
“Nuestra harina El Vaporcito siempre apoya la cultura, el deporte y el arte”.
Actualmente las protagonistas de los golpes y de la lucha son, en muchas películas, ellas. Hay diversidad de películas sobre mujeres guerreras y batalladoras: Kill Bill (2003, 2004); Mad Max: Furia en la carretera (2015); Resident Evil (2002), etc.
Hoy me referiré a dos de ellas, donde las féminas disparan, reparten golpes y llevan la batuta en el combate. Ballerina (2025), de L. Wiseman; y Wonder Woman (2017), de P. Jenkins.
BALLERINA (2025). Eve Macarro es una muchacha que está siendo entrenada en las tradiciones de los Ruska Roma desde su infancia, la misma organización criminal que adiestró a John Wick. Su entrenadora, Nogi (Duncan-Brewster) le grita: “¡Pelea como una niña!”.
Lo que le quiere decir es que los hombres poseen una fuerza bruta que Eve no puede igualar; a cambio, debe desarrollar un estilo de combate desde su esencia femenina: con maña y agilidad.
Pero este mensaje no deja de ser sarcástico porque Eve no pelea como niña ni como mujer, sino invocando la misma crueldad y la brutalidad, con cualquier técnica o arma, como si estuviera en la mano de un hombre. Dispara pistolas y ametralladoras, utiliza, catanas y lanza el cuchillo con gran destreza; sus golpes son mortales, rompe piernas y brazos o ahoga gargantas.
E igual, ataca a los enemigos con todo tipo de utensilios, con espada samurái, con un picahielo, mazo e incluso un mando a distancia, les lanza granadas de mano a puñados o usa patines de hielo como Tomahawk, y en lo más elevado de la cinta, la vemos en un insólito duelo con lanzallamas.
En esta violenta historia de venganza, Eve indaga quién está detrás del asesinato de su padre. En su lucha por conocer la verdad, tendrá que atenerse a las normas de la Alta Mesa, una secta criminal y maléfica que llevan una X en la muñeca interior.
La actriz Ana de Armas, en el centro de este caos-torbellino, luchando por la verdad y la justicia. De Armas, expresiva, se anticipa siempre a cualquier acción hostil del enemigo, y transmite una mezcla de vulnerabilidad y ferocidad.
Está el contraste de género, de ver a una mujer en el centro de tanta muerte y destrucción. Siempre que entra a un establecimiento, Eve deja un gran montón de cadáveres a su paso. Sobre todo, cuando visita el emporio del traficante de armas Frank (un divertido Abraham Popoola).
En la secuencia de apertura, la jovencita Eve (Victoria Comte) ve cómo matan a su padre por luchadores que han sido enviados por el Canciller (Byme), el que manda entre los muy malos.
Eve es rescatada por Winston Scott (McShane), su salvador. La pone bajo el cuidado de la Directora (Huston), quien dirige la Ruska Roma con mano de hierro, convirtiendo la clase de ballet en una forma de violencia y escenificando la danza como entrenamiento de lucha.
Pero la Ruska Roma y el culto del Canciller tienen un pacto de siglos: mantenerse alejados el uno del otro, pacto de no intervención que será roto por Eve. Así, cuando Eve es enviada al mundo, mata a un secuaz que tiene la X delatora marcada en su muñeca. Será el punto en que se altere el equilibrio del Pacto, al decidir vengarse de los asesinos de su padre.
La segunda mitad de la película transcurre en un invernal pueblo montañoso de Europa Central donde la secta del Canciller vive oculta y en secreto. A partir de aquí será Eve contra todos ellos, con un factor que complica la situación: la llegada de un asesino a sangre fría.
El libreto de la obra plantea conflictos familiares, con relaciones inesperadas que surgen de la nada, y Eve, siente una afinidad con Daniel Pine (Reedus), un fugitivo de la secta X quien, como su padre, quería también darle a su hija preadolescente Ella (Ava McCarthy), su hermana, una vida normal, lo cual no fue posible.
El vertiginoso crescendo de escenas de lucha intrincadas y coreografiadas al milímetro es la principal atracción de esta cinta, donde hay momentos ocasionales de humor seco que la convierte en una venturosa extensión del universo de John Wick.
En fin, el director Len Wiseman y el guionista Shay Hatten (personajes de Derek Kolstad, creador de la franquicia John Wick) no inventan nada nuevo, más bien redescubren el Mediterráneo con cierta solvencia escénica, alardes acrobáticos y mucho ímpetu de golpes, cuchilladas o disparos.
Se hacen acompañar de una vistosa fotografía de Romain Lacourbas y en una discoteca, suena la vibrante música tecno hábilmente interpretada por la palpitante banda sonora de sintetizador de Tyler Bates y Joel J. Richard (junto con algún susurro ocasional de El lago de los cisnes de Chaikovski). Ello hace a una estética oscura y elegante.
