El alumnado del Ceper La Arboleda Perdida lleva más de un año reivindicando la instalación de un ascensor en su centro. La mayoría de los estudiantes son personas mayores que tienen dificultades para subir y bajar al primer piso, y además, un grupo con movilidad reducida no puede acceder a la planta superior.

Tras una larga espera, la respuesta finalmente ha llegado, y es positiva. María Antonia García Junquero, más conocida como Coca, y Milagros Gómez Benítez, delegadas del centro y representantes del alumnado, han insistido en la necesidad de esta infraestructura, tramitando su solicitud por los cauces oficiales correspondientes.

Gracias a su esfuerzo, en los últimos días un técnico de la APAE (Agencia Pública Andaluza de Educación) visitó el centro para evaluar la situación. Su informe ha sido favorable, y la Delegación Provincial de Educación ya ha iniciado el proceso. Ahora, los siguientes pasos incluyen la elaboración de un presupuesto y un estudio de viabilidad. Posteriormente, se consultará al Servicio de Planificación para conocer el procedimiento a seguir.

Para reforzar su petición, las delegadas impulsaron una recogida de firmas, logrando el apoyo de más de 500 alumnos de un total de unos mil. Esta acción buscaba visibilizar la necesidad del ascensor y ejercer presión sobre la administración.

Hasta la reciente visita del técnico, las últimas noticias que tenían sobre este asunto provenían del Servicio de Planificación, cuyo responsable comunicó a la directora del centro que enviaría a un técnico para evaluar la viabilidad de la obra. Semanas después, esto finalmente se ha cumplido.

En su lucha por conseguir respuestas, las representantes del alumnado también se dirigieron al inspector educativo: “Como no nos dieron un plazo, se lo pusimos nosotros”, explica García Junquero. Sin embargo, aclara que su intención nunca fue amenazar, sino simplemente establecer tiempos para evitar que el proceso se estancara. Aunque, por ahora, no ha sido necesario recurrir a nuevas acciones, no descartan futuras movilizaciones si el ascensor no se materializa.

La reivindicación comenzó en enero de 2024, cuando informaron del problema al concejal de Educación, Enrique Iglesias, quien los remitió a la Delegación Provincial de Educación para formalizar la solicitud. También notificaron la situación al entonces director del Ceper La Arboleda Perdida, Manuel Marín, sin obtener respuesta de la administración competente.

María Antonia García detalla todas las gestiones realizadas: “Llevamos la voz de nuestras compañeras al consejo de centros, porque nos pedían información. Nos dijeron que la solicitud estaba tramitada desde enero del año pasado”. No obstante, al insistir este año, la respuesta ha sido la misma, sin mayores explicaciones sobre el estado real del proceso.

Ante la falta de avances, decidieron acudir al Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maetzu, quien se comprometió a estudiar el caso hace apenas unas semanas.

Ahora, tras meses de esfuerzo, parece que han logrado un primer paso importante. Sin embargo, el desafío es evitar que el proceso se ralentice. La prioridad sigue siendo que el centro cuente, lo antes posible, con el ascensor necesario para garantizar la accesibilidad de todo el alumnado.