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Actualmente han ido apareciendo algunos westerns con una carga melancólica importante, que alzapriman el perdón, la pérdida o la añoranza.

A este tipo de películas me refiero hoy con títulos como el estreno, Hasta el fin del mundo (2023), de V. Mortensen; Wind River (2017), de T. Sheridan; El renacido (2015), de A. González Iñárritu; o Venganza fatal (2014), de K. Levring.

HASTA EL FIN DEL MUNDO (2023). La película nos transporta al oeste americano, en torno a 1860, poco antes de la Guerra civil americana. Un periodo histórico donde, en muchos territorios aislados, la aplicación de la ley estaba sometida a los caciques que ejercían el control.

Aunque comienza con una escena cargada de tensión y acción, el director Viggo Mortensen acaba tomando un camino diferente al centrarse en las emociones y las vidas de los personajes, un hombre y una mujer, zarandeados por circunstancias difíciles del destino.

La cinta es un western nostálgico rendido a los afectos de sus protagonistas, con una delicadeza humilde y compleja a la vez. Que también reivindica el peso de la mujer, pero sin olvidar por completo los márgenes clásicos del género.

El hombre es un inmigrante danés de mediana edad llamado Holger Olsen (interpretado por Mortensen). Ella es Vivienne Le Coudy (Vicky Krieps), una mujer independiente que se ha embarcado en una relación con él después de haberlo conocido en San Francisco.

Vivienne accede a viajar con Holger a su casa, cerca del tranquilo pueblo de Elk Flats, donde comienzan una vida juntos. Pero no pasa mucho tiempo cuando Holger decide marchar para luchar en la Guerra de Secesión. Vivianne se queda sola en el pueblo a merced del poderoso ranchero Alfred Jeffries y su hijo, el malévolo Weston.

Viggo Mortensen brilla como actor (y director, también como productor, compositor de la música y guionista). Mima detalles históricos como el vestuario, el diseño artístico, la manera de montar los caballos, los paisajes o los dialectos y acentos a la hora de hablar, para dotar de rigor la cinta.

El trabajo de Mortensen, genuino y profundo, le da fuste a la película. Vicky Krieps hace una gran actuación igualmente y, además, la química entre ambos es manifiesta.

En la dirección Mortensen logra un sólido trabajo, capturando la vastedad y la belleza del paisaje americano. La fotografía de Marcel Zyskind es impresionante, con tomas que evocan la soledad y la esperanza. El uso de la luz natural y los colores terrosos contribuyen a la atmósfera de la película.

Hay también el empleo de una serie de flashbacks en la narración, para llevarnos a distintos periodos temporales, adelante y atrás, en un juego que tal vez habría estado mejor en forma lineal.

Un suceso violento en el filme carga de drama y tragedia a la vida de Vivianne. Entonces, el guion nos introduce en un relato que oscila entre la venganza y el perdón, una reflexión que vemos de puertas para dentro, con el silencio y el juego de las miradas de la pareja imponiéndose al diálogo. Concluye la cosa en un perdón difícil y doloroso, que acaba imponiéndose a la venganza y la violencia.

Como temas y mensajes principales, esta cinta explora la lealtad, la pérdida y la búsqueda de un lugar al que pertenecer. La película nos recuerda que, incluso en tiempos difíciles, el amor y el vínculo humano pueden resultar salvadores.

Un western atípico que se aleja de los clichés del género. Si aprecias las historias íntimas y bien actuadas, esta es una excelente elección. Western que prefiere el terreno de la delicadeza, concentrándose en los detalles y el silencio.

 

WIND RIVER (2017). Drama muy humano donde un hombre que perdió a su hija años atrás, descubre el cadáver de una mujer joven en plena naturaleza, casi cubierto por la nieve; a él le trae el recuerdo de los momentos más dolorosos de su vida, su hija fallecida en circunstancias poco claras.

La película es una obra de denuncia sobre el trato que reciben las personas nativas americanas en algunos lugares de los EE.UU., de cómo hay muertos de primera y de segunda. Tan es así, que al final aparece en letras bien legibles, que el número de mujeres indígenas americanas desaparecidas es desconocido.

Ópera prima de Taylor Sheridan, un filme que tiene fuerza, intriga y denuncia: un cineasta con excelentes cualidades.

Cuenta una historia con visos de realidad, intensa y amarga, con unos personajes que conocen el riesgo de la supervivencia, tanto por la violencia siempre presente, como por las condiciones climáticas extremas en que se viven.

Es también una apasionante historia criminal donde los silencios, las miradas y la expresión corporal tienen tanto peso como los parcos diálogos de los protagonistas.

Paisajes en una fotografía excelente de Ben Richardson, y una música magníficamente escogida de Nick Cave y Warren Ellis, que trasmite calma y desolación, frialdad y belleza. Ello nos pone frente al modo de vida amerindio.

