EL PUERTO.- La Fundación Adra, que opera en más de 130 países, incluido España, también cuenta con sede en El Puerto, haciendo una gran labor con las familias necesitadas. El equipo de voluntarios, uno de los mejores activos de la fundación, hace posible que la ayuda alimentaria llegue a unas 1.800 familias (que hay que multiplicar por dos, tres o cuatro miembros por cada familia), a las que hay que sumar unas 300 familias (800 personas) desde que comenzara la pandemia del coronavirus.

Los voluntarios se reúnen, con todas las medidas de seguridad como guantes, mascarillas...

Los voluntarios se reúnen, con todas las medidas de seguridad como guantes, mascarillas y mantenimiento la distancia social requerida, en el local ubicado en la calle Pantano, en el polígono industrial Las Salinas, para ubicar, ordenar, repartir y ofrecer a las familias los alimentos que les pertenezcan, pudiendo encontrar una amplia variedad de productos que componen la cesta que ofrece Adra, así como alimentos específicos para los más pequeños de la casa, como leche o tarritos de comida. Y así, el local de la calle Acuario, en La Florida, “se queda destinado a la emergencia social”, apuntan.


El pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Fabián Peñas, a la que está ligada la fundación, y la coordinadora de la misma, Milagros Gordillo, aseguran que el reparto de alimentos, que por norma general se hacía cada quince días, ahora se lleva a cabo una vez al mes, para poder abastecer a todos los beneficiarios.

Además, en relación a los voluntarios, Peña destaca que “es un equipo excepcional que no escamita en horarios ni esfuerzos para ayudar a las familias, y es, sin duda, la fortaleza de Adra en esta delegación”.

Al reparto a las familias necesitadas hay que sumar que “atendemos, de lunes a viernes, en nuestro local, a todas las personas que acuden pidiendo ayuda. Mantenemos abierto el local para quien viene por primera vez”, puesto que no deniegan ayuda a nadie que pueda justificar su situación complicada.

Esta fundación trabaja con un expediente que se abre a cada familia. La primera vez que acuden a la Fundación Adra, las familias tienen que llevar el carné de identidad de la persona que acuda, pero en cambio en sucesivas visitas se le solicita el libro de familia, para cuantificar y justificar el número de personas de una familia, el empadronamiento para corroborar que se asientan en la ciudad, y el certificado de pensión o certificado del SEPE. Y es que, en estas dos últimas premisas, la pensión o la prestación por desempleo, las familias tienen que aportar un recibo de luz, alquiler o agua, “para compensar lo que cobran por un lado, y por otro, saber si se les puede ayudar”, o en cambio la ayuda requerida se les debe denegar.

La Fundación Adra opera desde 1976. “Antiguamente no éramos fundación, sino ONG, Ofasa, Obra Filantrópica de Asistencia Social Adventista, y hoy ya sí fundación inscrita en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social”.