El mito es a la par una forma de pensamiento y un relato que lleva inspirando al Homo sapiens desde que comenzó su vuelo racional. […] El pensamiento mítico es un lenguaje primigenio que lo impregna todo, una de las grandes narrativas patrimoniales de la humanidad, común a todos los pueblos de la tierra en todas las etapas históricas. […](D. Hernández de la Fuente). El mito es un relato de ficción o un sujeto literario que nos representa como seres humanos.

Desde un pequeño abrigo en el monte Atlanterra, en Zahara de los Atunes, La Cueva de las Orcas, con la ayuda de un primitivo calendario solar, el hombre neolítico hace 6000 años se lanzaba a la captura del atún rojo que cada equinoccio de primavera entra masivamente por el estrecho de Gibraltar hacia el Mediterráneo para desovar. Pero lo que ese hombre primitivo veía desde esa curiosa cueva no eran atunes, sino unas grandes aletas dorsales y lomos negros en perfecta sincronía de caza para capturar la presa exclusiva del, sin duda alguna, el animal más inteligente que surca nuestros mares: la orca ibérica. Desde entonces existe una de las relaciones interespecíficas más ancestrales de la biosfera: atún-orca-almadraba.

El pasado 12 de mayo, frente a Cabo Espartel, se produjo el hundimiento del velero AlboranCognac, primer incidente grave de este año en aguas del estrecho como consecuencia de un novedoso comportamiento de estas orcas ibéricas. Desde el 2020 un pequeño grupo de los casi 90 individuos de esta población, lideradas por una adulta, y ¿vengativa?, hembra ya mediáticamente conocida como Gladis, comparándola con el vengativo Russell Crowe de Gladiator, se acercan por la popa a los veleros e interactúan con los timones lo que, en algunos casos, muy pocos hasta la fecha, han llegado a producirles vías de agua y su posterior hundimiento.

Como en la película Tiburón, el merchandising se prepara para hacer su agosto otro año más. Pegatinas, tazas, chapas, gorras que dicenA la mierda esos barcos; Cómete a los ricos; Apoyo al camarada Gladis,se agotan en manifestaciones mesiánicas anunciadoras de la llegada del Cuarto Jinete del Apocalipsis; en Kioscos de ferias en los atlánticos pueblos de Cádiz; o en los mítines electorales en los que los lideres políticos hasta compran estos originales slogans. Cabeceras prestigiosas como el New York Post o el Washington Post abren con titulares como Las orcas orquestan ataques de venganza contra barcos; o ¿La venganza de las orcas?

El 18 de mayo, Tomas Weber publica en la revista RolligStone un artículo titulado El científico loco y las orcasen el queLori Marino, neurocientífica experta en comportamiento de ballenas,comenta[…] las orcas tienen uno de los cerebros más elaborados del planeta, […] La corteza cerebral de una orca es más enrevesada, más intrincadamente plegada, que la de un humano, lo que les da una capacidad extraordinaria para aprender, recordar, pensar y sentir. Las orcas llevan una vida emocional rica y comparten algunos sentimientos complejos con los humanos. Experimentan empatía, lloran a sus muertos […] hay muy poca evidencia de que las orcas salvajes hayan buscado venganza.

En ese mismo artículo, Deborah Giles, investigadora de orcas en la universidad de Washington, dice […]Cuando un chimpancé roba comida, la victima toma represalias. Un macaco agraviado ajustará cuentas, a veces atacando a un miembro de la familia del perpetrador. Pero las orcas no hacen eso, se han adaptado de una manera que eliminan la necesidad de agresión. […]

El concepto ecológico de territorialidad en el mar prácticamente no existe, es inmensamente grande y aburrido, no hay motivospara la lucha, incluso las formas inteligentes del mar nos enseñan que es menos probable la guerra y la agresión.Las orcas, al igual que nosotros, son animales inteligentes y culturales por lo que no podemos interpretar sus comportamientos desde nuestra mirada. Lo que desde nuestra óptica de homínido se explica desde un lenguaje bélico con términos como ataques, territorio o venganzas, desde la suya puede que no sean másque juegos o modas. En otros mares se adornan los hocicos con esponjas o se ponen por sombrero sus presas.

Eficaces cazadoras en grupo y en mar abierto, pudiendo alcanzar los 6 metros; 3 toneladas y los 40 km/h, si fueran ataques hubieran hundido sin despeinarseel millar de barcos con los que han interaccionados hasta ahora desde Gibraltar a Finisterre sin daño alguno a las tripulaciones.

Históricamente las orcas han sido maltratadas. Para los nativos inuide Groelandia es una de sus fuentes de proteínas en su dieta teniendo un cupo de caza para ello; incluso en la ensenada de Getares en Algeciras, hasta 1960, existió una factoría ballenera en la que además de rorcuales y cachalotes también se dio caza a orcas en el estrecho de Gibraltar y jamás atacaron a embarcación alguna.

Renaud de Stephanis, doctor en Ciencias del Mar y director/fundador de CIRCE (Conservación, Información y Estudios sobre Cetáceos), una nueva versión del misterioso y solitario capitán Ahab reconvertido en “científico loco”, a bordo de su Pequod, el Elsa, va en busca de su leviatán que no es Moby Dick sino Gladis y no en busca de venganza sino para desenmarañar los misterios que aún rodean a este extraño fenómeno, además de proponer medidas para la navegación segura por nuestras costas.

Hércules, el Heracles griego, plantó sus columnas en Hesperia en el lugar en el que África y Europa casi se besan, en la tierra del sol poniente, poniendo límite al abismo más allá del mar conocido, cogió las manzanas de oro de la eternidad del Jardín de las Hespérides, robó el ganado del rey tartesio Gerión, el descomunal monstruo de tres cabezas, venciéndole en combate y continuó con sus trabajos hacia los confines desconocidos. Se nos fue el héroe y el mito.

El mito es pura narración. Sueño, cuento y mito legado inmemorial, el ser humano es un animal narrativo, necesitamos el mito más que a Dios. Gladis regresa desde mares celtas, desde la Finisterrae a Gibraltar con el Grial para salvarnos de nosotros mismos. Necesitamos un nuevo mito, necesitamos el mito de Gladis.