“Burbujitas…”.

“Burbujitas…”.

Sofía González (Tribuna libre).- Hay momentos y situaciones en la vida en las que nuestro envoltorio se vuelve translúcido y se nos transparenta el alma.

Dejamos de ser piel, músculos y huesos para convertirnos en uno de esos plásticos con burbujitas que se adhieren  a los objetos frágiles para que no se rompan.

Lo malo es que esas pompitas, en realidad no protegen lo que envuelven, porque están rellenas de aire, y a todos nos gusta entretenernos en vaciarlas.

Aunque, a poco que nos fijásemos, podríamos darnos cuenta de que simplemente están intentando cumplir con su función… proteger un alma que intenta no perderse en los acantilados de la pena y disfrutar de las altas cumbres que hay que subir para pararse arriba, allí donde dejamos las nubes bajo nosotros , esas nubes que tapan los barrancos oscuros, para dejarnos ver el cielo azul que nos hace  coger aire , llenar los pulmones  y estallar en una carcajada.

Seguramente, sólo es cuestión de observar, no es tan difícil darse cuenta de cuando hay que dejar  de vaciar esas pompitas.

Esas pompitas que precisamente protegen las personas a las que realmente les importa cómo está ese alma que se transparenta, y las llenan de aire nuevo, para que cada vez que alguien se entretiene en vaciarlas, vuelvan a proteger el frágil objeto que anda perdido dentro de ellas, dando golpecitos de un lado a otro sabiendo que  algún día ese envoltorio desaparecerá para dar  paso de nuevo a los huesos, los músculos y la piel , mucho más curtida que antes , como una coraza dura y firme…

Una coraza que volverá a quebrarse cuando esta vida caprichosa decida que es el momento de mudar el envoltorio otra vez.

 Y nos sacuda tan duro que nuestra piel no tenga más remedio que volver a ser transparente…

Pero sólo es cuestión de sacar el plástico de burbujitas de nuevo…

“Cachitos” por Sofía González, autora de la novela “Si a vuestra voluntad yo soy de cera”.