El triste mes de los difuntos va llegando a su fin, y la navidad comienza a asomar a por las puertas de diciembre, un año más, los agoreros comenzarán con ese hipócrita mensaje de todos los años, si bien, las fiestas más tristes, esperadas, ilusionantes y divertidas, pasarán como cada año.

Para cada cual será distinta, no siendo para nada distinto ese falso amor fraternal que mucha gente rebosa en esos escasos días del año, convirtiéndose por algunos momentos en personas afables y cordiales, empáticas y desprendidas, vistiendo un traje que les queda grande, y del que se desprende con la misma facilidad que desmontan el Belén.

Dará comienzo el mes más inocente y falso del año, el mes donde disfrutaremos de rostros sonrientes, ilusionados, cándidos, caras embobadas mirando al cielo, absorbidos por las luces y desprendiendo felicidad. También disfrutaremos de esos falsos sentimientos de caridad tacaña y publica, de los sermones santurrones de quienes aprovechan las fiestas para hacer lo que hacen el resto del año, criticar y tirar por tierra, pero ahora disfrazándose de sensatez ridícula y casposa.

Empieza en breve el espectáculo, un espectáculo del que todos disfrutaremos, y empezará también el recuerdo, ese recuerdo jamás abandonado, pero que en estos días cobra especial fuerza, pues reunida la familia, siempre falta alguien.

Comienza el mes más alegre y triste del año, para unos triste, muy triste, tanto, que estarna deseando que pase cuanto antes, mas, sin embargo, existiendo pequeños por medio, harán de tripas corazón, con tal de mantener inalterable la inocencia. Un mes, sobre todo, difícil, y en el que algunos no sabrán si llegaran a final de mes, o si simplemente llegaran, pues los males y las carencias apenas conocen de fiestas y estaciones. Y a pesar de todo, a pesar de esas luces, esas sombras, esa hipocresía, esa inocencia, ese lamento y esa alegría, imparable, siempre llega, y se marcha.

Cada cual, cada situación, cada persona, personal e intransferible, será poseída por un sentimiento, un sentimiento que le hará pasar el mes de su particular manera, así que, que más queda, que más nos queda que recibir diciembre con sus luces y sus sombras, pero siempre, siempre, siempre, sin olvidarnos de que nuestros sentimientos son solo eso, nuestros sentimientos, y no tenemos derecho a robarle a nadie los suyos, y muchísimo menos a quienes aun tienen intacta su inocencia, su inocencia, que por suerte, salvo extrañas ocasiones, solo está llena de luces, bonitas luces de colores que les ilusionan.