Después de la “aclamada” campaña navideña en El Puerto, es tiempo de Fitur, ya saben, la fiesta del turismo que se celebra todos los años por estas fechas del mes de enero y a la que no pueden faltar nuestros gobernantes, adláteres, convidados y algun que otro ‘colao’ de los de siempre. Y es que la foto de este año es más numerosa que la del anterior pero es conocido que hay quienes mueren por presumir de ‘portuensismo’ en las instalaciones de Ifema. Los demás portuenses que no tienen ese privilegio de pegarse el viajecito a tierras madrileñas pueden consolarse con contemplar las fotos y el consabido vídeo con sus manidos recursos turísticos, esto es, Rodolfo lagostino como estrella principal, el Castillo de la firma bodeguera, la publicidad gratuita al cocinero de las estrellas y el excesivo protagonismo de Los Toruños. El Vaporcito ya como que no. Las facturitas de los hoteles para técnicos e invitados ya las pagamos usted y yo.
De nuevo, otro año más, el mismo argumento previsible de la historia de esta tierra de cara al exterior. Nada nuevo bajo el sol, ese mismo sol con el que se pretende vender el eslogan afirmando que El Puerto “es mucho más que un destino de sol y playa”. Ojalá sea así aunque a vista de todos está que queda mucho camino por recorrer. Por otro lado es imprescindible cuidar lo poco de lo que se dispone en lo cultural y artístico para que luego uno de los miles de turistas a los que se espera recibir no se encuentre con la puerta cerrada cuando pretenda visitar uno de nuestros museos un día del mes de julio a las cinco de la tarde. En lo artístico parece ser que el mayor exponente va a ser lo del festival del perreo aunque aún no hay cerrado nada con grandes estrellas del panorama actual del rock mundial como está ocurriendo en el Tío Pepe de Jerez o el Concert Music Festival Sancti Petri.
Lograr convencer de la modernidad y progreso de una ciudad a quienes la habitan eso ya va a resultar más complicado. El viejo método de hacer reportajes a vista de dron con música aflamencada no siempre logra tocar la fibra sensible a la mayoría de los ciudadanos. Se necesitan realidades y no ficción para que el lema ‘Es tu destino, es tu Puerto’ no quede lejos de lo que se nos ofrece a quienes aquí viven los 365 días del año. En el día a día y en la cotidianidad radica el éxito o el fracaso de la consigna.