El Ayuntamiento de El Puerto de Santa María celebró este pasado jueves, 29 de diciembre, el pleno del debate sobre el estado de la ciudad, un pleno de unas tres horas y que transcurrió con normalidad y calma tensa, con los portavoces de uno y otro partido defendiendo o criticando la gestión del equipo de gobierno.
Nada nuevo bajo el sol, en un pleno -que a pesar de su importancia- es de escaso interés para la ciudadanía, y que más que un debate dinámico, constructivo y actualizado a los tiempos que vivimos, suele basarse en largos y aburridos monólogos, así como en lecturas de listas de hitos y fracasos, como el que va a la compra. De hecho, el directo del pleno tuvo su pico máximo de personas conectadas viéndolo en 65 usuarios...
Un pleno, que hace ya muchos años dejó de importar a la amplia mayoría de la ciudadanía, y que principalmente solo interesa a los políticos y su entorno, sirviendo para el ajuste de cuentas y buscar la foto cada cual con sus intereses. No merece realmente más que un breve en la prensa diaria junto a los obituarios, donde precisamente acabará este formato de “debate” tarde o temprano. Y poco importa que se convoque en junio o en diciembre, el problema no es la fecha, el problema son sus protagonistas que no dan para más y el formato anticuado e impropio de estos tiempos.
Entrando ya en materia, la oposición formada por PSOE, Adelante El Puerto, Vox y Unión Portuense, cargó duramente contra la gestión del gobierno local PP-Cs en 2022, con una larga lista de críticas sin ninguna propuesta. Mientras que el equipo de gobierno PP-Cs, hizo lo suyo y defendió lo que considera son los hitos conseguidos en 2022, en otra larga lista igualmente sin autocrítica alguna. Ideal ambos casos para ponerse el vídeo una tarde de esas en las que gusta coger un buen sueño para disfrutar de una larga siesta. Al menos esta vez no hubo insultos ni amagos de reventar la cabeza a nadie, cosa que se agradece por aquello de mantener el ruido blanco de fondo que tanto dicen que ayuda a tratar el insomnio.
El que salió mejor parado fue el concejal de Fiestas, David Calleja, que un año más fue el que se llevó las únicas palabras positivas de la oposición, que aprueba su gestión al frente de Fiestas, aunque lamentando al mismo tiempo que el gobierno local “lo use” de escudo para desviar la atención en otros asuntos. La pena de la oposición no es que Calleja lo use o no el gobierno local como escudo, la pena es que se les escapó a más de uno para meterlo en su lista de cara a las elecciones municipales de 2019. De la Encina aún sigue dándole vueltas.
En definitiva, un año más, un nuevo pleno del debate sobre el estado de la ciudad que mañana ningún ciudadano de a pie hablará porque a nadie -o a muy pocos- le interesa visto lo visto ante semejante nivel general, y porque absolutamente para nada sirve y a nadie le importa.