Cuando estamos a poco más de dos semanas para que termine el año, no hay señales de avance durante esta legislatura y lo que más preocupa es que ni se atisba el más ligero intento que den soluciones a las múltiples carencias que padece El Puerto y sus habitantes.
Cuesta trabajo encontrar una sola noticia positiva en lo referente a la mejoría de la ciudad en los últimos meses, y lo peor es que tampoco se espera de seguir así las cosas. Y es que a pesar de contar actualmente con mayor sintonía con la Junta que en la anterior etapa, este matrimonio a tres no da excesivas señales de confraternización.
En política, se sabe que un acuerdo a dos bandas no termina por ser satisfactorio a la larga, como, por ejemplo, sucedió en el anterior pacto; imagínense, pues, lo que conlleva uno a tres con diferentes puntos de vista que han de ser cohesionados para formar uno solo.
Junto con el escabroso y eterno dilema de qué va a ocurrir con el infame marrón de Pozos Dulces, se observan varios reveses que han golpeado de lleno a nuestros regidores, a algunos por poca visión, y a otros por falta de nivel político. Asuntos como el caos reinante en la policía local, la falta de presupuestos municipales, los “pecadillos” veraniegos con las banderas, socorristas, locales de ocio, se le suman los eternos problemas de la falta de limpieza y el deplorable estado de abandono del centro y el comercio. La inmovilidad y racanería a la horade apoyar novedosas iniciativas culturales y turísticas, o, sobre todo, la pasividad mostrada ante el gran problema de la alta tasa de desempleo, hacen que la ciudadanía empiece a mostrar descontento con los que, con cantos de sirena, pretendían sacar a este rincón de la Bahía del oscurantismo de años anteriores y de la irremediable cuesta abajo a la que estábamos abocados de permanecer quienes a ella nos llevaron. El bloqueo es la tónica general en y parece que nadie le pone remedio a esta situación. Lamentable.
¿Qué ocurrirá finalmente con este ménage à trois a la portuense en un futuro? La solución habrá que esperarla una vez pasadas las numerosas fiestas que se avecinan, donde entre tanto alumbrado, zambombas y actos navideños consiguen hacer que el pueblo ande una temporada ‘distraído’ en otros menesteres durante estas entrañables fechas…
El tiempo dirá si con esta alianza de la derecha en la ciudad se hará realidad el dicho “donde comen dos comen tres”, aunque uno de los tres coma más que el resto. Ojalá lleguen pronto otras luces pero esta vez convertidas en progreso y prosperidad que es lo que de verdad aquí se necesita