En el reparto sobresale la gran interpretación de Jeremy Renner, con su mirada montaraz y su pericia para interpretar a un personaje duro y rocoso. Acompañando de forma correcta Elizabeth Olsen en el rol de agente del FBI.

Wind River puede parecer al inicio lenta, pero no lo es, va sumando puntos de tensión que van in crescendo hasta la explosión final, donde se produce un encuentro con una verdad cruda resuelta con solvencia.

La historia es lineal, avanza y se agranda en cada fotograma. Propuesta sobria y seria, un thriller amargo, visceral, con un profundo sentido del lugar, con las heladas de un Wyoming inhóspito y solitario en el que algunos hombres sobreviven y otros mueren o enloquecen.

Hay conjunción del paisaje con los sentimientos, vivencias e ideas de la historia. El paisaje es, así, un personaje más.

Publicado más extenso en revista Encadenados.

 

EL RENACIDO (THE REVENANT) (2015). Con una titánica fuerza de voluntad, el protagonista Hugh Glass se enfrenta el solo a una enorme odisea: sobrevivir en las peores condiciones imaginables. Le acompaña su inmenso afán de venganza y justicia.

Genial el director Alejandro González Iñárritu, aunque un metraje excesivo. Gran belleza de los paisajes y buen manejo del retrato de épocas pasadas en un medio geográfico duro, en que la muerte acecha a cada paso.

Clima solo apto para gente fuerte y curtida como el incombustible Hugh. El guion de Mark L. Smith y el propio González Iñárritu adapta la novela The Revenant: A Novel of Revenge de Michael Punke, 2002, basada en acontecimientos reales.

La vida aventurera y silvestre del explorador y trampero Hugh Glass, que sobrevivió realmente a principios del siglo XIX al feroz ataque de un oso, en condiciones límite inauditas, de ahí el título del film, The revenant.

Libreto bien construido y buen pulso del relato. La música de Carsten Nicolai y Ryûichi Sakamoto es maravillosa, con su orquestación de violonchelos destacando en los momentos finales. Emmanuel Lubezki capta de manera brillante imágenes muy hermosas y la prodigiosa luz natural de los parajes, con una imporante estética vital, con lugares gélidos, bellos y salvajes.

El reparto es de lo mejor. Leonardo Di Caprio está excelente, dando una permanente sensación de sufrimiento y resistencia, una interpretación muy física; Tom Hardy está descomunal como individuo auténticamente brutal, traicionero y mezquino. Acompaña un equipo de actores y actrices muy meritorio.

Esta película es luminosa, de aventuras, técnicamente prodigiosa, dramática y que se emparenta directamente con el western revisionista de los años setenta.

Publicado más extenso en revista de cine Encadenados.

 

VENGANZA FATAL (THE SALVATION) (2014). Magnífico western danés dirigido por Kristian Levring, película que se desarrolla en Estados Unidos en 1870. Sigue la historia de John (Mads Mikkelsen), convertido en vengador.

Jon, después de haber sufrido una pérdida indescriptible, va en busca de los hombres que le hicieron daño. Está muy bien preparado para la tarea, ya que ha servido en el ejército danés con su hermano, Peter (Mikael Persbrandt), que ha estado trabajando en una granja junto a él.

Un apacible pionero venido de Europa, que despierta la furia del cabecilla Delarue, pues mata al hombre que asesinó a toda su familia, su esposa y su hijo.

Sin el apoyo de los habitantes cobardes y corruptos del pueblo, Jon se ve obligado a buscar al criminal por su cuenta, sin que se sepa si será capaz de volver al pueblo; le ayuda su hermano, en lo que puede.

Meritorio western lleno de furia y fuego, que tiene influencias de Eastwood y Leone. Destaca la dureza de la historia y la interpretación seca y espinosa del protagonista Madds Mikkelsen, su gélida mirada y una magnífica Eva Green como viuda negra.

Es una película que mantiene en vilo al espectador, tiene un gran estilo visual y respira pasión por el género. Su director danés Levring, aporta a su película un temperamento umbroso y amenazador, trufado de un nórdico fundamentalismo.

Quiero recordar que Levring fue el cuarto miembro que firmó el Manifiesto Dogma 95 junto a Lars von Trier, Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen, para que entendamos mejor esta lobreguez. Se puede ver aquí.

Un western que combina elementos clásicos del género con una narrativa intensa y actuaciones destacadas. Obra para quienes gusten de las películas del viejo oeste.

Cuenta una historia que no por elemental y falta de misterio afecta al producto, pues sigue un compendio ilustrado de convenios y códigos, amén de una batalla en favor de la justicia que no se olvida.

Western de una belleza espeluznante y una violencia suntuosa.