El mundo del deporte en la actualidad es muy diferente al de hace dos décadas. Hoy en día, hay mucha más información sobre todos sus aspectos y es más fácil el acceso a ella; los deportistas y equipos trabajan con estadísticas y nuevas tecnologías para sacar más rédito de sus habilidades físicas; el deporte ya no es solo la competición, lo que pasa sobre el terreno de juego, sino que se ha extendido a otros ámbitos que cada vez tienen más peso, como las campañas de marketing o publicidad y los patrocinios, la proliferación de webs para hacer pronósticos deportivos, la influencia de los medios de comunicación especializados, que a veces actúan como auténticos gurús, o la aparición de nuevas y modernas disciplinas como los eSports.

Los deportistas son solo un actor más dentro de un gran escenario; por supuesto, hay grandes estrellas admiradas por millones de personas, pero no es como hace 20 o 25 años, cuando un chaval de una pequeña ciudad de Carolina del Norte podía llegar a convertirse en una leyenda sin igual con apenas 30 años. Michael Jordan no solo está considerado uno de los mejores deportistas del siglo XX, sino que para muchos sigue siendo el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. Sin embargo, tras dejar las canchas de la NBA, prácticamente desapareció de la vida pública, apartándose del baloncesto y dejándose ver solo en torneos de golf y circuitos de motociclismo. La despedida de Jordan siempre ha dejado muchas incógnitas entre los aficionados, y se espera que la serie documental “El último baile” (TheLast Dance) que acaba de estrenar Netflix ayude a resolver algunas de ellas.

Ya nos hemos acostumbrado a que los documentales o películas sobre deportistas no se limiten a contar lo que podemos leer en la biografía oficial de sus protagonistas. Las mejores historias sobre deporte son las que nos cuentan algo más, tanto si son historias reales como inventadas. Valgan ejemplos como el de la película “Moneyball: rompiendo las reglas”, que cuenta la historia real de Billy Beane, quien empezó a utilizar las estadísticas para mejorar sus posibilidades de ganar, algo que hasta entonces no se hacía; o la fábula “Buscando a Eric” con el exfutbolista Eric Cantona siendo el protagonista del cine social de Ken Loach, que habla de cómo el fútbol ayuda a olvidarse de los problemas de la vida cotidiana y de cómo esos grandes héroes deportivos, al final, no son más que seres humanos como los demás.

“El último baile” promete mostrarnos a un Michael Jordan humano, que comete errores y se enfrenta a distintos obstáculos, en lugar de centrarse en esa estrella del baloncesto que todos conocemos. El propio Jordan ha declarado que es posible que tras el visionado del documental la gente ya no le vea tan encantador como antes, y que puede acabar pareciendo “un tío horrible”.

Esta serie documental, dividida en 10 capítulos, se centra en las idas y venidas de la NBA del ‘23’ de los Chicago Bulls. Recordemos que Jordan se retiró primero en 1993 para luego volver con aquel famoso “I’m back” y ganar otros tres anillos con los Bulls (consiguieron 3 en el 91, 92 y 93, y los otros en el 96, 97 y 98). Atención especial para la temporada del sexto anillo, el que le otorgaba un título más de los que tiene Magic Johnson. Junto a otros jugadores legendarios de los Bulls como Scottie Pippen, Ron Harper o el excéntrico Dennis Rodman, trabajaron de lo lindo para conseguir ese anillo. Una formación inolvidable, bajo la batuta de Jordan, en la que todos superaban la treintena y que al principio de la temporada fue descrita por el New York Times como un grupo de “viejos, lesionados e infelices”.

Tras tres años de parón, Jordan regresaría por segunda vez a la NBA, pero esta vez para militar en las filas de los Washington Wizards. Otro movimiento que tampoco se acabó de entender muy bien, y sobre el que se espera que el documental también arroje luz. Las expectativas están muy altas.