Como dije en la pasada entrega, hablaría en esta semana de un tipo de acción con sello propio. Veamos, Fast & Furious es una franquicia de medios estadunidenses centrada en una serie de películas de acción, violencia, persecuciones con coches, aviones u otros, que incluye también videojuegos y atracciones de parques temáticos.
Distribuida por Universal Pictures, aunque la saga tuvo una baja importante del elenco tras morir Paul Walkner en 2013, Vin Diesel continuó con las series de películas que le prometió a Walker. La cosa es que la saga está muy viva en la actualidad, como ahora veremos.
Se han lanzado álbumes con las bandas sonoras de las películas, dos cortometrajes, relacionados con la franquicia e incluso una serie animada para TV titulada Fast & Fourious: Spy Racers.
Las entregas de F & F han sido todo un éxito comercial, siendo la franquicia más potente de Universal con cientos de millones de dólares en taquilla (algunos datos hablan de $ 5.891 millones a partir de 2015). Es la quinta serie cinematográfica con mayores recaudaciones de la historia.
La primera de sus películas se estrenó en 2001, dando comienzo a la trilogía original de filmes centradas en las carreras callejeras. Culminó en la película independiente The Fast and the Fourious: Tokyo Drft (2006). Se reinicia con Fast & Furious (2009) que hizo la transición hacía atracos y espionaje, y fue seguida por cuatro secuelas, hasta las dos películas que comentaré en estas líneas: Fast & Furious: Hobbs & Shaw (2019) dirigida por David Leitch; y la última: Fast & Furious 9 (2021) de Justin Lin.
FAST & FURIOUS 9 (2021). En la película Dom Toretto (Vin Diesel) lleva una vida tranquila con su pareja Letty (Michelle Rodriguez) y su hijo Brian. Pero el peligro acecha. En esta ocasión la amenaza obligará a Dom a enfrentarse a las fallas y errores de su pasado para salvar a sus seres queridos.
El equipo habitual de esta entrega se vuelve a juntar para impedir una intriga con amenazas al mundo, liderado por un asesino y pérfido mafioso muy peligroso. Junto a él está el hermano pequeño de Dom, Jakob (John Cena).
Dirección más que respetable del archiconocido y comercial director taiwanés Justin Lin, con un guion trepidante y el conocido personaje creado por Gary Scott Thompson.
En la obra están los personajes habituales, los actores -más o menos- de siempre, con la incorporación estelar de estrellas como Helen Mirren o Kurt Russell, y la misma acción rápida y delirante que aquí incluso se excede.
Con una esplendente fotografía de Stephen F. Windon, acompaña al filme una potente música de Brian Tyler, por momentos atronadora. Minutos descabellados que ponen a prueba la capacidad del espectador para creer lo imposible.
El reparto es el habitual, como decía, con Diesel encabezando en el rol de Dom (de lo peor pero pone el careto), seguido de Michelle Rodriguez (correcto trabajo como Letty, nueva pareja de Dom), Jordana Brewster (la hermana de Dom y Jacob), Gibson (Roman), Ludacris, Cena (bien como Jacob), Charlize Theron (la mente criminal dentro de una celda con paredes transparentes desde donde se burla con su superioridad de los demás) o Helen Mirren (interesante e incluso graciosa ladrona de joyas caras), entre otros. Todos dan el nivelito para tanta acción, violencia, destrozos, incluso moralismo y también humor.
Detalle de interés es que el argumento no aspira a ser entendido, aunque se adentre en algunas complejidades que finalmente resulten accesorias. Se puede disfrutar del metraje sencillamente viendo los vuelos, golpes, disparos o persecuciones de coches, tanques y aviones.
Momentos descabellados que ponen a prueba la capacidad del espectador para asimilar lo imposible. Sin ser una película que resuelva el verano, ni siquiera una tarde, pero un par de horas largas se las lleva en un suspiro.
En lo moral o ideológico es una película conservadora y convencional con la figura paterna y la familia presidiéndolo todo. La familia incluso como explicación de infinitud, pues los propios personajes reflexionan sobre si son inmortales, a lo que se une a la idea de que la familia es la institución que todo lo trasciende, incluido que entre tanto estallido y bomba no haya ni un rasguño y menos aún ningún muerto en combate.
De modo que el filme es valedor de la familia. Incluso su base argumental es el trauma que llevó al estólido héroe Dom Toretto (Diesel) a subrayar lo familiar, pues todo arranca de celos fraternos, complejos de Edipo antiguos e historia de venganza entre dos hermanos, Dom y Jacob, que luchan sin tregua de una punta a otra del globo por tierra, mar y aire, en tejados, a través de edificios, en coches y tanquetas y una sucesión de flashbacks que nos va a apuntando qué fue lo que ocurrió en el pasado y la causa de que uno de ellos se convirtiera en un villano mientras el otro se es el hombre cabal, gran mecánico de coches tuneados, agente secreto y entusiasta de las barbacoas.
