En los últimos veranos, la expresión "turismo de borrachera" se ha convertido en el comodín perfecto para explicar cualquier altercado, cualquier acto incívico o cualquier propuesta de ocio que implique juventud y música. Pero El Puerto merece más que etiquetas simplistas. El verdadero debate es más complejo, y también más incómodo.
El Puerto de Santa María ha vivido dos extremos: años de abandono y ausencia de estrategia turística, con la ciudad perdiendo atractivo y rumbo, hasta consolidarse el ya célebre “El Puerto está muerto”; y, más recientemente, una explosión del turismo, que ha colocado al municipio “de moda” en todo el sur de España, especialmente entre los más jóvenes.
Hemos pasado de cero a cien en muy poco tiempo, y eso nos obliga, como ciudad, a gestionar esa transformación con responsabilidad, perspectiva y sentido común. Porque crecer sin reglas, sin orden y sin planificación es, sencillamente, abrir la caja de Pandora.

Blu Puerto Sherry.
La fiesta no es el problema
El Puerto es una ciudad que vive gran parte del año de su ambiente, su noche, sus playas y su oferta de ocio. Y debe seguir siéndolo. Pretender lo contrario sería ir contra su propia identidad, su cultura y su economía local.
Pero fiesta no puede significar impunidad, suciedad, ruido o vandalismo. La convivencia tiene límites, y el modelo turístico también. Por eso es fundamental aplicar mejoras en el orden, el control y el civismo, que frenen los excesos.
Aquí, el papel del Ayuntamiento es clave, y hay que reconocer también el contexto en el que se encuentra: una ciudad que venía de años de estancamiento y con un turismo moribundo. Hoy, la realidad ha cambiado. El Puerto atrae visitantes durante todo el año y genera economía.
Pero ahora toca gestionar bien esa presión turística, con equilibrio y planificación. Y en eso, el Ayuntamiento no está de brazos cruzados. Se han activado campañas contra el botellón, se han instalado cámaras de vigilancia y se están revisando ordenanzas.
¿Falta aún más presencia de la Policía Local? Sí —que es algo muy distinto a querer cobrar más y trabajar menos, que es lo que pretendía presuntamente el sindicato UPLBA con la famosa "huelga de pantalones", además de reclamar justas y necesarias mejoras en equipamiento, infraestructura y más agentes—.
¿Falta adaptar normativas a la nueva realidad? También. Pero hay avances en marcha, y conviene exigir con rigor, sí, pero también con memoria: venimos de décadas de abandono. Y muchos de los que hoy gritan, se enojan, protestan y se colocan oportunamente tras algunas pancartas, son los mismos que cuando tuvieron su oportunidad no supieron aportar esas soluciones inmediatas que hoy reclaman a otros.

Disfrutando del verano portuense. / EA
Turismo para todos
Frente a quienes reducen todo el fenómeno al exceso nocturno, conviene recordar que el turismo en El Puerto no es unívoco, ni debe serlo. Reducirlo al “turismo de borrachera” es ignorar la realidad o intentar manipularla movido por fines particulares o políticos.
No hay duda. La ciudad es actualmente diversa en su modelo: turismo joven, cultural, familiar, gastronómico, deportivo, de naturaleza, de eventos o congresos. Basta ver el impacto de citas como la Euro Beach Soccer League, con 6 millones de euros generados, o festivales como Puro Latino, Monkey Week, Fiesta de los Patios o La Motorada; que por muchas quejas que pueda originar, es un fin de semana que supone todo un balón de oxígeno para hosteleros y hoteleros portuenses, que son el verdadero pulmón económico de la ciudad.
Hay mercado para todo. Pero falta consolidar un plan sostenido a largo plazo, con apoyo institucional, colaboración privada y una visión clara del modelo de ciudad que se quiere. Aunque siempre habrá ciertos sectores que quieran imponer otro modelo de ciudad distinto. Precisamente, el que fueron incapaces de implementar cuando tuvieron su momento y gobernaban.

En la Playa de La Puntilla, estampa típica veraniega en El Puerto. / EA
Lo que es evidente, se esté a favor o en contra del modelo de ciudad, es que el llamado "turismo de borrachera" se está utilizando como arma política, no como diagnóstico riguroso. Se aprovechan vídeos virales o incidentes aislados para sacar rédito partidista o alimentar el rechazo al turismo joven, cuando lo que hace falta es justo lo contrario: más datos, más análisis y menos ruido a través de los voceros de siempre venidos a menos.
No se puede gobernar ni hacer oposición con etiquetas, ni mejorar la ciudad a base de consignas y pancartas. Hay que distinguir lo que es incivismo de lo que no lo es. Hay turistas respetuosos y vecinos que no lo son, hagan o no su compra habitual en un gran supermercado, o consuman habitualmente en el bar de la esquina. Hay fiesta sana y hay descontrol puntual de turistas y portuenses. Hay exceso y hay convivencia. Saber diferenciarlo, y no generalizar, es el primer paso para actuar con eficacia.
El Puerto no necesita criminalizar al turismo ni entregarse sin condiciones al descontrol. Solo necesita lo que toda ciudad inteligente aspira a construir: equilibrio, responsabilidad y modelo. Porque el turismo de borrachera, como tantas otras etiquetas, no lo explica todo. Ni es todo. Ni es nada.

En la Plaza de la Herrería, bajo los paraguas, no todo es vandalismo puntual o turismo de borrachera. / EA
Los datos avalan: El Puerto está creciendo
Según el último informe de Exceltur, El Puerto de Santa María es el destino con mayor crecimiento en rentabilidad hotelera de toda la provincia de Cádiz, por delante de localidades históricamente más consolidadas. En 2023, todos los indicadores turísticos mejoraron:
-
+8% en número de visitantes
-
+9,7% en ocupación hotelera
-
+12,7% en pernoctaciones
-
+25,4% en rentabilidad por habitación
En 2024 se alcanzaron los 650.000 turistas, con un crecimiento destacado del turismo internacional (+7%). La ocupación en eventos fuera de temporada ha rozado el 92% y el gasto medio por turista ha pasado de 16,47 € a 49,77 €, consolidando un modelo desestacionalizado y en expansión.
Este crecimiento exige infraestructuras a la altura: nuevos hoteles, más regulación, planificación y equilibrio. Y ya hay proyectos en marcha para responder a esa demanda y generar más empleo.
Ver esta publicación en Instagram