
“Nuestra harina El Vaporcito siempre apoya la cultura, el deporte y el arte”.
He tratado la enfermedad de Alzheimer en entregas anteriores en títulos como, El mal de Alzheimer en el cine; o Asesinos sin memoria.
Vuelvo a esta dramática y actual dolencia neurológica con sendos documentales de casos reales. La memoria infinita (2023), de M. Alberdi; y Mientras seas tú (2023), de C. Pinto. Documentales tan buenos como dramáticos.
LA MEMORIA INFINITA (2023). La documentalista chilena Maite Alberdi nos regala un estudio dolorosamente tierno, de no ficción, un fragmento de la vida de un matrimonio. Ambos temen el día en que deje de reconocerla, y trabajan diariamente los recuerdos. La película es una experiencia profundamente personal.
Alberdi inserta su cámara en la cotidianeidad, en la del enfermo y su mujer, la directora nos mostrará ese hogar para narrar los cambios que tienen lugar a través de los años, fruto de la demencia alzhéimer.
“Haciendo un poco de historia”
Augusto José Góngora Labbé (1952-2023) fue un periodista, documentalista y presentador de TV chileno. Durante su carrera estuvo a cargo del área cultural de la televisión nacional de su país, durante las décadas de 1990 y 2000, habiendo pertenecido a su directorio entre 2016 y 2017.
Tras un primer matrimonio, Augusto inicia una nueva relación en 1997 con la actriz Paulina Urrutia, con quien se casó en 2016.
En 2014, con apenas sesenta y dos años, Góngora fue diagnosticado de una demencia tipo Alzheimer y fue en 2020 cuando su esposa Paulina dio a conocer un importante deterioro de sus funciones, hasta su muerte en 2023 con setenta y un años.
“Un relato de amor”
Augusto y Paulina han vivido juntos y enamorados desde hace más de un cuarto de siglo. Cuando la memoria de Augusto empieza a debilitarse, aprenderán a reinventar su forma de relacionarse y la forma de mantener ese amor que va parejo a los recuerdos que pugnan por volar.
La historia del periodista Góngora y la actriz Paulina Urrutia (conocida como “la Pauli”) sigue su curso en el celuloide. En la pantalla vemos como ambos repasan su relación mientras enfrentan los desafíos de la enfermedad.
Hay momentos de ternura, caricias, risas íntimas y también fases de desconcierto y agresividad. No evita la película mostrar la crudeza de la enfermedad.
“La determinación de Paulina”
El motor de esta batalla es la mujer de Góngora, la actriz convertida en ministra de Artes y Cultura Paulina Urrutia, con quien contrajo matrimonio en 2016, dos años después de su diagnóstico.
Hay determinación, devoción y un optimismo casi inagotable en Paulina, mientras guía amorosamente a su esposo a través de la creciente niebla de su pasado. Presenciamos sus vidas en común, el empuje de ella, sus ganas de retenerlo despierto y lúcido.
Ese núcleo de sentimiento profundo y hermoso ricamente resonante asegura que el documental no se adentre en el melodrama en ningún momento, ni devenga tragedia fatal.
Ella lo convence para que rellene el mismo lienzo en blanco una y otra vez. Algunos días recuerda más que otros. Y algunos días cae en la desesperación, llorando por cuán inaccesibles se le hacen los libros.
Vemos a Pauli leyéndole a Augusto, caminando con él por el parque, haciendo fisioterapia, observando protectoramente cómo él hace un tambaleante intento de andar en bicicleta, incluyéndolo en sus ensayos para una obra de teatro.
“El olvido de un hombre que luchó contra el olvido”
La paradoja, el absurdo vital y sustancial de esta cinta es ver que el hombre que luchó para preservar la conciencia de su país en los momentos de la dictadura de Pinochet no puede ahora salvar su propia memoria.
Las imágenes de él al frente de las protestas amplifican este extremo. Lo mismo que los recuerdos de su asociación con el iconoclasta cineasta chileno Raúl Ruiz, vistos en una entrevista con Góngora, en la que hablan de la fascinación de Ruiz por resucitar los muertos.
La paradoja de ver a Augusto, un gran luchador para mantener vivos los dolorosos recuerdos de la dictadura. Curiosa y significativamente, una de las publicaciones más conocidas en la que colaboró es: Chile: La memoria prohibida (1989), (“Crónica de los años sin olvido”), que relata hechos ocurridos entre 1973 y 1975.
Hay imágenes de la presentación del libro; también imágenes de un ejemplar dedicado a Paulina, quien le lee a su marido la dedicatoria: “los que tienen memoria tienen coraje (…) sin memoria no sabemos quiénes somos”, aunque ya Augusto apenas entiende…
Tensión y padecer
La tensión se muestra a menudo en ambos rostros. El dolor del olvido es muy profundo. Pero la fuerza del vínculo, de su relación y los destellos del hombre vibrante e inteligente todavía allí, bajo la bruma, hacen que esta película sea tan inesperadamente enternecedora como triste.
Obra cruda y emotiva pues, aunque esté cuidadosamente preparada, hay momentos en los que un brote de la enfermedad obliga a encender la cámara. Estos momentos están llenos de pura aspereza y desabrimiento.
Elogios y reconocimientos
La película ha sido elogiada por su enfoque y su habilidad para transmitir amor y positividad en medio del drama. Para el Rotten Tomatoes, y el “Tomatómetro”, el filme es calificado con un 92%, lo que refleja su impacto en la audiencia.
