Con rostros serios, chalecos sanitarios y pancartas improvisadas, los trabajadores del Centro de Salud Puerto Sur han salido hoy a la calle. No ha sido por una huelga ni por reivindicaciones salariales, sino por algo mucho más básico: su seguridad física.
Según explica Francisco Javier Caro Contreras, director del centro de salud, el detonante fue la agresión sufrida por un administrativo este miércoles. Un usuario, procedente de otro centro, acudió a renovar su medicación y, tras recibir indicaciones rutinarias, estalló en gritos. Cuando el profesional intentó calmarlo, fue sorprendido con una bofetada que lo tiró al suelo. “Fue un momento muy tenso. Nadie debería tener miedo por hacer su trabajo”, comenta una enfermera que presenció los hechos.
La protesta, que ha contado con el respaldo del sindicato SATSE, ha servido para visibilizar una realidad que, según dicen, ya no es puntual. Exigen vigilancia privada, más personal y un protocolo claro para casos de violencia. “No somos punching balls. Somos quienes cuidan, quienes atienden, quienes escuchan. Merecemos respeto”, ha expresado un trabajador del centro.
Los datos no les dan la razón: les dan la alarma. Solo en 2024 se registraron 343 agresiones a sanitarios en la provincia de Cádiz, un 70% más que el año anterior. Para muchos, el problema no es solo la agresividad puntual de algunos usuarios, sino un sistema desbordado. Desde SATSE han sido contundentes: “La frustración de los ciudadanos no puede seguir descargándose en los profesionales. Esto es una bomba de relojería”.
Mientras tanto, en la entrada del centro, los trabajadores han guardado un minuto de silencio. Un gesto sobrio que grita más que los insultos. Porque, como dice otro cartel escrito a mano: “No pedimos aplausos. Pedimos protección”.