Germán Beardo (Tribuna libre).- Se cumple el 40 aniversario de nuestra Constitución. Cuatro décadas que desde una óptica cenital han traído a España los mejores años de nuestra historia. Tiempo de libertad, de derechos, obligaciones, concordia y progreso.
El marco constitucional ha permitido a los españoles desarrollar una sociedad garantista y un estado de derecho homologable a las democracias occidentales de las que somos parte bien considerada. España es una gran nación, con un pasado histórico, un presente estable y un futuro alentador.
Los españoles en convivencia democrática hemos emergido en todos los parámetros socioeconómicos, políticos, profesionales y culturales hasta ser cabeza del progreso en Europa y en el Mundo.
Es evidente que la sociedad ha evolucionado, que las leyes deben reformarse para adaptarse a los tiempos contemporáneos y así permitir que perviva la concordia democrática pero siempre deberá hacerse con el mismo talante de unidad y consenso que lo hicieron en 1978.
Hoy España tiene mucho que celebrar: 40 años de estabilidad y desarrollo, de libertad y pluralismo, de emprendimiento y pujanza, de igualdad y respeto. Se cumplen cuatro décadas que como toda imperfección de la obra humana nos ha permitido avanzar corrigiendo errores. Ningún reto enfrentado por los españoles ha conseguido destruir nuestro sistema, ni el terrorismo ni el secesionismo, ni el paro ni la corrupción.
Los cimientos de la España constitucional son fuertes y sólidos y la sociedad española vive hoy con calma los ataques que nuestro tiempo político ha tocado lidiar con la quietud, la tranquilidad y el orden que ofrecen las respuestas de la Ley y nuestro Estado de Derecho, firme y decidido ante cualquier intento de menoscabo de la convivencia. El Estado tiene siempre una respuesta para quien pretenda quebrarla.
Las generaciones nacidas en democracia como la mía tenemos ante nosotros el reto de garantizar su continuidad. Ser críticos pero a la vez responsables, reformar, pero mantener. Convencer mediante la pedagogía. Y ayudar con nuestro trabajo al progreso de los españoles solidificando hoy las bases de la convivencia de mañana.
El abrazo que se dieron nuestros abuelos, y ya también hoy, nuestros padres, debe ser el recuerdo definitivo para un futuro mejor sobre una España Constitucional y democrática donde caben todos en convivencia pacífica de libertad, igualdad y pluralismo político. Desde El Puerto de Santa María, patria chica de Muñoz Seca y Alberti, de Menestheo y Milagros, y también de Álvarez, Gómez Ojeda, Torres, Díaz, Gago, Moresco, Candon y De la Encina, con ilusión por el mejor futuro de nuestra ciudad, Andalucía y España.