Gerard Piqué no solo se ha convertido por méritos propios en uno de los mejores defensas centrales de la historia y un símbolo del barcelonismo. Es un personaje que traspasa la barrera del futbolista tradicional, se desenvuelve tan bien en el campo como fuera de él. Nunca desperdicia la ocasión para dejar buenos titulares y dar ese “juego” que tanto gusta a la prensa deportiva.

Piqué nació en Barcelona en 1987 y no deja de ser curioso que su segundo apellido sea Bernabéu, precisamente su abuelo Amador Bernabéu fue vicepresidente del club catalán. Desde muy pequeño ya se le podía ver con una pelota en los pies. Fue precisamente ese amor por el fútbol lo que casi le cuesta incluso la vida, ya que por perseguir una pelota cayó desde la terraza de su casa quedando en coma, aunque felizmente se recuperó y todo quedó en una anécdota más. 

En 1997 ingresó en las categorías inferiores del Barcelona, concretamente en el alevín B pero siempre destacó por su altura y su potencia, así fue escalando posiciones a través de todas las categorías del club y ganando diversos títulos hasta el final de la temporada 03-04 cuando se fue al Manchester United para sorpresa de todos, y allí firmó su primer contrato profesional. Con tan solo 17 años debutó con el primer equipo de los “red devils” en un partido de la Carling Cup.



Justo al año siguiente extendió su contrato con el United jugando partidos a gran nivel con el equipo reserva, lo que le valió su debut como titular en 2006 con el primer equipo en una partido de la Premier contra el West Ham. 

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Pero donde verdaderamente adquirió continuidad fue en la cesión al Real Zaragoza en la temporada 06-07, ese año jugó 18 partidos de titular tanto de pivote como de central junto a Gabi Milito con el que se reencontraría en Barcelona años más tarde, el Zaragoza terminó sexto y se clasificó para la Copa Uefa. 

Esa buena temporada le valió para regresar al United con el que conquistaría la Premier y la Liga de Campeones, aunque no participó en la final, ante el Chelsea. 

La eclosión definitiva llegó con su vuelta al Barcelona en 2008, formando parte del histórico Barcelona de Guardiola del “sextete” y consolidándose junto a Carles Puyol como una de las mejores parejas de centrales que se recuerdan. Con el club de sus amores ha conquistado todos los títulos posibles a nivel de club, incluidas dos Champions League más, tres Supercopas de Europa y tres Mundiales de clubes. 

Con la selección española ha disputado 102 partidos y al igual que le ocurrió con su club, vivió la mejor época que se recuerda de la selección. No participó en la primera Eurocopa conquistada por “La Roja” pero sí en el Mundial y en la segunda Euro donde España venció a Italia en la final. A la fecha continúa jugando en el Barcelona y sigue siendo una de las referencias en defensa del equipo hoy dirigido por Ronald Koeman.