El Ministerio de Sanidad propondrá esta tarde a las comunidades que endurezcan las restricciones en Navidad si es necesario y les pedirá que recomienden a los profesionales de salud que no prescriban test rápidos de anticuerpos que se venden en farmacias, porque no están indicados para diagnosticar.

Así, el departamento que dirige Salvador Illa planteará una modulación del plan de Navidades que acordó el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) el pasado 2 de diciembre, con el objetivo de que puedan aplicar medidas y criterios más restrictivos que los que se establecieron en aquel pacto de máximos.

Y es que las medidas planteadas entonces, que restringen la movilidad entre territorios, permiten las visitas a familiares y allegados y reuniones de no más de diez personas en las fechas más señaladas, entre otras, se diseñaron de acuerdo con la situación de entonces, cuando se encadenaban semanas de tendencia descendente de los contagios.

Pero en los últimos días, según justifica Sanidad en el borrador al que ha tenido acceso Efe, se ha producido una ralentización generalizada en el descenso de las tasas de incidencia e incluso, en algunos territorios, una ligera subida.



Otro de los tres documentos que analizará el CISNS es el posicionamiento por unanimidad de la ponencia de vacunas, en la que se encuentra el Ministerio y todas las comunidades: en el mismo se concluye que estas pruebas de autodiagnóstico no deben ser utilizadas para determinar la presencia de una infección ni en personas con síntomas ni en asintomáticos.

La ponencia señala además que estos test rápidos que ya se venden en farmacias tienen un rendimiento menor que las técnicas que se realizan en los laboratorios con sangre obtenida por venopunción; de ahí que hayan quedado excluidos de la Estrategia de Detección Precoz, Vigilancia y Control de covid-19.

Por todo ello, y ante los riesgos de salud pública que pueden derivarse de una interpretación incorrecta de los resultados, la ponencia ha considerado necesario adoptar medidas para evitar un uso indebido y concienciar de sus limitaciones dada la actual situación epidemiológica.

Así, recomienda a los profesionales de los servicios de salud de las comunidades y ciudades autónomas (médicos y odontólogos) la no prescripción de estos test y la puesta en marcha de acciones de comunicación y concienciación para informar claramente a la ciudadanía de su naturaleza y limitaciones.