Antes de dar comienzo a esta columna quiero decir que este febrerillo loco ha querido quitarnos a dos cineastas de gran valía. El primero fue J.L. Cuerda, uno de pilares más importantes del cine español de las últimas décadas; más abajo me despido de él, comentando algunas de sus obras principales. El otro personaje es nada menos que Kirk Douglas, uno de los productores y sobre todo actores más emblemáticos del Universo Hollywood. Sobre él prometo escribir en la próxima entrega y así dar pie al merecido adios a toda una estrella.
EnriqueFLópiz (El Vaporcito con el cine). José Luis Cuerda escribió recientemente su biografía, «Memorias fritas» (Pepitas Ed. 2019), donde ponía fin con un aforismo categórico y circular, como sus guiones de cine, aforismo que dice: "Y llega el momento en que no recuerdas si te has olvidado de todo lo que querías olvidarte".
Este 4 de febrero, martes, su delicado cerebro que le estaba borrando los recuerdos no pudo soportar una ACB o “accidente cerebro vascular”, una embolia. Cuerda ha sido uno de los grandes maestros del cine español contemporáneo, un creador y un cineasta de lujo con obras tan señaladas como El bosque animado (1987), La marrana (1992), La lengua de las mariposas (1999) o Tiempo después (2018), adaptación de una novela suya de título homónimo, un filme ambientado en un futuro postapocalíptico, que cerraba la tetralogía del surrealismo que inició con Total (1983) (para TV), siguió con la archiconocida Amanece, que no es poco (1989) y cerró con, Así en cielo como en la tierra (1995). Iba a cumplir 73 años el 18 de este mes, pero no quiso esperar más.
Cuerda “in memoriam”. Para decir hasta siempre a este maestro, nada mejor que comentar algunas de sus principales obras. El cine de Cuerda es único; como él dijo, en sus películas había cosas que le gustaban y otras no, pero que algunas de sus películas se beneficiaban hasta de sus defectos. Sus películas eran, también en palabras suyas, "contingentes y convenientes para el cine español. No son necesarias, pero creo que sí es positivo que estén".
Bebe Cuerda de muchas fuentes, de los cortos de Miguel Mihura y Eduardo García, de las “astracanadas”, subgénero teatral cómico cultivado por nuestro paisano Don Pedro Muñoz Seca y el sevillano Pedro Pérez Fernández; y por supuesto son claras las influencias de Luis García Berlanga, Rafael Azcona o Fernando Fernán Gómez. Pero como nuestro director manifestó: "Yo lo que no soy es lo suficientemente tonto como para pretender hacer películas de Berlanga o Azcona, porque ya las habían hecho ellos muchísimo mejor de lo que yo las podría hacer y hubiese sido una chorrada. Lo mío, por decirlo así, son comentarios al margen; una manera de enfrentarme a realidades que básicamente pueden ser reconocibles en el mundo de Berlanga, Azcona o Fernán Gómez y de las comedias de aquella época. Lo que hago es retorcerle el cuello a eso y hacerlo víctima mía de alguna manera".
Alguien dijo de que Cuerda que pretendía matar al padre (o sea, a sus maestros, superándolos, etc.), a lo que él respondió: "Yo no mato padres, pero sí que opino sobre ello". Sirva para ilustrar su cine tres películas de las que paso a escribir algunos comentarios breves. Me referiré en las líneas que siguen a su última película, Tiempo después (2018); la maravilla La lengua de las mariposas (1999); y tal vez la más emblemática y “película de culto”, Amanece, que no es poco (1989).
TIEMPO DESPUÉS (2018). Se desarrolla el film en el año 9.177, cuando el mundo entero se había reducido a un único Edificio Representativo y a unas afueras mugrientas que estaban habitadas por todos los parados e indigentes del universo. Entre estos miserables está José María, un tipo decidido a salvar algunas dificultades para vender en el Edificio principal una riquísima limonada que él mismo hace.
La película es fruto de un “parto” de Cuerda que nos muestra un mundo que parece sin sentido y lleno de gente rara en un lugar aún más extraño. Pero si nos fijamos bien, ahí estamos nosotros y entonces te puede dar la risa, e incluso puede que te dé una llantera. Hay desempleados y hambrientos de todo cosmos (muy actual); hormiguean por allí barberos contrincantes; un parado “inconsciente de la merma ontológica que le amenaza” (Luis Martínez); una pareja de guardias civiles; un niño insurrecto; un rey natural y simpático; y cómo no, una historia de amor, pues no hay película sin cariño.
