Jesús Antonio Rodríguez Morilla (Tribuna libre).- Hemos leído en El Puerto Actualidad, en esta ocasión promovida la noticia por Ecologistas en Acción de El Puerto, y casi puedo asegurarles, que tampoco constituirá la última “de estas espurias actuaciones”, sobradamente conocidas, procedentes de desalmados, que en el fondo desconocen que actúan contra ellos mismos. Es decir, contra la salud humana y medio ambiente.

Inertes (escombros), residuos de todo tipo, en una lista siempre interminable, de agresiones medio ambientales, las cuales, suelen constituir la “alimentación” perpetua de los vertederos ilegales, los cuales vienen a ser como la mala hierba, aparecen de todo tipo, y crecen en los lugares más insospechados contribuyendo a denigrar todo tipo de paisaje y salubridad, sobre todo, en esta época maldita qué nos ha tocado vivir.

No parece el caso de que esta zona boscosa u otras zonas afectadas de la ciudad, permanezca indemne a dichas agresiones según dicha O.N.G manteniendo nuestras reservas qué por parte de cualquier Autoridad pertinente, se les preste la debida atención, contando con la existencia de un Punto Limpio, qué aún el mismo, con adicionales que existieran en lugares señalados, serían suficientes para corregir otras facetas de actuación sobre la baja condición humana hacia sus semejantes.



El autor, tampoco es la primera vez que cuestiona estas situaciones, habiendo estado acreditado por Naciones Unidas en la reciente Conferencia Mundial del Clima, celebra el pasado diciembre en Madrid.

Viene siguiendo desde hace tiempo y con suma atención el hecho llamativo de que, una vez más, España se vio condenada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el 15 de marzo de 2017, por infringir claramente las Leyes de la misma.

Por otro lado, resulta duro aceptar que España pueda presumir, a tenor de los datos de la propia UE de ser el Estado Miembro más sancionado por infracciones medio ambientales durante los últimos años.

Igualmente, seguimos con regularidad las evoluciones de nuestro ya clásico problema, y sus estancamientos pertinentes en lugares, donde los “muros del silencio” de Bruselas, al igual que los españoles, son altos y escarpados.

No deja de tener interés para los lectores, lo acontecido en media España, respecto a la referida sentencia condenatoria del T.J.U.E.de fecha del 15 de marzo de 2017, sobre 61 vertederos Ilegales, y en la que casualmente se destaca nuestra picaresca, manifestando como finalizados distintos sellados de vertederos, pero que realmente se encontraban inconclusos, reiterándose nuevamente por la Comisión Europea, el 8 de junio de 2018, existiendo hasta la fecha un sepulcral silencio sobre su ejecución final.

Por cierto, en dicha sentencia, aparecía un vertedero en Torremolinos, el cual esperamos por el tiempo transcurrido, haya finalizado felizmente su ejecución, y  decir en este caso, “bien está, lo que bien acaba”

Comprobado quedó que sobre la totalidad de vertederos afectados y abandonados (61), cuando la Comisión Europea comenzó a expresar su desaprobación desde 2005. Desde entonces España ha venido incumpliendo más que lo contrario, pues se daba el hecho curioso de que determinadas autonomías anunciaban “a bombo y platillo”, finalizados los sellados de los vertederos correspondientes, surgiendo a continuación la opinión contraria, más bien realidad, por parte de la Comisión Europea. Vamos, algo así dicho coloquialmente, “les devolvemos el toro al corral”. Así hasta 61.



Más recientemente, (el 8 de noviembre de 2018), aparece en documentación C.E. la existencia de 1.513 vertederos, igualmente ilegales. Prosigue el silencio... pareciendo probable que alguno más nos toque en suerte, ¿y por qué no en nuestras proximidades?, ya que dicha cantidad da para cubrir mucho espacio.

En lo que a corto/medio plazo pueda afectar, su número es altamente preocupante, pues estas situaciones suelen resultar “sumamente contagiosas en un orden “in crescendo”.

Dichas situaciones suelen tener “dos paternidades responsables inmediatas”, en función de las disfunciones causadas asumidas: Autonomías y Servicios Locales, aunque la responsable final ante Bruselas, le corresponda ser a España, pero, soliendo tirarse piedras los unos a los otros, con los contribuyentes en medio.

Prácticamente, no existe una “receta magistral” para eliminar este tipo de vertederos, salvo el referente a la cultura urbana, sus denuncias y sanciones, pero tampoco son eficientes, valga el caso contemplado.

Cámaras de Vigilancia (si existen lugares para su instalación), “drones”, y, sobre todo, más atención por parte de las autoridades, aunque repito, problema de difícil solución, sobre todo por la inversión y cierta predilección en ocasiones por parte de los causantes en “eliminar a testigos molestos, como las cámaras”.

La creación de vertederos específicos en terrenos municipales, pudiera no ser el caso, debido a la posible inexistencia de suelo en zona tan turística como El Puerto, ¿pero porqué no reflexionarlo?

Mientras tanto, no queda más remedio que extremar vigilancias disuasorias, y en su caso coactivas, denuncias de vecinos, sin recomendar delaciones, sino hechos observados y la labor impagable de los Medios de comunicación, como en este caso, El Puerto Actualidad y ONG.