El alcalde de El Puerto, Germán Beardo, junto al concejal de la Plaza de Toros, Carmelo Navarro, el equipo de Gobierno y la Corporación Municipal, inauguró este viernes la “Plazuela Gregorio Cruz Vélez”. Un acto emotivo, en el que el banderillero estuvo acompañado por su familia, tanto la de sangre como la forjada en el mundo del toro.

Germán Beardo destacó que es un orgullo para la ciudad rendir este merecido homenaje a una figura legendaria de la tauromaquia portuense. “Un torero de plata, con trayectoria de oro”, señaló, poniendo en valor la profesionalidad y dedicación de Gregorio Cruz Vélez.

Este tributo se ubica estratégicamente cerca de la centenaria Plaza de Toros, junto a la Avenida de Los Toreros y la calle de Los Espadas, inmortalizando el nombre de Cruz Vélez junto a otras figuras históricas del toreo portuense como Manuel Hermosilla, Luis Mazzantini o el Niño del Matadero.En un acto sencillo, quedó patente el cariño que Cruz Vélez despierta entre compañeros, aficionados, peñas y vecinos, quienes lo arroparon en este día tan especial. A pesar de ser un hombre de pocas palabras, su discurso estuvo cargado de la misma precisión que siempre caracterizó su arte con las banderillas.

El próximo 24 de febrero cumplirá 70 años y El Puerto quiso anticipar este homenaje a quien ha dejado una huella imborrable y es un referente para las nuevas generaciones taurinas.

Trayectoria de un grande del toreo

Nacido el 24 de febrero de 1954, Gregorio Cruz Vélez dio sus primeros pasos en la tauromaquia como alumno de la escuela taurina "Pedrucho", en Barcelona. Su carrera lo llevó a destacar en distintas facetas del toreo, desde novillero hasta banderillero, rol en el que debutó en 1979.A lo largo de su trayectoria, formó parte de las cuadrillas de grandes figuras como Emilio Oliva, Paco Ojeda, José María Manzanares, Emilio Muñoz, Finito de Córdoba, Alfonso Romero, Iván Vicente y Francisco Rivera “Paquirri”. Fue precisamente con este último con quien vivió el trágico 26 de septiembre de 1984 en Pozoblanco.Reconocido por su destreza con el capote y las banderillas, Cruz Vélez brilló en plazas emblemáticas como las de Madrid, Sevilla, Zaragoza, Pamplona y en Francia. Su excepcional actuación en la feria de San Isidro de 2003 marcó el final de su carrera, afectado por problemas cervicales.La inauguración de la Plazuela Gregorio Cruz Vélez simboliza el legado de un hombre que dedicó su vida al arte taurino y que sigue siendo un ejemplo de vocación, esfuerzo y profesionalidad. Su impacto trasciende generaciones, consolidándolo como un referente indiscutible en la tauromaquia y un orgullo para El Puerto de Santa María.