Cinta interesante, alucinante y melancólica, divertida, ligeramente incómoda y tan lúcida que hasta hace gracia. En fin, una metáfora para aplicar a cualquier época sobre el tópico de los ricos y los pobres, el poder y la gloria. Con chistes permanentemente y un tono extravagante, y simbología fácil y cruenta, esas son sus armas. En el reparto hay más actores famosos que chistes y se ve que todos se lo pasan genial en un trabajo de conjunto. Pero ojo, es una película con cargas de profundidad severas, pues es una obra satírica como la que comentaré ahora, “Amanece, que no es poco”, igualmente irrespetuosa, perspicaz y afilada sobre la sociedad que vivimos donde hay corrupción, desigualdad, falta de ideales y desencanto político y social.
LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS (1999). Se desarrolla en 1936, Don Gregorio es un maestro de pueblo y libre pensador que enseña a Moncho con enorme consagración y paciencia sus conocimientos sobre literatura, naturaleza, y hasta de las mujeres. Pero en aquellos tiempos aciagos late la política fatídica y la contienda, la cual hace acto de presencia cuando Don Gregorio es agredido por ser visto como enemigo del régimen fascista. Es de esta manera cómo, entre el niño y el sabio preceptor, se abre una gran brecha, fruto del contexto que los rodea; o sea, el maestro es marginado de forma expeditiva.
Excelente dirección de Cuerda y maravillosa interpretación de Fernando Fernán Gómez. Película encantadora, humanista, intimista, idílica, y también costumbrista y emocionante. Como apunta Haro Tecglen es una obra "durísima, triste y sin embargo llena de entusiasmo y de futuro. Una película de niños republicanos". Sin olvidar un final que se queda en la retina y en la memoria, un final pleno de buen cine y capacidad para conmover.
AMANECE, QUE NO ES POCO (1989). Se desarrolla la película en un pueblo absolutamente increíble, donde ocurren cosas prodigiosas, aunque sus habitantes las ven normales. Es un pueblo de sierra, perdido entre montañas. El director José Luis Cuerda, con un guion de su puño y letra, dirige magistralmente esta delirante cinta donde nada es trivial y todo es onírico, extravagante y singular hasta el extremo.
La historia está tan cargada de episodios desequilibrados e historias descacharrantes, que se puede decir que es una obra cumbre del cine surrealista de humor. No hay nada igual en la cinematografía española; este film está ya en lo más alto del cine más chiflado jamás imaginado. Excelente música de José Nieto y gran fotografía de Porfirio Enríquez.
La película fue rodada en las localidades albaceteñas de Molinicos, Aýna y Liétor, lugares muy cercanos a la infancia de Cuerda. En cuanto al reparto, no puede ser más de lujo, con actores y actrices de primerísima fila donde todos están geniales, naturales, como improvisando; son más de cuarenta actores los que participan. Antonio Resines genial como profesor de ingeniería en Oklahoma; Luis Ciges architodo como su padre; Cassen, rompedor en su rol de cura estrella; magnífica Aurora Bautista que es quien reparte los papeles en el pueblo; José Sazatornil, un lujo como Jefe de la Benemérita; Pastora Vega maravillosa; Chus Lampreave que da mucha risa; Manuel Alexandre grande; y así María Isbert, Gabino Diego, Ovidi Montllor, Tito Valverde, etc.
Es una película coral cuyo reparto fue definido por Luis García Berlanga como "el mejor reparto del cine español". En este pueblo maravilloso se venera al escritor norteamericano William Faulkner; crecen hombres en la tierra como las hortalizas; en un solo encuentro la esposa del médico tiene un embarazo múltiple; las misas son todo un espectáculo; igual que las clases en la escuela, etc.: humor absurdo. Muy recomendable para ver cosas hasta no entender, o presenciar realidades imprevistas para reír y sonreír. Esta película es ya una "película icono".
Fue considerada la mejor película española durante 60 años en la Seminci de Valladolid; y ha sido elegida por la revista Cinemanía como la decimoquinta mejor comedia de todos los tiempos.
Desde arriba, José Luis Cuerda estará haciendo de las suyas con su humor insólito y su entrañable corazón de hombre grande a todo nivel.