El western, por más que se diga, no muere, resucita invariablemente, existe y existirá siempre porque es un género auténtico, que bebe de muchas fuentes y está casi en el origen del cine. Es un género típicamente norteamericano en el cual hay violencia, supervivencia, drama, robos, disparos, indios a veces, diligencia, caballos a veces, también amor, camaradería, mutua ayuda, honor y tantas otras virtudes de hombres y mujeres curtidos en mil batallas.
Los atracos a bancos, los polvorientos caminos, los paisajes agrestes o las aventuras arriesgadas siempre estarán, y al lado vaqueros, saloom, wiski sheriff, forajidos y también ciudadanos honrados. Y con el tiempo vino la Ley, el juez (de la horca), los juicios que suplieron los linchamientos, se empezaron a guardar las armas, los pistoleros empezaron a quedar marginados y prestaban sus servicios a grandes rancheros o se entregaban a las causas nobles. Este fue el western crepuscular, del que habré de hablar en sucesivas entregas.
Hoy traigo dos western atípicos y actuales. El primero, Los hermanos Sisters (2018) es curiosamente un western francés, una película de una gran calidad a todo nivel como ahora explicaré mejor. La segunda película se desarrolla en nuestra actual sociedad y su protagonista, Robert Redford, ha declarado que tiene el sello del western, The Old man & the Gun (2018): caballero, atracador y todo un vaquero moderno mayor muy seductor.
LOS HERMANOS SISTERS (2018). Excelente western taciturno que desmitifica y presenta un lejano oeste decadente, con protagonistas perdedores, hombres cansados de la violencia que han padecido a lo largo de su misérrima existencia y que se plantean dejar la vida de forajidos. Estamos en el siglo XIX en plena fiebre del oro.
Charli y Eli Sister son hermanos y caza recompensas con un largo historial de crímenes. Ambos hermanos han sido contratados por un siniestro Comodoro para que asesinen a un buscador de oro que posee una fórmula química para extraer el noble metal. La cinta es una larga y cruel caza por valles y montañas. Audiard ha conseguido una película respetuosa con el género y una narrativa clasicista. El espectador acompañará a los sanguinarios hermanos Sister, que son en realidad los héroes del film. El guion logra un interesante retrato de dos forajidos en comunión fraterna.
En la historia asistimos al cariño que se profesan estos dos hermanos antitéticos, toscos y feroces, unidos por un destino de mutuo apoyo para sobrevivir. El viaje de Charli y Eli se desarrolla por senderos escarpados o boscosos y en cada escena, estos personajes sucios y hambrientos, respiran la vida propia del western. Todo ello está teñido de lirismo con su encuadre adecuado: primeros planos para la cercanía o planos aéreos para la fusión de los hombres con unos parajes majestuosos.
Constante viaje y saltar fronteras, y el relato íntimo de ambos hermanos que anhelan retornar al hogar. John C. Reilly y Joaquin Phoenix son dos enormes valores de esta película. Reilly hace un trabajo interpretativo inconmensurable y Phoenix hace gala de gran repertorio actoral. A pesar de contar una historia sombría y sanguinaria, Audiard aporta un grado de luz y esperanza en los eternos valores de la camaradería, el honor y el acompañamiento de dos hermanos y sus lazos de sangre. El mismo Audiard ha declarado: “escribí la película a la manera de un cuento de hadas, y por tanto diseñé la violencia que aparece en ella como si fuera vista a través de los ojos de un niño o incluso como si fuera cometida por un niño. Creo que, en general, esta es mi película más luminosa y optimista”. Efectivamente, el retorno de los bandidos a la casa de la madre recuerda el cuento de Hansel y Grettel de los hermanos Grimm.
THE OLD MAN AND THE GUN (2018). El protagonista del film, Forrest Tucker (genial Robert Redford), es un ladrón de bancos, un hombre mayor, pulcro, correcto; apasionado por robar y evadirse de la cárcel cuando lo pescan. Es educado, es vocacional y es juicioso. Además, hay igualmente otro aspecto en la peli que choca con este mundo actual donde los viejos ni roban ni nada porque parece que no existen.
Aquí es todo lo contrario, Tucker y sus amigos viejetes forman la llamada “Banda de los carrozas”, fichados y perseguidos, pero que son muy tenidos en cuenta por las autoridades. Forrest es la glorificación del atracador cordial y desinteresado, que está por encima del típico asesino cruel.
El director David Lowery, con un guion suyo adaptación de un artículo del periodista David Grann sobre la historia del ladrón de Bancos Forrest Tucker, consigue tejer una historia agradable, inteligente y simpática, con otros instantes de romance y el sabor agridulce de las cosas de la vida. Así es el incansable y gentil atracador que nunca hirió a nadie, y que incluso encuentra el amor otoñal con una mujer interpretada con solvencia por Sissy Spacek con quien protagoniza escenas románticas bellas e intensas.
Robert Redford que es ya un icono, uno de los actores más solventes de la historia del cine norteamericano, rostro surcado por el tiempo, broncíneo, limpio en su mirada azul, con aspecto de hombre sabio, se despide a lo grande, sin aspavientos, haciendo lo difícil fácil.
La película es Robert Redford, no sólo actor o cineasta, sino que él mismo es el elemento que da sentido cabal al relato. Lo queramos o no, muchos hemos ido a ver esta película por ser el adiós de un actor para la eternidad, un actor que además ha interpretado y dirigido grandes películas. La cinta, a pesar de su tintura nostálgica, los adioses y todo eso, no renuncia al sentido del humor, que es un recurso muy importante de este testamento cinematográfico.
En resolución, la película cumple muy bien como broche final de la carrera de Redford. Él mismo, el de “Dos hombres y un destino”, ha declarado que esta cinta tiene el sello del western. Bye viejo amigo. Esperamos los aficionados al cine que esta despedida haya sido una ocurrencia que tiene margen para ser corregida, para que te volvamos a ver de nuevo en las pantallas.