David Calleja (Tribuna libre).- La base del respeto quizás radique en la educación, en el cariño y en la manera que uno mismo se ha educado o se ha criado, de ahí que no todas las familias sean iguales, ni lo sea el cariño hacia los familiares o el respeto por aquellos que nos dieron la vida.

Quizás la sociedad nos hace mas egocéntricos y nos preocupamos más por nosotros mismos, y defendemos con ahínco nuestros ideales sin comprender que a pesar de tener opiniones diferentes, a pesar de contrastar diferentes ideales y oposiciones; hay algo que todos compartimos sobremanera y eso es el amor. Ese amor que aún pudiendo ser diferente en cualquiera de las personas donde lo demos, es prácticamente igual en el amor volcado a una madre... Quizás sea por ese vínculo maravilloso que sencillamente por el privilegio de darte la vida deberíamos de tenerle una gratitud infinita, pero más allá de un deber, una obligación, agradecimiento o consecuencia.

El amor nace de manera fluida libre, sana y sincera… quizás por eso los creyentes encuentran en la figura de María, la madre de Dios, ese camino perfecto para entender la fe, precisamente porque entienden mejor ese vinculo de amor entre una madre y un hijo. Quizás porque toda madre se identificaría con la ENTREGA que supone tener un hijo y la AMARGURA que conlleva verlo sufrir. Así como los años pasados son UN ROSARIO de vivencias, cariños y decepciones, y también satisfacciones. Entendiendo que a través de la PIEDAD se supera el DOLOR y con el SACRIFICO se llega a la ESPERANZA, donde la GRACIA de la vida te puede llenar de DESCONSUIELO  y DOLORES. Siempre encontrando en una mirada, un gesto o un beso un CONSUELO DE LAGRIMAS donde cubrir una SOLEDAD; donde el amor, sin duda, le devolverá la ALEGRÍA.  Quizás los hijos encuentren en María esa madre que querer, entendiendo que ese sufrimiento te traspasa de alguna manera cuando el cariño va ligado a una devoción, tradición y herencia.

Es por ello que no hay privilegio mayor para un hijo que estar cerca de su madre, de poder cuidarla y devolverle de alguna manera todo lo que ella dio por ti. Quizás en un mundo donde reivindicamos respeto por una condición sexual, unos ideales o filosofías, y hondeamos banderas exigiendo un respeto necesario, deberíamos entender y respetar también que para muchas personas una imagen es más que una imagen, y que para muchísimos creyentes son ese puente de fe para agarrarse a algo que se llama creencia o religión, y que sin duda necesitan para su día a día, para simplemente… vivir, o sencillamente para poder disfrutar de algo tan necesario como el AMOR DE MADRE.

 

Sobre el autor: David Calleja es el Teniente Alcalde de Fiestas y Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María