El interés que despierta El Puerto ante los inversores y promotores cada día es mayor y se traduce en realidades.

La aprobación del Peprichye, que dota al casco histórico de un marco normativo que amplía los niveles de intervención en cada parcela, con incrementos de edificabilidad y mejores condiciones de ocupación, haciendo los proyectos más viables y permitiendo más usos; sumado a la certidumbre y garantías que aporta el equipo de Gobierno de Germán Beardo está transformando el centro de El Puerto y dinamizando la economía local, siendo el mejor revulsivo para que se llene de vida y actividad.

“Un casco histórico que se está reconstruyendo gracias a la apuesta público-privada que sigue creciendo con el desarrollo de proyectos de envergadura que se van sumando a un ritmo de vértigo, para convertirse de nuevo en motor de la Ciudad de los Cien Palacios”, señala el alcalde de El Puerto, Germán Beardo.

Una nueva promoción ha solicitado licencia para construir. La teniente de alcalde de Urbanismo, Danuxia Enciso, explica que se trata de Impulsa Anteo S.L. que ya ha presentado en el Ayuntamiento de El Puerto la solicitud de licencia urbanística que permitirá iniciar los trámites para la construcción de una promoción en la parcela compuesta por dos solares contiguos de calle Albareda 16 esquina con Ángel Urzaiz 8, sin edificación en la actualidad pero que finalizará muy pronto su actual estado de abandono para convertirse en una nueva área residencial para vivir.

El proyecto, que prevé una inversión de 2,2 millones de euros, impulsa la edificación de 2 plantas de altura para construir 21 viviendas (6 de 3 dormitorios, 14 de 2 y 1 de un único dormitorio), además de 32 garajes y 21 trasteros en una sola planta sótano. “Los patios de Doña Blanca” permitirán la sutura de una manzana llamada a ser un espacio privilegiado en el nuevo urbanismo renacido del casco histórico, cumpliendo todos los criterios de sostenibilidad y equilibrio con el entorno que está resurgiendo con varias promociones como el residencial “Los Jardines de Albareda” sobre el emblemático Palacio de Winthuyssen o la promoción de calle Larga 35, entre otras.



En “Los Patios de Doña Blanca” de las 21 viviendas proyectadas, 19 son dúplex y cuentan con un castillete de subida a la cubierta, mientras que las otras dos viviendas restantes son en primera planta e incluyen igualmente el castillete de subida a la cubierta, donde cada casa contempla un espacio de esparcimiento individual con piscina y terraza.

La promoción además proyecta un patio mancomunado que une cada una de las parcelas, que tendrán entradas independientes, pero cuyo patio será brazo vertebrador de la promoción. Una estructura que recupera la esencia de las viviendas portuenses de toda la vida, la de las antiguas casas de vecinos de El Puerto, siendo un guiño al diseño arquitectónico de antaño, típico de la forma de convivencia de las familias y que han marcado la forma de vivir y ser de muchos portuenses.

El proyecto.

Todas y cada una de las viviendas dan a estos patios en alguna de sus estancias, haciendo de vaso comunicante de la construcción, para ser epicentro de convivencia entre los distintos residentes, que contarán con este espacio común para relacionarse. Además, dispondrán de un local social y gimnasio.

La teniente de alcalde de Urbanismo, Danuxia Enciso, señala que la licencia ya tiene resolución de Cultura por la cual se autoriza el proyecto. Cuenta también con proyecto de actividad arqueológica preventiva. Requisitos necesarios para iniciar el procedimiento de tramitación de licencia.

La edificabilidad entre viviendas y zonas comunes es de 2.228,69 m2 y en el sótano donde van los garajes y los trasteros se construirán 1.457,02 m2.

Por tanto, una  nueva promoción se sumará pronto a las numerosas rehabilitaciones y obras que se están realizando en el centro de El Puerto, que “es obvio que está en alza y creciendo para avanzar rumbo a una ciudad moderna, que preserva y recupera su historia y su patrimonio potenciando el crecimiento sostenible, apostando por la ciudad compacta y poniendo en valor la vuelta al centro gracias a la suma de la iniciativa privada y pública, que está volviendo a poner de moda el casco Histórico de El Puerto que llevaba décadas sin marco normativo, sufriendo las consecuencias de un éxodo obligado por el abandono y la falta de oportunidades”, indica el primer edil de la ciudad.

“Demostramos con hechos que la aprobación del Peprichye, tras décadas de vacío y parálisis está suponiendo para el Casco Histórico un auténtico revulsivo, que implica la recuperación, repoblación y revitalización del centro que se llenará de actividad y vida, dotando de servicios al epicentro de la ciudad, incrementando la actividad lúdica, cultural, comercial y residencial de un modo equilibrado y adaptado a las necesidades actuales de una ciudad moderna y del siglo XXI, que además crece mirando al Río Guadalete”, concluye Germán Beardo.