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| Encendido 2 años hace

Pesar por el fallecimiento de José María Gallardo, profesor de Filosofía del colegio Guadalete

Por Francisco Aurelio Dávila Rosso
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Cuando el cuerpo deja de vivir, el alma retorna a su lugar. "Polvo eres y en polvo te convertirás". Son algunas de las frases que oímos sin cesar cuando alguien nos deja para siempre pero cierto es que poco consuelan cuando el vacío se mezcla con lo a veces injusto de la muerte.

En la tarde de este lunes ha fallecido don José María Gallardo, querido profesor de Filosofía del colegio Guadalete (Grupo Attendis).



Quien hizo que Platón, Santo Tomás de Aquino o Kant entrase en la vida y en la psique de muchos adolescentes, ha partido para siempre con el Creador al cual entregó siempre  su trabajo y sus esfuerzos.

Esta pandemia que tanto nos ha arrebatado, ha querido también sumar a las almas en Cristo, la de don José María que tantísimo ha luchado por mantenerse y que finalmente este lunes ha partido.

Yo tuve la suerte de conocerlo durante el último curso 2020- 2021 y pude ver en él a alguien culto, justo, de verbo interesante, calidad  humana e inquietudes espirituales .

Hoy quedan huérfanos sus compañeros y su familia, así como toda una prelatura que reza por su alma.

Deseo que allá donde esté siga dando lecciones de bondad y conocimiento.

 

DON JOSE MARÍA

La muerte levantó con fuerza el vuelo

y detuvo las dos negras manecillas

del reloj sencillo y pobre de la herida

tornando la esperanza en desconsuelo.

 

Platón sonrió y le dijo al Dios del cielo

aquí llega un literato a mi medida

que ha pasado treinta años de su vida

exponiendo mi pensar y mi veneno.

 

Con tu ser  mesiánico de justicia

tu quehacer santo, elegante, puro y bueno,

regalaste tus valores y sonrisas

a los hombres que un día adolescentes fueron.

 

Mil chiquillos de los pueblos marineros

hoy te rezan querido José María

pues en mi gran Puerto de Santa María

inculcaste  el ideal:  un mundo nuevo.

 

Ya no enseñas terrenal filosofía,

ahora enseñas en la gloria, que es tu reino.

Francisco Aurelio Dávila Rosso