La reconocida artista Nuria Barrera será la cartelista oficial de la Fiesta de la Patrona 2025, que se celebrará el próximo 8 de septiembre en honor a Nuestra Señora de los Milagros, según ha anunciado el Ayuntamiento de El Puerto de Santa María en coordinación con la Archicofradía y Esclavitud de la Virgen.
El cartel será presentado a finales de agosto y, según la línea marcada por la Concejalía de Fiestas, reflejará la visión de la Virgen desde los hogares, desde la mirada íntima de los fieles que la sienten presente todo el año, más allá del día grande. La obra busca capturar esa devoción constante y cotidiana, que se transmite de generación en generación y que forma parte esencial del sentimiento religioso portuense.
Nuria Barrera, natural de Carmona y residente en Sevilla, cuenta con una extensa trayectoria en el mundo del arte sacro, habiendo firmado más de un centenar de carteles para celebraciones como coronaciones canónicas, aniversarios, romerías o fiestas religiosas en toda Andalucía. Es licenciada en Conservación y Restauración de Obras de Arte por la Universidad de Sevilla y es conocida por su dominio de la luz y el uso distintivo del color azul, elementos que han convertido su estilo en uno de los más reconocibles del panorama pictórico andaluz.
La autora ha declarado sentirse profundamente emocionada con este encargo: “Siento muy de cerca esos días de septiembre en los que celebramos la Natividad de la Virgen. A través de mi obra quiero acercar a los portuenses a esos momentos en los que rezamos a María cada tarde de Octava”.
Como es habitual en los encargos promovidos desde el área de Fiestas, el Ayuntamiento trasladó a la autora una idea central para el desarrollo de la obra: mostrar a la Virgen como presencia constante en los hogares portuenses, una devoción que late en lo íntimo, en lo cotidiano. Según palabras institucionales, se trata de “una artista ideal para reflejar el fervor con el que El Puerto vive a su Patrona cada año”.
Tanto el Ayuntamiento como la Hermandad confían en que el cartel de 2025 trascienda su función anunciadora y se convierta en una auténtica obra de arte, capaz de conectar con la fe popular y quedar grabada en la memoria colectiva de la ciudad.