El Ayuntamiento de El Puerto de Santa María celebró este miércoles el pleno del debate sobre el estado de la ciudad, un pleno de más de tres horas y que transcurrió -hasta casi su final- con normalidad y calma tensa, con los portavoces de uno y otro partido defendiendo o criticando la gestión del equipo de gobierno.
Nada nuevo bajo el sol, en un pleno -que a pesar de su importancia- es de escaso interés para la ciudadanía, y que más que un debate dinámico, constructivo y actualizado a los tiempos que vivimos, suele basarse en largos y aburridos monólogos, así como en lecturas de listas de hitos y fracasos, como el que va a la compra. Un pleno, que hace ya muchos años dejó de importar a la amplia mayoría de la ciudadanía, y que principalmente solo interesa a los políticos, sirviendo para el ajuste de cuentas y ataques personales. Lamentable y vergonzoso en muchos momentos e indigno de una gran ciudad como es El Puerto de Santa María.
Entrando ya en materia, la oposición formada por PSOE, Adelante El Puerto, Vox y Unión Portuense, cargó duramente contra la gestión del gobierno local PP-Cs en 2021, con una larga lista de críticas como la falta de presupuestos, la obra de Pozos Dulces, la pérdida de las banderas azules este verano en las playas, la falta de policías locales en las calles por la "huelga de pantalones", el retraso en el pago de las ayudas Covid a los comerciantes, la gestión en El Puerto Global, los problemas con el servicio de la grúa municipal, el impago de las subvenciones, y un largo etcétera.
Por su parte, el equipo de gobierno PP-Cs, hizo lo suyo y defendió lo que considera son los hitos conseguidos en 2021, en un año marcado nuevamente por la pandemia. Así, entre muchos éxitos citados, destaca la puesta en valor del polígono industrial Las Salinas de Levante, con la llegada de empresas de primer nivel como Amazon y Bayport, entre otras muchas. Así como los festivales de Soko, Cabaret Festival o la temporada taurina. Todo ello, siendo parte del proyecto de ciudad defendido por el gobierno local "para generar riqueza y ayudar a los comerciantes y empresarios portuenses, que se han visto beneficiados por todo el movimiento generado este verano en El Puerto", que ha sido una de las ciudades que más empleo ha generado este verano, dando un auténtico balón de oxígeno para los empresarios. Y también, poniendo en valor la labor realizada en el Área de Fiestas con el concejal David Calleja a la cabeza (que tuvo alabanzas de la concejala de Vox, Leocadia Benavente), así como los avances en el Paseo Fluvial o la EDUSI, y el mayor contrato de mantenimiento urbano de la historia de la ciudad, entre otros muchos hitos citados.
La mayor crispación durante la sesión vino dada en las intervenciones del PSOE y Unión Portuense. En concreto, el socialista y ex alcalde David de la Encina cargó duramente contra el portavoz de Ciudadanos, Curro Martínez, siguiendo su estrategia de desgaste para sacar adelante una moción de censura contra el alcalde Germán Beardo. Una moción de censura que por el momento ni está ni se la espera, y de la que según Beardo el socialista depende para tratar de repetir como alcaldable en la lista del PSOE para 2023. Mientras tanto, De la Encina sigue colocado y cobrando en la Diputación de Cádiz tras tener su imagen política y credibilidad bajo mínimos en El Puerto, todo ello por su nefasta gestión en el anterior mandato y por cargar con losas como la de haber estado presuntamente cobrando dinero público de la Fundación Andalucía Emprende sin ir a trabajar para dedicarse a hacer campaña electoral en 2015. [De la Encina de nuevo envuelto en una presunta trama de corrupción en Andalucía Emprende]
De hecho, la crispación total llegó al final del pleno, durante la intervención del portavoz del PP, Javier Bello, que acusó al portavoz de Unión Portuense, Javier Botella, de implicar en “corruptelas” al alcalde Germán Beardo. A partir de ese momento el pleno se convirtió en una barra de bar, con Botella saltándose de forma continuada el reglamento con el turno de palabra para rebatir interrumpiendo a Bello, y con el alcalde armado de paciencia llamándole una y otra vez al orden, en una situación realmente desagradable, que generaba vergüenza ajena y es impropia de toda democracia.
Finalmente, el pleno terminó con una jugada aparentemente pactada por la izquierda portuense entre sus idas y venidas al pasillo, levantándose los concejales de PSOE, Adelante El Puerto y Unión Portuense para abandonar en bloque el salón de plenos dejando plantado al alcalde hablando en el cierre de sesión. Fue una falta de respeto que no debería entender de siglas, y que además escenificó la ya conocida división interna que existe en el PSOE en contra de David de la Encina... puesto que no todos los concejales del PSOE siguieron la espantada de su aún líder. Vox, además, se quedó en el salón de plenos.
El PSOE, al menos la parte de los que cada vez menos siguen a De la Encina, quedó retratado, al no abandonar el pleno tres de sus concejales, mostrando criterio propio y saber estar. En concreto, Víctor Raposo, Mónica Jiménez y Enrique Báez dejaron con un palmo de narices a De la Encina y su grupo en el pasillo colgados del whatsapp, tratando de convencerlos para que salieran y salvar la papeleta entre nervios y discusiones. Ciertamente fue lo más interesante y salvable del soporífero pleno. Porque además, por si quedaba alguna duda, dejó claro que De la Encina no es el futuro del PSOE de El Puerto y que además; lo lastra, y que ya solo puede aspirar a estas alturas del partido a tratar de romper el pacto entre PSOE-Cs o ir en un puesto secundario en la lista del PSOE para 2023. Todo ello en busca de que alguna carambola le permita seguir cobrando de la Diputación cuatro años más y no verse en el paro como le ha pasado a otros muchos “políticos profesionales” -de uno y otro partido- que viven de esto y desconocen lo que es la iniciativa privada.
En definitiva, un año más, un nuevo pleno del debate sobre el estado de la ciudad y un nuevo circo del que mañana ningún ciudadano de a pie hablará porque a nadie -o a muy pocos- le interesa visto lo visto ante semejante nivel, y porque absolutamente para nada ha servido en lo que se refiere a mejorar el estado actual en el que se encuentra El Puerto de Santa María, que no se merece esto.