Aunque será este sábado, 4 de diciembre,cuando El Puerto celebre el Día Local de Patrimonio Histórico, para conmemorar así el cuarenta y un aniversario de la declaración de nuestra ciudad como Conjunto Histórico Artístico; la Sala Hospitalito ha acogido este mediodía la entrega de los Diplomas de Patrimonio Histórico 2021, en un sencillo homenaje de reconocimiento a los galardonados de esta edición.
El alcalde de El Puerto, Germán Beardo, acompañado del teniente de alcalde de Patrimonio Histórico, David Calleja, y de toda la familia que compone el Centro Municipal del Patrimonio Históricocon Miguel Ángel Caballero al frente, ha entregado con máximo orgullo y agradecimiento las distinciones anuales que han recaído en esta ocasión en el arquitecto Javier Ollero, recientemente fallecido, el Bar El Cafetín y la Peña Tomás el Nitri.
Germán Beardo ha señalado que estos Diplomas testimonian el agradecimiento municipal hacia personas que han destacado en el respeto, la custodia, el acrecentamiento y mantenimiento de cualquiera de las facetas o manifestaciones del patrimonio histórico portuense; agradeciendo de corazón a todos y cada uno de los galardonados de este año 2021 su aportación haciendo ciudad y preservando el rico patrimonio local de El Puerto.
El primer edil de la ciudad ha señalado que el diploma concedido, a título póstumo, a Javier Ollero Marín, que ha recogido su viuda Marta Ruiz Golluri flanqueada por sus hijos Javier y Marta, arquitectos como su padre, reconoce el legado portuense de un arquitecto apasionado por su labor que, nacido en Sevilla, estuvo estrechamente vinculado a nuestra ciudad, donde se instaló muy joven y donde elaboró cientos de proyectos, que han dejado huella también en toda la provincia y en lugares como Córdoba, Alicante o Cornellá (Cataluña).
Sin duda, los proyectos de Ollero ya forman parte de la historia de nuestra arquitectura, abarcando grandes urbanizaciones, como los polígonos industriales de Las Salinas, paseos marítimos, centros comerciales, equipamientos como las piscinas municipales cubiertas, estadios o iniciativas de ámbito privado, entre las que se citan hoteles, viviendas rehabilitadas en el casco histórico o las obras de la Bodega La Vieja, de Osborne, que acoge el restaurante Toro Tapas. “Un legado para nuestra ciudad que merece un gracias con mayúsculas”.
El Diploma honorífico reconoce también este año a la Peña Tomás el Nitri, en el 50 aniversario de su fundación, por fomentar, dar a conocer y conservar una de las más genuinas, singulares y arraigadas manifestaciones del arte andaluz, catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El alcalde de El Puerto ha destacado que la distinción premia su larga trayectoria en la difusión y promoción del flamenco, en todas sus manifestaciones, así como su participación en las actividades de formación y acercamiento de este arte entre los más jóvenes y aficionados. Bartolomé Brao, presidente de la Peña que ha estado rodeado de su junta, ha sido el encargado de recoger el galardón de manos del alcalde y David Calleja; quienes han agradecido su apuesta incondicional por tener el vivo el flamenco en El Puerto durante medio siglo, instándole a continuar como mínimo otros 50 años “cuidando nuestras raíces, defendiendo lo nuestro y poniendo en valor una de las señas de identidad que mejor defienden nuestra forma de sentir”.
Cabe recordar que la Peña Tomás el Nitri constituye un referente entre las peñas flamencas en Andalucía, llevando el nombre de uno de los cantaores portuenses más importantes de todos los tiempos, Primera Llave de Oro del Cante en 1868, título que después detentarían Vallejo, Mairena, Fosforito y, a título póstumo, Camarón de la Isla. Por su sede de la calle Diego Niño han pasado "todos los que son y han sido importantes en el flamenco", desde Camarón hasta Panseco, Rancapino, El Lebrijano, Fosforito, El Beni de Cádiz, María Vargas o la Macanita, dentro de un larguísimo etcétera. La Tertulia cuenta, además, entre otras distinciones, con el Premio Nacional de Peñas Flamencas, concedido por la cátedra de Flamencología de Jerez y desde hoy con el Diploma de Patrimonio Histórico Local 2021.
Los hermanos Miguel Ángel y Óscar Sordo han recogido también el Galardón que distingue al Bar Cafetín. Ellos son los propietarios de un negocio ubicado en pleno casco histórico que atesora un fecundo pasado y que sigue siendo paso obligado para las compras diarias en el cercano Mercado de Abastos y en los comercios de su entorno, en la Placilla.
El Diploma reconoce su labor en la conservación, mantenimiento, restauración y remodelación de un comercio tradicional en el casco histórico de El Puerto de Santa María, un negocio del que los hermanos Oscar y Miguel Ángel Sordo Díaz se hicieron cargo en 2013, dejando atrás un periodo de cierre, convirtiéndolo en un establecimiento moderno y renovado gracias a una reforma que no ha impedido que siga conservando las antiguas tradiciones como lugar de encuentro de personas que se congregan a la hora de desayunar, merendar y “tapear” en El Puerto.
De hecho, según cuenta Enrique Pérez en el libro “Tabernas y bares con solera”, el establecimiento existía como bar, al menos, desde 1895. En 1935 se conocía como “Café Moderno”. Sería en 1941 cuando se haría cargo del negocio uno de los hermanos Sordo, una dinastía llegada de La Montaña y que ha sido fundamental en la hostelería portuense, hermanos que fundaron locales tan emblemáticos como el bar Vicente, El Resbaladero, el Santa María y el Cafetín. Maximino Sordo Alonso lo heredó en 1967 de su padre, Ángel Sordo, cuando era una especie de restaurante. En 1975, Maximino decidió dar un cambio radical al local familiar y se convirtió en uno de los pioneros, junto a los Basteiro, (de La Ponderosa), en servir churros realizados en el mismo establecimiento y, de esta forma, hizo famosos sus desayunos con churros y los molletes de Espera.
El alcalde de El Puerto ha señalado que este Bar forma parte del corazón portuense, siendo epicentro del ir y venir de los portuenses. Gracias a la valentía de Óscar y a Miguel Ángel, herederos de esta joya, lo seguimos disfrutando siento un referente eterno de la ciudad porque estos empresarios han sabido reinventarse sin perder la esencia de la tradición para afrontar los nuevos tiempos.