David Calleja (Tribuna libre).- Hoy celebramos la festividad del Corpus Christi. En condiciones normales sería un gran día de celebraciones externas pero, de igual manera que ocurriera con la Semana Santa, los cristianos la viviremos de forma interior.
Poco a poco se van sucediendo las fiestas y seguimos adaptándolas a la situación que nos ha tocado vivir, aplazando esas manifestaciones exteriores que, sin duda, realzan cada una de ellas y que trato de potenciar en beneficio de la fiesta en sí, siempre desde el respeto y el fervor que las caracteriza, teniendo en cuenta también que resultan un reclamo para la hostelería y dan un mayor esplendor a nuestro centro.
Es curioso que, independientemente de las creencias y de los gustos personales, el Corpus Crhisti se celebra en cada Ayuntamiento gobierne quien gobierne, lo cual hace pensar que las personas que no la entienden ni respetan no tendrían capacidad para gestionarla. Porque las fiestas se basan en unas tradiciones, arraigos y costumbres que deben permanecer por encima de ideologías y cuando se demuestra apatía o falta de interés por ellas tales sentimientos revierten en apatía y falta de interés por la ciudad y sus costumbres.
Quizás por ello los portuenses que entienden la celebración del Corpus gustan de ella y la esperan con cariño, comprendiendo lo que es trabajar a su favor como ciudadanos, pues parte de esa decoración efímera que montamos en las calles se debe al esfuerzo, cariño y dedicación de muchas personas. Antes de tener el cargo que ocupo yo era uno de esos portuenses que abanderó las decoraciones efímeras, siendo el asesor artístico de los dos primeros y únicos altares que se montaban en nuestra ciudad, el de la Hermandad de los Afligidos, en la fachada de nuestro actual edificio consistorial, y el de la Hermandad del Dolor y Sacrificio, en la casa de los Govantes, convirtiéndose así en una tradición en la ciudad el erigirlos en otros numerosos puntos, además de ocuparme del exorno del triduo eucarístico, habiendo tenido el honor durante muchos años de decorar el paso de la Custodia, diseñar sus faldones, insignias, ropajes de acólitos, etc....
Ocho años ganando el primer premio en el concurso de fachadas en la ciudad de Sevilla y muchas colaboraciones en diferentes puntos de nuestra geografía vienen a demostrar mi cariño y dedicación al Corpus, cariño y dedicación que he profesado siempre, como ciudadano y amante de esta celebración, antes de ser teniente de alcalde delegado del área de Fiestas.
Es todo ese bagaje el que ahora puedo fomentar desde mi responsabilidad municipal, como ya comenzara el pasado año, exornando por primera vez el interior de la Plaza Peral y continuando con mi asesoramiento a muchos de los diferentes altares que se montan. Tendremos que esperar para ver el majestuoso altar que realizaremos en el Ayuntamiento, que superará los 7 metros de altura, y la ampliación de las decoraciones en Plaza de España y Plaza Peral, pues sigo creando, soñando y trabajando para engrandecer todas y cada una de las fiestas con el mismo cariño e intensidad.
Hoy celebraremos el día del Corpus Christi soñando con un nuevo año donde poder dar gracias a Dios exornando nuestra hermosa ciudad con la categoría que se merece cuando Dios Sacramentado vuelva a bendecir nuestras calles...
Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar.