“Nuestra harina El Vaporcito siempre apoya la cultura, el deporte y el arte”.

En esta entrega he querido recoger películas poco conocidas pero que reflejan en plan crítico, cómo funciona en ocasiones la policía y la justicia en India, ante delitos y dilemas sangrantes.

Películas como: Secretos de un crimen (2024), de S. Suri; Kaathal - The Core (2023), de J. Baby; Vikram Vedha (2022), de Pushkar y Gayatri; Solitaria es la noche (2020), de H. Trehan; y Article 15 (2019), A. Sinha.

SECRETOS DE UN CRIMEN (2024). El 16 de diciembre de 2012, en un barrio de Delhi, seis hombres torturaron y violaron a Jyoti Singh Pandey de 23 años. De resultas de ello la joven murió y el caso saltó a las noticias de todo el mundo provocando protestas muy fuertes, particularmente en India.

Transcurrido un tiempo, la cineasta Shandya Suri encontró una fotografía de las manifestaciones en la que una mujer policía se enfrentaba a los ciudadanos de la calle, y esa fue la clave de su historia.

La película

Santosh (Goswami) es una joven viuda de un policía muerto en estado de servicio. Merced a un decreto gubernamental ("nombramiento por compasión"), la joven puede heredar el trabajo de su marido como agente de policía en una zona rural del norte de India.

Pero la cosa se torna turbia e intensa cuando una niña de casta inferior aparece violada y asesinada. Santosh se ve arrastrada a la investigación, bajo el ala de la carismática inspectora feminista Sharma (Rajwar), una mujer tan dura como arbitraria. Pero ese asesinato tiene otras insospechadas derivaciones.

Santosh se incorpora a la policía local, donde la investigación por el asesinato de una muchacha se convierte en un curso intensivo sobre la verdadera ley y sobre el significado de hacer justicia en un país machista y de castas. Es en este encuadre de sutiles maquinaciones, de flagrantes injusticias, donde la película cobra forma, progresa y mantiene la tensión.

La dirección y guion de la directora y documentalista británico-india Sadhya Suri, hace con este debut en el largometraje un cine duro, arriesgado (no se estrenará en India) que hace reflexionar con el mensaje y con una historia cautivadora. No te dice qué cosa pensar en forma directiva, sino qué pensar, después de ver los hechos.

Personajes y temas complejos

En las tierras inútiles y yermas donde se ambienta la historia, lo primordial es la supervivencia, alimentada por una diversidad de ingenios moralmente ambiguos y farragosos. Lejos de la mirada occidental y la lente académica, estos males adquieren aquí nuevos ángulos y caras.

La propia protagonista, Santosh-Goswami, no está exenta de experimentar estos males en su primera experiencia en un puesto peliagudo de policías. Ella no es una heroína glamurosa, es una mujer común que va a ir reconociendo los males cotidianos de la vida y de su país.

En esta cinta Goswami expresa el temor y la desazón de cuanto vive. Es ella, prácticamente, quien lleva la película, con una naturalidad inquieta, como si fuera algo sencillo, que en absoluto lo es.

Las injusticias son diversas: los oficiales que se ríen de un hombre analfabeto, los médicos se niegan a tocar el cadáver de una niña dalit (casta inferior), hay insultos a un niño musulmán; Santosh registra, procesa e internaliza con dolor su entorno.

Cree tener una aliada en la oficial superior Sharma (Rajwar), quien tiene sus propios métodos para mantener el statu quo. "Hay dos tipos de intocables en este país", le dice Sharma: "Aquellos a quienes nadie quiere tocar y aquellos a quienes no se puede tocar".

Por cerrar

En esta obra no hay héroes y sí una policía indolente o, en el peor de los casos, corrupta. Porque la muchacha violada y asesinada es de "casta inferior", un caso que no parece importar a la policía.

Cuando se descubre el cuerpo, la policía será objeto de cierto escrutinio por lo que no hicieron y el daño que le infligieron a la familia. Ahí entra Geeta Sharma, la veterana investigadora. Pero eso no significa que busque la verdad.

A medida que avanza el metraje vemos que no se trata tanto de resolver el crimen como de silenciarlo todo. Hay un joven presuntamente culpable y sobre él cae toda la basura policial y social. Hay que encontrar un chivo expiatorio para preservar a las castas altas.

Muestra de la terrible facilidad con la que la brutalidad y la tortura se convierten en medios "justificables" para cerrar casos que no interesan. No hay justicia, sino cierre.

La película, que filma casi todo desde la perspectiva de Santosh. No ofrecer respuestas claras ni concisas. Es lóbrega, mucho. Película increíblemente efectiva que culmina con un plano final de los que no se pueden olvidar.

Revista Encadenados

 

KAATHAL - THE CORE (2023). Dirigida por Jeo Baby, es una obra profundamente emotiva y valerosa que aborda uno de los temas más tabúes en el cine indio: la homosexualidad dentro del matrimonio.

Protagonizada por Mammootty y Jyothika, la película se aleja del melodrama convencional para ofrecer una narrativa íntima, silenciosa y cargada de significado.

Matthew Devassy (Mammootty) es un hombre de mediana edad, respetado en su comunidad, que vive con su esposa Omana (Jyothika) y su hija adolescente.

Cuando Matthew decide postularse como candidato en las elecciones locales, Omana presenta una demanda de divorcio alegando que su esposo ha ocultado su orientación homosexual durante décadas. Esto desencadena tensiones familiares, sociales, políticas y enfrenta a los personajes con verdades incómodas.

