EL PUERTO.- Cada año, en época estival se reciben llamadas en el Teléfono del Agua de APEMSA denunciando malos olores que emanan del alcantarillado de la ciudad. Esta situación es realmente desagradable sobre todo cuando hay un imbornal debajo de una ventana, en la puerta de una casa o cuando se aparca un coche sobre una alcantarilla. Desde la empresa municipal se quiere indicar que no se trata de un mal funcionamiento de la red de saneamiento, sino que en estos meses -en los que apenas llueve- el sifón, que tiene cada imbornal para evitar que salgan los gases al exterior, se queda seco. En la mayor parte de los casos, basta con el baldeo de las calles o echar un simple cubo de agua para llenarlo y que haga de cierre hidráulico para que estos olores desaparezcan.

La red de saneamiento de El Puerto posee 15.740 imbornales –llamados coloquialmente alcantarillas– cuya misión es “tragarse” literalmente el agua de lluvia para a continuación conducirla, a través de los 379 km de tuberías subterráneas, hasta la EDAR, donde se trata. Esta red forma parte del sistema de saneamiento urbano que consta de muchos más elementos, como pozos de registro, estaciones de bombeo de aguas residuales y las propias depuradoras. Una buena red de alcantarillado permite el agua de las calles de la ciudad desaparezca en pocos minutos después de un aguacero y que no se produzcan inundaciones o charcos que impidan la circulación de vehículos y personas o que se introduzca en las viviendas.



Una gran parte de la red de saneamiento urbano de la ciudad es unitaria, es decir, que hay un solo tubo por donde discurren tanto  las aguas residuales -que son las aguas usadas que proceden de viviendas, colegios, comercios o industrias- como las pluviales. Para evitar que los olores salgan al exterior, cada imbornal posee el denominado sifón, una especie de curva que dibujan las tuberías en forma de “U” donde el agua queda retenida por gravedad e impide que los gases salgan al exterior. El problema es que en los meses de verano, donde apenas llueve y las temperaturas son más altas, el sifón se queda seco y los gases procedentes de las aguas residuales pueden salir al exterior. La solución es muy sencilla: se echa un cubo de agua y el problema desaparece.

APEMSA, a través de su concesionaria, Aguas de Las Galeras, ha implantado un programa por el cual se limpia cada imbornal de la ciudad dos veces al año. Además, se acude a servicios urgentes cuando se detecta algún tipo de atasco como que se hayan vertido escombros, pintura o estén cegados por papeles o residuos. Este servicio se incrementa antes de que llegue el otoño y en primavera, con objeto de que las alcantarillas estén limpias de hojas, pinocha, papeles etc. y puedan cumplir mejor su función, que es tragar el agua de lluvia.

No obstante, desde APEMSA se agradece a los ciudadanos su colaboración cuando llaman al Teléfono gratuito del Agua 900494100 para informar de cualquier anomalía, tanto en red pública de abastecimiento como de saneamiento. Pero se aconseja que, para acabar con este incómodo problema, se use en primer lugar el tradicional método de arrojar un cubo de agua al imbornal, lo que es más eficaz, rápido, sencillo y barato. En cualquier caso, si nos llaman rogamos identifiquen concretamente el punto donde se detectan malos olores para poder encontrarlo con facilidad, estudiar de donde viene el problema y solventarlo con la máxima celeridad.