Fue galardonada con el Premio Goya a Mejor Película Iberoamericana y nominada a Mejor Documental en los Oscar 2024.
Por cerrar
Documental que aborda el miedo al olvido desde una perspectiva emotiva y realista. Su enfoque en la relación entre Augusto y Paulina, lo convierte en un documento pleno de sensibilidad, perseverancia, valentía y corazón.
Un testimonio poderoso sobre la fragilidad de la memoria y la fuerza del amor en tiempos difíciles: el verdadero “amor en los tiempos del cólera”, del que hablara García Márquez.
Maite Alberdi nos invita a reflexionar sobre la importancia de recordar y valorar cada momento. Este documental es una experiencia inolvidable que trasciende las barreras del género.
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MIENTRAS SEAS TÚ (2023). La historia sigue a la actriz catalana Carme Elías, diagnosticada de alzhéimer en 2019, tras 50 años en teatro, cine y televisión, mostrando la evolución de la enfermedad. Claudia Pinto, directora y amiga, captura con su cámara la memoria que se desvanece en la actriz y la frustración por perder la palabra que tanto amó. El filme es un pacto de amor y de amistad.
Es un testimonio generoso, valiente y vitalista de Carme. No es una cinta pedagógica sobre el alzhéimer. Acompaña a una actriz que se enfrenta con gran lucidez a la pérdida de su consciencia. “Mi último viaje consciente”, como lo llama ella.
Impecable dirección y meritorio guion de la Pinto. El reparto es, ante todo, Carmen Elías, a quien acompaña Carlos Corazza, el director y maestro argentino afincado en España. La Elías puntúa alto con su mera presencia. Es una importante mujer de cine y de teatro, con un perfil de elegancia, belleza y mesura, eso que se denomina “clase”.
Tiene la cinta igualmente una interesante música de Vanessa Garde envuelta en una estupenda fotografía de Agnès Corbera. La puesta en escena y todo el relato, que es doloroso y glorioso a la vez, muy bien llevado por Pinto.
Elías dijo que el proceso de afrontar el alzhéimer se produjo de forma natural, con miedo, desde los primeros síntomas. Poco a poco y con penar se pasa a la aceptación del diagnóstico, mediado por el pudor a hacer pública la enfermedad. Esta aceptación culmina con el libro de su autoría: Cuando ya no sea yo (2023), relato honesto sobre el alzhéimer, narrado en primera persona.
Desde que dio a conocer su enfermedad, la actriz, que ha cumplido 73 años, ha insistido en tener una muerte digna y por ello cuenta ya con el documento de voluntades anticipadas, que le proporciona "mucha tranquilidad".
Claudia Pinto ya había rodado con Elías La distancia más larga (2013), donde hace de mujer víctima de una enfermedad terminal; la segunda que rodó fue, Las consecuencias (2021), en un momento en que nuestra actriz ya tomó conciencia de que olvidaba los textos. Así que este documental es la tercera pata de una impensada “trilogía”.
De modo que fue hace cinco años cuando Elías, recién diagnosticada de alzhéimer, y su amiga Pinto, acuerdan rodar lo que vendría. Pinto había estado captando imágenes para Elías y su familia, para que ella lo recordase al verano siguiente.
La actriz tampoco sabía cómo iba a ser el devenir de la enfermedad. "Pensé que a estas alturas ya estaría fuera de juego, pero el proceso es más lento de lo que imaginaba", detalló Elías.
A esta crónica íntima rodada con respeto y pudor, lúcida y tiernamente, Pinto incorpora un material de archivo escogido con acierto, para que las imágenes antiguas cobren nuevos significados.
No es casualidad que la canción de los créditos sea Ítaca, de Lluís Llach, que habla de disfrutar más el proceso del viaje que el destino. La expectativa de un final próximo anima a Elías a revivir su camino como actriz desde sus inicios.
Carme va recordando sus personajes de la mano de su amigo, el maestro de actores y director Corazza, lo cual sirve para abrazar a todas las vidas que ha adoptado como actriz.
De manera que acompañan esta historia los personajes que Carme ha interpretado, y el documento se convierte en un constante juego de espejos, sellados por el afecto y la sintonía entre Carme y Claudia.
Por eso, el documental de Pinto hace que el espectador vuelva en el tiempo hasta 2009, cuando Elías recibió el Goya a Mejor Actriz Protagonista por Camino, 2008, momento en que hace un discurso interesante donde recuerda al gran actor José María Rodero, que defendía que “lo más importante en nuestro oficio es persistir”, lo cual es un rasgo de nuestra actriz: la perseverancia y la firmeza de carácter.
Este documental fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Pinto declaró que, si le hubieran dicho que pasearía por la alfombra roja donostiarra para presentar esta obra, habría dicho que era "imposible". Además, esta cinta ganó el Goya al mejor documental y el Premio Gaudí a la mejor película documental.
Al final de la película, Carme, envuelta en imágenes de archivo y bellas panorámicas, habla de su pasado: “Me descubro en un gesto adolescente, en una sonrisa infantil, en un latido del corazón maduro, en un ágil pensamiento, en un recuerdo gastado (…) El milagro de la vida. El milagro del arte. El misterio de no existir”.
Resulta conmovedor ver el humo de la memoria volatilizarse y a la vez perdurar en una mujer que resiste y sigue la vida, una gran actriz que nos sonríe desde la pantalla.
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