En el trabajo actoral destacan Mammootty, que ofrece una interpretación intensa y contenida, transmitiendo dolor, dignidad y conflicto interno con gestos mínimos y silencios elocuentes. Jyothika brilla como Omana, una mujer que ha vivido en la sombra de una mentira y que finalmente decide reclamar su verdad.

En la dirección Jeo Baby mantiene su estilo sobrio y abstraído, que evita el sensacionalismo y se coloca al lado de la empatía. El guion evita etiquetas y está más centrado en la compasión, el amor y la reconciliación en medio del dolor.

La fotografía de Salu K. Thomas utiliza encuadres cerrados y tonos apagados para reflejar la represión emocional.

La película explora la identidad sexual reprimida, la presión social, la imagen pública, y la búsqueda de aceptación. No hay villanos manifiestos, todos son víctimas de un sistema que castiga la diferencia.

Película que conmueve. Su fuerza reside en lo que no se dice, en los silencios que revelan más que los diálogos. Es una obra que desafía prejuicios y abre espacio para conversaciones en una sociedad que aún lucha por aceptar la diversidad.

 

VIKRAM VEDHA (2022). Thriller de acción dirigido por Pushkar y Gayatri, protagonizado por Hrithik Roshan como el gánster Vedha y Saif Ali Khan como el policía Vikram. Explora la delgada línea entre el bien y el mal a través de un relato cargado de dilemas morales y giros insospechados.

La historia se basa en la fábula india de Vikram y Betaal, donde Vedha, en lugar de huir, se entrega voluntariamente y comienza a contarle historias a Vikram, que lo obliga a cuestionar sus propias creencias. Juega con dos líneas temporales (pasado y presente), y cada historia contada por Vedha revela capas ocultas de corrupción, traición y equívoco moral.

En el reparto Hrithik Roshan deslumbra con una interpretación carismática y feroz, su Vedha es impredecible, filosófico y magnético. Saif Ali Khan hace un trabajo sólido como Vikram, un personaje menos complejo. La película incluye tres canciones, siendo “Alcoholia” la más destacada.

Pushkar y Gayatri logran una obra fiel y con propio estilo, con una estética colorida y coreografías de acción llamativas. La violencia es explícita y bien ejecutada, con escenas como la emboscada en el callejón y el clímax final, visualmente muy intensas.

El guion plantea preguntas sobre la moralidad, la justicia y la ambigüedad ética, mostrando que no todo es blanco o negro. El mensaje central es: “Entre el bien y el mal, lo que eliges te define”, que se refuerza con cada historia que Vedha cuenta.

 

SOLITARIA ES LA NOCHE (2020). Comienza con el asesinato de un poderoso político durante su noche de bodas. El caso recae en Jatil Yadav (Siddiqui), un inspector de policía solitario, meticuloso y con un pasado complejo.

Se enfrenta a una familia cerrada, llena de secretos, tensiones y relaciones turbias. La principal sospechosa es Radha (Apte), la joven esposa del difunto, con una historia personal marcada por el abuso y la marginación.

En el reparto sobresalen Nawazuddin Siddiqui como el inspector Jatil, mezcla de vulnerabilidad y determinación; su interpretación es el eje de la película. Radhika Apte está igualmente bien, en un rol ambiguo que mantiene al espectador en constante duda sobre sus intenciones.

Honey Trehan, en su debut como director, crea una atmósfera opresiva, con influencias del noir. La fotografía de Pankaj Kumar es un punto fuerte: sombras densas, encuadres cerrados y una paleta de colores apagada que realza el tono sombrío. El entorno recrea la decadencia de una mansión india, símbolo de poder y corrupción.

La banda sonora de Sneha Khanwalkar es música experimental, con canciones que suenan en momentos clave. Tiene un tempo lento y pausado, que ayuda a caracterizar a los personajes. El guion de Smita Singh habla de la moral y el poder.

El filme, amén de thriller aborda la violencia patriarcal, la corrupción institucional, y la lucha de clases. Radha representa a las mujeres atrapadas en sistemas familiares asfixiantes, mientras que Jatil encarna la lucha por la justicia en un entorno corrupto.

 

ARTICLE 15 (2019). Dirigida por Anubhav Sinha, es una de las películas más impactantes del cine indio contemporáneo. Inspirada en hechos reales, como la violación grupal de Badaun en 2014, esta obra denuncia de forma cruda y directa las injusticias del sistema de castas en la India rural.

El protagonista, Ayaan Ranjan (Ayushmann Khurrana), es un joven oficial de policía recién asignado a un pueblo donde descubre el brutal asesinato de dos niñas dalit y la desaparición de una tercera. Investigación y confrontación con un sistema profundamente corrupto y discriminatorio.

Como actores destacan Ayushmann Khurrana que encarna a un hombre que pasa de la indiferencia a la indignación moral. Mohammed Zeeshan Ayyub, aunque aparece brevemente, deja huella con su discurso sobre la dignidad y la lucha social. Manoj Pahwa y Kumud Mishra aportan matices al retrato de una policía dividida entre la tradición y la justicia.

Sinha construye una atmósfera gris y tensa, con una fotografía de Ewan Mulligan en tonos ocres. Las imágenes son provocadoras: cuerpos colgados de árboles, hombres saliendo de alcantarillas, y estremecedoras escenas de abuso institucional.

Basada en el Artículo 15 de la Constitución india, que prohíbe la discriminación por casta, religión, sexo o lugar de nacimiento, la película denuncia cómo estas prácticas siguen vigentes en las zonas rurales.

Una llamada de atención, denuncia social y el espejo incómodo de una realidad que muchos prefieren ignorar. Cinta imprescindible para quienes buscan un cine indio con conciencia.