El centro histórico de El Puerto de Santa María ha vivido durante años un preocupante proceso de deterioro. Sin embargo, desde la llegada de Germán Beardo a la alcaldía, este escenario ha comenzado a transformarse con determinación, planificación y hechos concretos.

La aprobación del PEPRICHYE (Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico y su Entorno) ha sido una pieza clave. Gracias a este instrumento, rehabilitar una casa palacio ya no es una iniciativa aislada ni improvisada, sino parte de una estrategia ordenada de recuperación urbana. Hoy, cada vez es más común ver obras y proyectos activos en el centro, devolviendo dignidad a nuestros edificios históricos y atrayendo nuevas oportunidades de vida y negocio.

Además de la rehabilitación arquitectónica, la apuesta cultural ha sido clara. En este mandato se han abierto dos museos fundamentales: el de Cargadores a Indias y el Museo del Patrimonio en el Hospitalito. Ambos han dado un nuevo uso a espacios históricos, atrayendo visitantes y reforzando nuestra identidad. A esto se suma la recuperación de la Fundación Alberti y la actual obra que se está ejecutando del Hospital San Juan de Dios.

La visión es clara: el patrimonio no es un problema, es una oportunidad. Y esa oportunidad se está aprovechando con una gestión seria y con resultados tangibles.

Hoy, el centro histórico de El Puerto ya no es símbolo de abandono, sino ejemplo de recuperación. Aún queda trabajo, sí, pero los pasos dados son firmes. Y eso, sin duda, tiene un gran valor.