Carmen Lara (concejala de Bienestar Social).- Como cada 15 de mayo celebramos el Día Internacional de la Familia, sin duda, la mayor institución que existe. Firme y fuerte convicción a la que llegó tras muchos años al frente del Área de Bienestar Social, Familia y Área del Mayor del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María. Son muchísimos los profesionales que a diario se enfrentan a las diferentes problemáticas en las que se puede ver inmerso un ser humano, buscando soluciones para tratar de aliviarlas y aminorar su efecto.Y os garantizo que, aunque cada caso particular se mira con máximo detenimiento y desde diferentes prismas para poder aportar la mejor de las ayudas, lo cierto es que, en la mayoría de las ocasiones es en la propia familia donde radica la solución; aunque también sea cierto que también es en muchos casos la esencia del problema y, por tanto, haya que excavar hasta los cimientos con todos sus integrantes para reestructurar sus bases.
Si bien es cierto que desde el área del mayor hoy en día son múltiples las herramientas que ofrecemos para garantizar su calidad de vida, también lo es que cuando una persona está envejeciendo, incluso en algunos casos consciente de que está viviendo sus últimos días, no le preocupa precisamente las horas de Ayuda a Domicilio, ni la resolución casi siempre tardía del grado de dependencia, sino el tiempo de valor que pasa con su familia. Ahí está el pilar más fuerte donde una persona mayor encuentra las pocas fuerzas que le quedan para ir restando días del calendario. Ahí está su mayor energía, orgullo y recompensa. Al igual que un niño que cuando tiene miedo quiere abrazar a su madre, una madre o un padre cuando se van enfrentando al ocaso de su vida lo que quieren y lo que necesitan para aplacar su soledad son sus hijos, sus nietos, su entorno, su familia; ya sea de sangre o de vida.
Y lo mismo que ocurre con la infancia, donde nos encontramos absentismo escolar, comportamientos inadecuados de adolescentes que terminan expulsados de institutos, o de bebés que deben ser visitados periódicamente. Casos que por norma general tienen como eje central un núcleo familiar problemático. Familias rotas, donde los menores son usados como moneda de cambio. Familias desquebrajadas donde se han olvidado de la importancia del respeto o del amor. Familias a las que tratamos día sí, día también, para devolverles lo perdido, inculcándoles la importancia de los valores, del hogar. Trabajando con cada componente y con todos a la vez para que recuperen esa base firme, que es esencial en la vida y sostén del presente y del futuro.
Nadie que no haya estado dentro del área puede imaginarse cómo nuestros trabajadores sociales son testigos mudos de las múltiples circunstancias que rodean a los usuarios y sus diferentes problemáticas, todas ellas creadas, en la mayoría de las ocasiones, en el seno interno de sus familias. Las causas, miles: motivos económicos que no han unido sino separado a sus miembros; herencias; enfermedades que no han sido aceptadas y apoyadas en su momento... La lista es interminable, pero sí se puede hacer una generalización y es que los casos que cada día golpean la puerta de los profesionales se basan en una falta de apoyo en la columna vertebral de un ser humano, que es la familia.
El Puerto es afortunado, porque a los Servicios Sociales se le suman muchísimas asociaciones de nuestra ciudad que se desviven con el mismo objetivo. El Puerto tiene un gran ejército velando por ayudar y no dejar a nadie atrás. Hoy quiero agradecerles en nombre del alcalde de El Puerto, Germán Beardo, y en el mío propio, ese trabajo altruista por los demás, por defender con uñas y dientes a las familias de esta tierra, independientemente del problema y del modelo. Pero sobre todo, hoy quiero reivindicar a la familia como base de la sociedad, de presente y futuro; para que la cuidemos siempre.