La proliferación de pisos turísticos ilegales y el incremento del llamado turismo de botellón están generando un clima de malestar entre numerosos vecinos de El Puerto de Santa María, que aseguran soportar ruidos, fiestas y comportamientos incívicos durante meses sin encontrar amparo en el Ayuntamiento.

Entre las molestias más repetidas, los afectados señalan el excesivo ruido nocturno, que califican como “un verdadero calvario” y que, denuncian, no se sanciona por la ausencia de un servicio municipal que realice mediciones y actúe de forma efectiva.



Desde el PSOE se alerta de que en la ciudad “se está dando la tormenta perfecta”: la combinación de pisos turísticos ilegales, turismo de botellón y falta de medidas de control. Su portavoz, Ángel González, reclama al alcalde Germán Beardo “contundencia y control” para frenar una situación que, advierte, deja al portuense desamparado y con sus derechos vulnerados.