Luis Romero Alonso (Tribuna libre).- Nuestra ciudad, El Puerto de Santa María, siempre fue una de las ciudades más conocidas por todos los rincones de nuestro país. No recuerdo en cuantas ocasiones, cuando he entablado una conversación con una persona y me ha preguntado por mi procedencia y yo, con orgullo decir, de El Puerto de Santa María, cada persona cambiaba el gesto de su cara y esbozaba una sonrisa, lo conozco y nos encanta, añadían. Es triste, pero, aun sintiendo orgullo de mi ciudad, cada vez tengo la certeza de que ésta está muy lejos de ser la que fue.
Tras las elecciones y la posterior formación de gobierno entre PP y Cs, he de reconocer que yo fui el primer crítico con David Calleja, es cierto que nunca debemos juzgar por las apariencias, pero pronto juzgué a un concejal envuelto en ego, con más sueño que una “espuerta de gatos”, presumiendo de estilo, y de chicos y chicas.
Pues bien, sin lugar a dudas se ha convertido en la “mejor arma” para maquillar el despropósito de gobierno que tenemos en la ciudad, con Germán Beardo al frente. Cuando las cosas peor se le ponen para Beardo, aparece como por arte de magia David Calleja para hacer uno de sus mejores trucos y dejarnos sorprendidos con uno de sus “sueños”.
Os puedo citar varios ejemplos. El pasado mes de diciembre, “el Caso Serrano” de El Puerto Global; los enfrentamientos por el enchufe en FCC; las promesas incumplidas del parking de pozos dulces. Con este panorama, aparece el mago de las fiestas, David Calleja, y se saca de la chistera una Navidad, una ilusión, como hacía tiempo que no se veía en nuestra ciudad, con actividades, fiestas y luces de las que se merece El Puerto.
Leyendo lo que escribo parece algo normal pero no, ya que la ciudad ha venido siendo castigada en sus fiestas año tras años. Fue los últimos años del gobierno anterior donde empezó a remontar, con el aumento de actividades al aire libre, hasta la culminación del año I de Calleja al frente de la Concejalía de Fiestas.
Llegamos a febrero, Beardo no es capaz de hacer un presupuesto; no baja los impuestos; no paga las subvenciones; las nóminas de empresas municipales no se pagan; el caso Serrano sigue “salpicando” cada vez más; y de repente... ‘tatatachín’, vuelve a aparecer la magia o, como se llama en política, cortina de humo. Siendo o no cortina de humo, David Calleja seguía al pie del cañón, seguía trabajando duro para su Concejalía y los portuenses. Esta vez disfrutamos de un Carnaval con actuaciones en la Plaza del Castillo, donde tuvimos la oportunidad de ver, en mi opinión, la mejor chirigota que ha visto el Falla este año, además de la maravilla de la eterna banda del Capitán Veneno.
Una vez acabado el estado de alarma y tras una pandemia marcada por las fotos en redes sociales, donde podíamos ver a Beardo disfrazado del Equipo A, Los Vengadores, La Patrulla canina, o lo que vosotros prefiráis. El Puerto seguía igual, igual de mal, o incluso peor. Seguimos sin presupuestos; seguimos con el Caso Serrano (Beardo, Bello y Serrano, ¡qué tres patas pa un banco!); seguimos con deficiencias en nuestras calles y barrios; con nuevas polémicas como las disputas entre los mandos de la policía local o el Caso Naturgy. Todo sigue siendo un despropósito, pero de repente, ha llegado el verano. Probablemente sea la época en la que esas personas que mencionaba al comienzo de esta tribuna nos visitan y vuelven a sus ciudades de orígenes con una sonrisa en la cara, deseando repetir al próximo año.
Parece ser que este verano será el mejor verano que se merece la ciudad, o al menos eso dice el equipo de gobierno. Por lo pronto, David Calleja ha presentado numerosos eventos para estos meses del año y que, si se llevan a cabo con todas las garantías, puede ser muy beneficioso para la ciudad. La vuelta a los conciertos en la Plaza de Toros, la zona de ocio en el margen izquierdo del río, ¡y con una noria! Todo eso está genial, y si está detrás David Calleja para gestionar lo mejor, pero la ciudad merece la verdad, que es la que, humildemente, he querido recoger en estas líneas.
He llegado a las siguientes conclusiones: la primera, tenemos el alcalde equivocado. Sin duda, el mejor alcalde posible de aquella lista del PP era y es David Calleja. Pero bueno, al menos Beardo lo tiene para apagar los fuegos de cara a la galería, o cerrando esas cortinas de humo para que nadie pueda ver realmente lo que pasa en nuestro Ayuntamiento.
Por otro lado, estoy encantado de que El Puerto sea considerada ciudad amable y turística, pero necesitamos añadir a esos dos adjetivos otro muy importante. El Puerto debe ser ciudad inteligente. Una ciudad moderna que utiliza el potencial de la tecnología y la innovación, junto al resto de recursos, para promover de manera más eficiente un desarrollo sostenible y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
A mí no me sirve tener una ciudad turística pero que la calidad de vida de los que vivimos aquí no sea la que nos merecemos, y sobre todo por la nula gestión de algunos. Si algo nos ha enseñado este 2020 es que no podemos vivir solo del turismo. Parece ser que a nuestro alcalde se le olvida que la promoción de la ciudad tiene que venir acompañada de la gestión de la ciudad.
Los fuegos artificiales de David Calleja, con sus destellos de colores en el cielo y diferentes formas y figuras, nos provocan emoción, una peligrosa sensación de olvidar todo lo que estamos haciendo, y todo lo que está pasando, y concéntranos solamente en esas luces brillantes en el oscuro cielo portuense.