En el reparto destaca De Armas como solvente luchadora, con muchas cualidades para este tipo de rol de ultra acción violenta, encarnando a Eve Macarro. Muy bien retratado e interpretado el sospechoso Canciller por Gabriel Byrne, el líder del culto guerrero oscuro al que pertenece la secta de los malévolos; Ian McShane muy eficiente como el Winston Scott, el salvador, quien logra rescatar a Eve del peor de los destinos.
Sharon Duncan-Brewster muy bien como su entrenadora principal Nogi; Javier Castañeda, como el padre; o el “one” Keanu Reeves, como John Wick, vestido negro sobre negro. Y hay que sentir cierta adoración por la veterana Anjelica Huston luciendo joyas de poderío y maquillaje del muy denso, cual reina del crimen de Ruska Roma.
Historia de venganza simple pero efectiva. Cinta entretenida, con una protagonista carismática, escenas de acción impactantes y ritmo que nunca decae.
Revista Encadenados
WONDER WOMAN (2017). La historia comienza con la princesa Diana (Gadot) en la isla de Themyscira, habitada exclusivamente por amazonas. Diana es una joven prometedora que está siendo entrenada para ser una guerrera invencible. Vive en una paradisíaca isla perdida, y es además una diosa, hija de Zeus y hermana de Ares.
En 1918, estando en un acantilado frente al mar, presencia la caída desde el cielo al agua de un objeto volador (avión) pilotado por un norteamericano, Steve Trebor (Pine). Sin pensarlo y con sus grandiosos poderes de diosa aguerrida, se lanza al mar y lo rescata.
Él le habla de un terrible conflicto bélico en el mundo, que resulta ser la Primera Guerra Mundial. En esos instantes los alemanes acceden a la isla en un barco militar, entablándose una encarnizada lucha entre la tropa teutona con armas de fuego, contra las valerosas amazonas con arcos y flechas, espadas y montando caballos.
El resultado victorioso es para la tropa de mujeres. Tras este incidente Diana pide permiso a su madre para abandonar la isla, con el convencimiento de que puede detener la terrible amenaza de un conflicto de grandes dimensiones. De este modo se convierte en la “mujer maravilla”, que se une a los británicos y aliados en pos de la paz, para lo cual debe acabar con Ares, el dios de la guerra.
Mientras lucha, Diana descubre sus poderes ignotos, descubre también el amor, y a la vez su propio destino y el conocimiento de la compleja naturaleza humana, aprendiendo que el amor triunfa sobre el mal.
La directora californiana Patty Jenkins da a luz una obra buena técnicamente y de corte feminista (primera película de superhéroes dirigida por una mujer y con una protagonista femenina). Además, es una historia de dioses griegos, mandos alemanes muy malos, incluida la doctora Veneno (Poison) que trabaja para los alemanes en su gas venenoso, personajes británicos y otros, con toques de humor y de amor.
El autor del cómic y de los personajes, William Moulton Marston (1893-1947), psicólogo, creía en la supremacía femenina, y es el creador de las aventuras de su Wonder Woman, que canalizaba los ecos ideológicos de varios años de activismo feminista.
Buen guion de Allan Heinberg y Geofs Johns basado en una historia de Heinberg y otros, con los personajes de Marston. El mérito de Jenkins en su apuesta por la ligereza, que hace de esta obra una deliciosa cinta donde las etéreas féminas reparten estopa por doquier. En suma, un simpático entretenimiento retroposmoderno y recontrafeminista sin complejos.
La música de Rupert Gregson-Williams es meritoria. Gran fotografía de Matthew Jensen. Excelente puesta en escena y efectos especiales.
En el reparto Gal Gadot, se revela estupenda como Diana, la “mujer maravilla”, en un rol medido y sin extralimitarse. Chris Pine bien como el Mayor Trevor que enamora a Diana. David Thewis es uno de los mejores actores en el papel de Sir Patrick Morgan, que es nada menos que Ares, el malévolo dios de la guerra, hijo de Zeus, que se hace pasar por Morgan, pareciendo un defensor de la paz.
Dany Huston excelente como el ambicioso general alemán Erich Ludendorff. Elena Anaya meritoria como la doctora veneno, una científica disfrazada como hombre para llevar a cabo experimentos con armas químicas. Ewen Bremmer estupendo y con vis cómica como Charlie, un bebedor con estrés postraumático y francotirador. Said Taghmaoui bien como como Sameer, un espía maestro del disfraz. Connie Nielsen es Hippolyta, la Reina de las Amazonas y madre de Wonder Woman.
Si vas a ver esta película te vas a encontrar con un argumento encantador y desnudo, el mito entra del brazo bélico-romántico en la destructiva I Gran Guerra; y un «pibón» mitológico. Así es. Incluida la genial lucha acrobática de las Amazonas contra los alemanes en la playa de Themyscira.
Con esta cinta todo regresa a su ser intrascendente, lo cual concluye en una heroína en la cual conviven el cine de aventuras naif, la comedia romántica y la fantasía. Un producto ligero y disfrutable.