Arranca un cuatrienio en El Puerto de Santa María con un nuevo equipo de gobierno que sustituirá a los seis concejales que se quedaron en minoría tras lo del “dichoso email” y otras cagadas finales que estropearon lo que se presumió iba a ser el despegue definitivo de la ciudad allá por el año 2015, terminando por ser un continuismo político del anterior gobierno de la derecha que regresa a este rincón de la Bahía. Y es que no fue suficiente con el “efecto Sánchez” para que el destituido gobernante revalidara por otros cuatro años más, aunque hubiese resultado paradójico de haberlo conseguido cuando no se es sanchista y se es de los que apoyaron la abstención para que gobernase Rajoy en aquella lamentable sesión de investidura para su partido.
Se le ha dado el pistoletazo al verano con nuevo regidor y, a la vez, con el Festival Monkey Weekend cuya filosofía sigue sin ser entendida por muchos portuenses donde casi la totalidad de las entradas fueron vendidas a monetes foráne@s a los que se espera vuelvan el año que viene si Dios y el nuevo quieren. Se nos presenta una estación calentita con las incertidumbres que ha heredado “el nuevo” de “el viejo” y las que vendrán pues queda mucho trabajo por hacer en una ciudad donde a los ciudadanos les ha quedado claro que la política va más allá de los vídeos y el autobombo del primero y de la sonrisa impuesta y las palmaditas en la espalda del segundo. ¿Se terminará el parking antes que termine el año? ¿Se reabrirá oficialmente y no de pegote la Casa de la Cultura? ¿Se arreglará lo de APADENI, y las subvenciones al Racing, Recreativo, La Estrella y La Gaviota para el programa de Hidrosport? ¿Será de nuevo el ‘semanasanterismo’ y La Feria el santo y seña de la ciudad? Demasiadas interrogantes para el futuro que se avecina.
Entre otras muchas cosas, también queda por saber si la llegada del nuevo traerá o no el regreso del grupo Siempre Así como viene siendo norma, si causarán efecto o no en el turismo local las iniciativas que se piensan poner en marcha desde las concejalías responsables de ello y si tendremos o no los hoteles a rebosar como antaño.
Muchas son las dudas que surgen en la ciudad ante la inminente llegada de la canícula pues no basta con ser repetitivos. Está muy bien eso de los mercadillos medievales y otras actividades veraniegas heredadas de pasadas legislaturas que intentan dinamizar el Centro, no obstante se echa de menos algo novedoso y con sello propio y dejar definitivamente el “copia y pega” de todos los años por estas fechas.
Lo mejor del verano es que es un tiempo de libertad, cuando lo mejor que podemos hacer es simplemente liberarnos de todos nuestros límites y aprender a relacionarnos con la belleza del mar, el cielo, las flores y la naturaleza en general. Es un periodo de promesas y expectativas…
Pues eso, a ver lo que hace el nuevo y lo que deja de hacer. Iremos contándolo…