El bar ‘Er Beti’, en pleno corazón del centro, anclado en la calle Misericordia, ha acogido este jueves un acto de celebración del 65 aniversario desde la apertura de este establecimiento, ya mítico, por Manuel Garrido Patino, padre de José Garrido Prado y abuelo de José Manuel y Manuel (Lolo), los primos que se encuentran al frente del establecimiento en estos momentos.

Dos primos que empezaron trabajando en el negocio familiar los fines de semana y que se han convertido en los dignos herederos de esta familia a la hora de hacerse con las riendas del mismo.  

La lluvia ha dado una tregua este jueves, puesto que ha empezado a llover tras la finalización del acto, para dar paso a un emotivo evento, en el que se han dado cita la familia, trabajadores y amigos y clientes más cercanos, que han podido vivir en primera persona el orgullo que embarga a esta familia por hacer posible que este establecimiento siga en pie.

José Manuel Garrido, hijo de José Garrido, ha querido ofrecer unas palabras a los presentes, recordando que este local es una realidad gracias al afán y el esfuerzo de su abuelo, Manuel Garrido, que cambió sus camiones por “hacer sonar las válvulas de las ollas a presión” para hacer posible sus “guisos caseros y tradicionales”, permaneciendo algunos de ellos aún en la carta, como el ajo caliente, como bien confirmaran a El Puerto Actualidad.

‘Er Beti’ nacería en 1959, como reza en su toldo exterior, hoy engalanado con una ristra de globos que mostraban la celebración que se ha vivido en el interior del mismo, y el relevo lo tomaría José Garrido en 1985. Hoy, a sus 74 años, vive el momento dulce de su local al otro lado de la barra, desde la barrera, ayudando a sus hijos y su sobrino a continuar con las riendas del negocio familiar, con las que se hicieron ya hace unos años.

Este negocio surgió de “un sueño propio”, del que ha sido partícipe toda la familia. Además, se muestra orgulloso de “haber pasado tiempo con mi abuelo”, que le enseño tantas cosas, en particular a “ser hostelero”. Pero también con su padre, al que tilda de “incansable”. Y, por supuesto, no quiere olvidar a sus tíos, tan presentes entre esas cuatro paredes, “José Manuel Garrido Delgado, Manuel Lores Garrido, Salvador o Carlos”.

Pero tampoco quiere olvidar a los trabajadores, una plantilla abnegada y entregada al negocio como si fuera propio. Una plantilla que está formada, según recuerda, por 36 trabajadores en la época invernal, y por 47 en verano. Ni de los negocios cercanos, esos “vecinos hosteleros” con los que también han conseguido hacer piña en una calle “reconocida por el tapeo”. Y esta familia se siente orgullosa de poder pertenecer a esta emblemática calle, reconocida no solo por los portuenses, sino por los turistas que llegan atraídos por el boca a boca.

“Es un orgullo poder seguir con la tradición”, admite José Manuel Garrido y hacer posible que “los guisos sigan igual”, con la calidad y el sabor de antaño, que al final les recuerda a todos a aquellos a los que no están. Pero también es un orgullo, confirma, “ser hijo de Pepe el de ‘Er Beti’, porque demuestra el cariño que le tienen”.

Un acto el de este jueves que también ha servido para admitir que “me gusta que la gente esté a gusto”, que disfrute del tiempo que pasa en ‘Er Beti’, y para admitir que “las críticas a veces nos han ayudado a mejorar”, explica José Manuel Garrido. Además, también ha sido el marco en el que dar las gracias a todos los que han hecho posible que se hayan podido cumplir 65 años, y confiando en que sean otros tantos más en adelante.

Finalmente, también ha querido hacer una mención especial a sus proveedores, de los que “nunca hemos obtenido un no por respuesta en 65 años”, y que también posibilitan que este negocio siga en pie y pudiendo ofrecer calidad en sus productos. “Siempre que se les llama, están”, afirma.

Tras este acto, ‘Er Beti’ continúa con su actividad diaria, ofreciendo platos exquisitos a los clientes, a los que agasajan con un depurado trato, y poniendo la mirada en la época navideña, en la que tantas comidas y cenas ofrecen y tantos encuentros posibilitan.