El casco histórico de El Puerto de Santa María sigue perdiendo vida residencial. Así lo reflejó el geógrafo José Luis Martín Ruiz durante su intervención en el ciclo Diálogos sobre Patrimonio y Centro Histórico, organizado por la asociación Betilo, donde analizó el preocupante descenso de población en el centro urbano a pesar del crecimiento global del municipio.

Martín Ruiz defendió la necesidad de aplicar el método científico para abordar el problema, partiendo de hipótesis, investigación, datos y conclusiones. Identificó tres elementos clave: Administración, Territorio y Población. Según expuso, entre los años 2000 y 2025 la población general del municipio ha crecido en unas 15.000 personas, pero este incremento no se ha reflejado en el centro histórico, que ha pasado de 15.800 a 14.200 residentes, con una clara tendencia a la baja.



Otro factor que agrava la situación es el envejecimiento demográfico. La pirámide poblacional muestra un deterioro acelerado en el centro, tanto en su base como en su cúspide, lo que dificulta la recuperación natural del tejido vecinal.

Desde la entrada en vigor del Peprichye en junio de 2021 se ha registrado un tímido repunte de empadronamientos, pero el efecto es escaso: 126 licencias urbanísticas y solo 49 nuevos residentes, lo que sugiere que la mayoría de las nuevas viviendas son segundas residencias.

A partir de un análisis detallado de 1.400 edificios distribuidos en 130 calles, se concluye que alrededor de un 40% de las viviendas del centro histórico están vacías, con algo más de ocupación en el Barrio Alto. A ello se suma el alto precio de la vivienda, la escasez de equipamientos públicos y la falta de aparcamiento, lo que hace poco atractiva la zona para nuevos residentes.

Entre las propuestas de actuación que se plantearon destacan:

  • Aumentar la inversión en equipamientos públicos

  • Fomentar la iniciativa pública y privada para poner en uso viviendas vacías

  • Crear viviendas asequibles en régimen de alquiler o venta

  • Aplicar la normativa sobre solares vacíos y edificios en ruina

  • Regular con firmeza las actividades molestas

Tras la exposición, se abrió un debate que dejó clara la complejidad del problema, con múltiples causas sociales, políticas y urbanísticas. Pero también quedó patente que está en juego algo esencial: la identidad viva del centro histórico de El Puerto.