Juan Rincón (Tribuna libre).- En octubre de 2020 el colectivo de Los Lunes al Sol celebró una gran manifestación en nuestra ciudad en defensa del sistema público de pensiones con una gran asistencia y participación del colectivo pensionista local y de las mareas y otras asociaciones de la localidad. Esa movilización fue un ejemplo en cuanto al esfuerzo por conciliar la combatividad necesaria en la defensa de lo público con las medidas destinadas a impedir los contagios: distancia de seguridad, mascarillas, etc.

Desde entonces se han cumplido los tres años de movilizaciones y se han seguido celebrando las concentraciones semanales con más un centenar de participantes cada una, con el mismo grado de medidas de seguridad pero sin dar un paso atrás en las reivindicaciones: un sistema público de pensiones dignas, igualitarias y garantizadas por ley.



En estos seis meses se siguen oyendo amenazas contra el sistema público de pensiones. Desde Europa siguen llegando directrices para que se apliquen más recortes a las que ya existen y se pongan en marcha restricciones de las pensiones futuras. No se oye por parte de los representantes políticos una respuesta contundente a este nuevo desafío. Nuestra clase política ha olvidado los anteriores escarnios a la Seguridad Social que la han llevado al déficit actual, el abuso de los fondos públicos para el rescate –más de 60.000 millones–  a la Banca por ejemplo, y ahora quieren hacer aparecer al sistema de pensiones públicos como insostenible. Como se repite cada lunes a las 11 en la Plaza Peral, las pensiones son un derecho adquirido por la cotización de los trabajadores y las trabajadoras en activo, no son un favor de Estado sino una retribución diferida.

Son muchísimas las muestras de cariño y respeto que los pensionistas de Los Lunes a Sol recogen cada día a su paso por las calles de El Puerto. Los pocos  establecimientos que protestan por el necesario incordio que su presencia supone para sus conciencias debían recordar  que las pensiones, en esta situación que afrontamos de crisis económica, son las que permiten la subsistencia de gran parte de las familias portuenses las mismas que desayunan en los bares que protestan, las mismas que hacen gasto en los ultramarinos que reclaman.