complicaciones dan cada vez nuevos matices a la historia.
Más extenso en revista Encadenados.