EL PUERTO.- El agua es un recurso vital para el ser humano, no solo para su consumo, sino para todo tipo de industrias o en la agricultura. El agua residual procedente de estos procesos, contiene elementos tóxicos que, si fueran vertidos directamente a la naturaleza, la contaminarían destruyendo el medio ambiente. Por ello es fundamental asegurar un correcto tratamiento del agua para su reutilización y devolución al medio ambiente en condiciones óptimas.

La teoría la sabemos todos: Es necesario trasladar las aguas residuales y de lluvia a una depuradora para llevar a cabo los procesos de depuración (que ocurren de forma natural en el mar o en los ríos) de manera concentrada y automatizada.  Pero ¿sabemos cómo se lleva a cabo este proceso en El Puerto de Santa María?

Dotar a la Ciudad de una moderna Red de Saneamiento no ha sido una tarea fácil para Apemsa Se unieron dos dificultades principales: de un lado, la situación de muchas zonas de El Puerto que se encuentran dispersas, como la Sierra de San Cristóbal o Doña Blanca, o, incluso, con un río separándolas, como Valdelagrana y, de otro, la escasa altura de muchas otras, como es el caso del casco histórico, que impide hacer circular el agua por la fuerza de la gravedad. Estamos hablando de un término municipal de 159 km² y donde viven 88.364 habitantes, que se duplican en verano, a los que hay que añadir fábricas, comercios, colegios, etc.

El primer paso es simple: desde las cañerías de nuestra vivienda, fábrica, comercio, colegio, oficina etc. el agua residual llega hasta los 360 km tuberías de la red de saneamiento. Una vez en la red de saneamiento, el agua sucia alcanza hasta las 29 estaciones de bombeo de aguas residuales (EBAR) repartidas por toda la Ciudad que se encargan de impulsarla hasta la principal estación depuradora existente en El Puerto, la EDAR Las Galeras, en la Avenida de la Libertad. Las principales EBARs están en la Plaza de la Noria y en la calle Aurora. Las aguas residuales de Valdelagrana son impulsadas por varias EBARs a través de una tubería situada debajo del río Guadalete.

Desde las estaciones de bombeo el agua residual es impulsada hasta el Tanque de Regulación  de Caudales. Se trata de un depósito ubicado junto a la EDAR, donde se retiene el agua, dejándola entrar poco a poco, evitando que acceda muy deprisa a la depuradora, colapsándola.

Y una vez en la EDAR, comienza el tratamiento de aguas residuales, una serie de procesos físicos, químicos y biológicos que eliminan los contaminantes del agua. La EDAR Las Galeras realiza dos tratamientos: primario (eliminación de sólidos en suspensión y materia inorgánica) y secundario (reducción de la materia orgánica acelerando los procesos biológicos naturales).

Acabado este tratamiento, se bombea el agua ya depurada a un emisario submarino y llega hasta el mar totalmente limpia.  Los lodos que se producen durante los procesos de la EDAR, son reutilizados como abono agrícola

De esta forma, culminamos el ciclo integral del agua, es decir, depuramos las aguas  residuales para devolverlas nuevamente a la naturaleza con posibilidades de reutilización.