La zona de donde provengo es también muy María, por esta razón no me siento extraño ni sorprendido en estos días. Este año lo he vivido de forma diferente. La reciente restauración y su llegada me han parecido muy acertadas. En lugar de recibir la imagen en privado, la decisión tomada de dejarla en otro lugar para trasladarla hasta le Basílica Menor me ha parecido digno y hermoso.

No tenía mucha información del recorrido, ni de los horarios, pero como siempre, mi amigo el bigotes disponía de la información necesaria para poder verla en varios puntos del recorrido. Todos me parecieron excelentes, por lo que no quiero destacar o mencionar ninguno. Pero todo el trayecto, en las partes en los que lo presencié, estaban cargados de emotividad y respeto.



Supongo que no todos los portuenses serán creyentes, ni tienen porqué serlo, pero el cortejo estuvo en todo momento arropado por muchas personas, por lo que gran parte de la población vivió el momento.

Desconozco el motivo de la restauración, la necesidad de realizar la misma, y por supuesto no conozco su coste, pero viendo algunas críticas de amigos, el manifestar malestar por los gastos,  no creo que deba ser motivo de debate. Me sorprende por ello cuando algunas personas critican estas manifestaciones públicas de fe, cuando ese dinero debería emplearse en obras de caridad, pero para todo hay un momento. Todo tiene espacio y cabida. Por mi parte considero que las obras de caridad deben hacerse, no pedirse, cualquier persona debe preocuparse de hacer las suyas, o colaborar en obras más grandes, pero exigir y criticar demuestra sobre todo desconocimiento de una realidad.

Me consta la labor social de las iglesias, en España, sobre todo de la confesión mayoritaria, y de la que no hace publicidad, criticarla por honrar de esta forma a la Patrona no me parece lo más correcto.

Este año, especialmente, es para felicitar a quienes han organizado este extraño y raro traslado, que supongo que no volveré a presenciar en los años que me puedan quedar de vida. Cada cual es libre de opinar, y mi opinión se reduce a un aplauso y felicitación, sobre todo porque en los escasos años que he tenido el privilegio de ver esa imagen, en esta ocasión ha sido cuando más cercana la he tenido.