De paso hacemos un tour rápido por el mundo e incluso la extra-tierra: EE. UU., Europa, Asia, África, etc. Todo ello por el mismo precio. Y de postre, que incluso resulta cómico, un paseo por la estratosfera en un automóvil Pontiac preparado con turborreactores.
Hay también elementos y símbolos religiosos e incluso bíblicos. Por ejemplo, se alude en más de una ocasión a la presencia de Dios en el corazón del niño (hijo de Dom), la constante presencia del símbolo de la cruz, tanto para llevar al cuello como muestra o como clave de una parte de la historia.
Y para que no falte de nada, la escena en que Dom, amarrado por ambas manos a sendas enormes columnas de un fortín blindado, tirando de músculo derriba las columnas y cae todo el edificio a plomo sobre los malos recuerda la historia bíblica de Sansón cuando éste, una vez recobrada su fuerza atado a sendas columnas del templo donde están sus enemigos los filisteos, invocando la fuerza a Yavhe y haciendo fuerza exclamó: "Muera yo con los filisteos". El edificio se vino abajo, de manera tal que mató a miles de personas. Pues eso hace Dom, con su fuerza mata a prácticamente todo el ejército de pérfidos y malignos bellacos (un Sansón contemporáneo estado puro).
Concluyo diciendo que es una película para ver en pantalla grande pues, en suma, es puro artificio, aunque la falta de control y la amplificación generalizada la hacen excesiva y puede producir hartazgo.
Más extenso en la revista Encadenados.
FAST & FURIOUS: HOBBS & SHAW (2019). El agente Hobbs (Johnson) de los servicios de Seguridad del Cuerpo Diplomático estadounidense y Shaw (Statham), ex miembro de un cuerpo del ejército británico, ambos tradicionalmente enfrentados, se unen para plantar cara a un anarquista ciber-genéticamente manipulado de nombre Brixton (Elba), que pretende hacerse con el control de un arma biológica letal.
En esta trama está también la hermana de Shaw, una valerosa agente secreta del M16 (Kirby), e incluso la madre de ambos (Mirren).
David Leitch dirige con fortuna un filme que no engaña a nadie que anhele este spin-off que reivindica el cine de acción de siempre, actores ad hoc y una ingravidez en las imágenes de que incursiona en lo fantástico. Persecuciones increíbles, disparos, golpes a gogó y, además, cambios de escenarios naturales y urbanos interesantes de Inglaterra, EE. UU., Rusia o Samoa.
El guion de esta buddy movie salido de la pluma de Chris Morgan y Drew Pearce (personaje: Gary Scott Thompson. Historia: Chris Morgan). Tiene el libreto un tempo explosivo y no que necesita demasiadas maravillas y sorpresas para atar al espectador a la butaca. Un guion que es mera excusa para llevar a la acción y al lucimiento a los protagonistas, como era de esperar.
Además, hace gala de una jocosa animadversión entre los personajes principales, un humor que en ocasiones se agradece, pero que no deja de ser por demás infantil y por momentos exasperante, dado el empeño por hacerse graciosos los Johson y Statham. Pero, en fin, con ese humor omnipresente y eso sí, la perfecta química de los protagonistas, la película se convierte, como quien no quiere, en cierto placer plagado de momentos inverosímiles y episodios de fuerza y leña. Y a eso se va cuando uno decide ver estas pelis.
Excelente BSO de música hip-hop y buena puesta en escena que sabe encuadrar batallas y aventuras aéreas. Atinada fotografía de Jonathan Sela y el montaje un tanto precipitado que, no obstante, resulta eficaz.
El reparto tiene a dos principales actores de testosterona pura que llenan pantalla: el súper forzudo Dwayne Johson, cuya presencia es imprescindible en la saga; y el quebrantahuesos Jason Statham con su mirada fija que hiela. Están acompañados de la bonita y grácil Vanessa Kirby. Idris Elba muy bien como el malo de la película, el “Súperman negro”, el biónico villano. La guinda del filme, la siempre agradecida presencia de Helen Mirren. Y un reparto de actores y actrices excelentes como Eddie Marsan, Clif Curtis, Joe Anoa’I, Joshua Mauga, John Tui, Lori Pelenise Tuisano, Ryan Reynolds, Rob Delaney y otros.
Es digno destacar la gran cantidad de piezas moviéndose en este laberinto. Parece milagroso que todo funcione de manera tan perfecta como lo hace, pero Leitch lo consigue.
En suma, esta novena franquicia de la serie ofrece al público lo que a este le gusta: diversión, acción que desafía a cada instante las leyes físicas y de rico postre, dinámica familiar óptima ¿Alguien da más?
Más extenso en la revista Encadenados.