La concejala de Policía Local y Seguridad, Marina Peris, informa que desde este miércoles se abre el plazo de exposición pública del borrador de la Ordenanza de Convivencia, con el objeto de dar audiencia a los interesados afectados y recabar cuantas aportaciones adicionales puedan hacerse por otras personas o entidades, para contar con el mayor consenso posible a la hora de llevar la propuesta de aprobación inicial al Pleno de El Puerto de Santa María.

El texto se ha publicado en la web municipal y estará disponible hasta el próximo 23 de febrero para que todas aquellas personas o colectivos puedan presentar alegaciones.

Desde el equipo de Gobierno de Germán Beardo se quiere hacer hincapié en que la Ordenanza para la Garantía de la Convivencia Ciudadana y la Protección del Espacio Público cubrirá un vacío legal que atajará ciertas conductas o comportamientos lesivos que al haberse derogado la Ordenanza anterior no pueden en este momento ser abordados desde las competencias municipales, creando una desprotección ante la que no se puede actuar desde la Administración Local.



Dicha norma municipal aportará tranquilidad y seguridad a los vecinos de El Puerto y también permitirá al Ayuntamiento actuar sobre acciones que muchas veces, aún sabiendo que no son correctas, no puede sancionar debido a que no hay una normativa que lo permita.

El objetivo principal de esta Ordenanza es el de preservar el espacio público como un lugar de convivencia y civismo, en el que todas las personas puedan desarrollar en libertad sus actividades de libre circulación, de ocio, de encuentro y de recreo, con pleno respeto a la dignidad y a los derechos de los demás y a la pluralidad de expresiones y de formas de vida diversas, que enriquecen nuestra ciudad.

La Ordenanza será una herramienta efectiva para hacer frente a las distintas situaciones y circunstancias que pueden afectar a la convivencia o alterarla e intenta ser una respuesta democrática y equilibrada a esas nuevas circunstancias y situaciones, basándose, por un lado, en el reconocimiento del derecho de todos a comportarse libremente en los espacios públicos y a ser respetados en su libertad; pero, por otro lado, también, en la necesidad de que todos asumamos determinados deberes de convivencia y de respeto a la libertad, la dignidad y los derechos reconocidos a los demás, así como al mantenimiento del espacio público en condiciones adecuadas.