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Bridget Jones es un personaje de ficción creado por la escritora británica Helen Fielding. Apareció por primera vez en la novela "El diario de Bridget Jones" en 1996 y luego fue llevada varias veces.

Bridget es una treintañera soltera que vive en Londres y trabaja como periodista. Es conocida por su personalidad divertida, torpe y llena de inseguridades. A lo largo de las películas, Bridget enfrenta desafíos en su vida amorosa.

El personaje de Bridget Jones se ha convertido en un icono de la naturalidad y la aceptación personal, y ha sido bien recibido por el público, lectores y espectadores, por su autenticidad y humor.

A propósito de este personaje se han rodado cuatro películas. Escribo hoy sobre el estreno: Bridget Jones: Loca por él (2025), de M. Morris; y la primera: El diario de Bridget Jones (2001), de S. Maguire.

Hay dos en el medio: Bridget Jones: Sobreviviré (2004), de B. Kidron y Bridget Jones’ Baby (20216), de S. Maguire.

BRIDGET JONES: LOCA POR ÉL (2025). Esta es la cuarta entrega con el personaje de Bridget, quien ahora ha enviudado y se encuentra sola pues su esposo Mark murió cuatro años atrás en una misión humanitaria en Sudán. Ahora, Bridget se dedica a la crianza de sus hijos, Billy, de nueve años, y Mabel, de cuatro.

Colaboran sus mejores amigos y Daniel Cleaver, un antiguo amante. Pero Bridget se encuentra en una especie de limbo emocional. Sus amistades, como Shazzer, Jude y Tom, su compañera de trabajo, Miranda, su madre y su ginecóloga, la Dra. Rawlings, se interesan por su vida y hacen presión para que vuelva a buscar el amor.

Lo que sí hace es trabajar de nuevo y prueba con una aplicación de móvil de citas (app). De esta manera conocerá a un muchacho soñador muy joven, impetuoso en el amor y superficial en sus sentimientos.

Nuestro personaje debe hacer equilibrios como mujer que tiene un empleo de responsabilidad en la TV, en su rol de madre y con su amor a medias del fogoso efebo.

Ello le acarrea un trabajo complementario: enfrentar y afrontar los chismes y el enjuiciamiento de las madres en el colegio, mujeres rectas y severas. Unido a que su hijo Billy no se acostumbra a no tener un padre. Y también, tiene una particular relación con el racionalista profesor de Ciencias de su hijo.

La propuesta del director Michael Morris (primer director en la serie) de esta cuarta entrega de Bridges Jones, es más melancólica que reivindicativa, más desencantada que ácida, quizá la edad y esas cosas que ya sabemos, han reconvertido a la cáustica Bridges en una mujer sosegada y tierna.

Renée Zellweger destila encanto neurótico en el papel de viuda de 43 años empapada en vino Chardonnay, que parece no haber aprendido mucho en los veinte años transcurridos desde su creación. Continúa sola, sus amigos se han emparejado y, oh sorpresa, ella ha ascendido al papel de productora ejecutiva de un programa de noticias de televisión nocturno (con crítica a los medios y todo, curiosamente).

En esta cinta Bridget ha perdido algunos de sus rasgos como la compulsión por el cigarrillo, ya no cuenta calorías y prefiere algún cóctel ocasional. Daniel Cleaver, el personaje de Hugh Grant, también se ha suavizado en algunos aspectos, aunque continúa saliendo con jovencitas de veintitantos, como su novia Jeminizer.

Y el grupo de Bridget, liderado como siempre por Shazza (Sally Phillips), sigue siendo punto de ferviente apoyo, aunque no sepan bien cómo manejar a la amiga que todavía padece la pérdida de Mark Darcy, su esposo (Firth). Justamente, Mark reaparece en pantalla plan ectoplasma, con un Colin Firth redivivo. Y otras, por ejemplo, cada aparición de Emma Thompson como ginecóloga vale oro.

En fin, que Bridget trabaja y, además, encuentra el amor en una situación embarazosa con un sensual jardinero experto en basuras, Roxster, interpretado por Leo Woodall. Aunque no desdeñará a un atractivo profesor del colegio de sus hijos, el Sr. Walliker, muy bien Chiwetel Ejiofor, como primer protagonista romántico negro de la marca.

Aunque su candidez es lo que hace atractiva a la película, la franquicia sigue siendo confiablemente descarada gracias en gran parte a un Hugh Grant, en la que es su segunda juventud como actor y que lo salva todo, incluidas sus impertinencias de peso.

Todos estos personajes son los que fuerzan a Bridge a volver al trabajo, a probar en las aplicaciones de citas, a vivir y, hemos llegado, a follar. Naturalmente, saldrá mal. O al menos no tan bien como dice la publicidad.

La cinematografía de Suzie Levelle es competente, con una adecuada utilización de planos y una dirección artística que evoca la nostalgia de las películas anteriores.

El guion discurre por donde sabemos que lo hará, desde casi la primera escena. O desde el primer instante en el que aparece en pantalla el personaje de Ejiofor, el galán negro que además es educado, solvente y músico.

Pero lo que cuenta es que hay sorpresas. No te pierdas la peli.

 

EL DIARIO DE BRIDGET JONES (2001). En esta primera entrega Bridget Jones era una treintañera soltera, con muchos complejos, y con una vida sentimental desastrosa. Tenía dos ambiciones: adelgazar y encontrar el amor, de modo que el día de Año Nuevo toma dos decisiones: perder peso y escribir un diario (de ahí el título).

Su vida amorosa se complicará pues se encuentra dividida entre dos hombres. Por un lado, Daniel Cleaver, su jefe, un tipo encantador y sexy, pero peligroso; por otro, Mark Darcy, un viejo amigo de la familia, que al principio le parece reservado y aburrido. 

La realizadora galesa Sharon Maguire construyó con solvencia esta comedia romántica, que tiene a su favor un excelente guion, ocurrente, con ritmo y vis cómica de Andrew Davies y Helen Fielding, que consiguen una buena adaptación del personaje original de la Fielding, amiga íntima por cierto de la Maguire, la directora.

Fue una película de éxito en crítica y taquilla, bajo mi manera de ver algo sobrevalorada, pero una cinta simpática sobre una pelmaza y regordeta joven de treinta años que se propone gobernar su vida con irregular fortuna.

Es una obra cándida, con un humor amable y ocurrente, divertida y con una protagonista que se hace querer por el espectador.

Filme entrañable, cálido y entretenido que goza además del valor de un excelente reparto con una Zellweger sembrada en el papel de la rolliza y pintoresca Bridget, acompañada de actores con trabajos siempre solventes como Hugh Grant, Colin Firth o Jim Broabdent, entre otros.

Bridget Jones es el arquetipo que compendia cuantos defectos, vicios y complejos pueden imaginarse en una mujercita terciada la treintena, con algunos kilos de más y alguna neurona de menos. Quien esté libre de culpa…