En los últimos días, el diario que siempre intenta ensuciar la imagen de El Puerto ha difundido informaciones que presentan una visión distorsionada sobre la situación del Área de Urbanismo y el funcionamiento interno del Ayuntamiento. Se hace necesario aclarar la realidad y aportar una fotografía completa del momento actual, muy diferente a la que se ha querido transmitir.

El Puerto arrastra desde hace décadas un problema estructural en su Urbanismo: procedimientos administrativos lentos, trámites excesivamente complejos, falta de modernización interna y un modelo técnico que no respondía a las necesidades de los ciudadanos. Estos problemas son ampliamente conocidos, han sido denunciados por profesionales y vecinos durante años y no nacen del presente, sino de una herencia prolongada en el tiempo.

Sin embargo, gracias a la confianza mayoritaria que la ciudadanía otorgó en las urnas al actual Gobierno local, se ha podido iniciar un proceso profundo de reorganización administrativa. Un proceso pensado para agilizar licencias, modernizar la gestión y garantizar una atención eficaz a los portuenses, algo que el modelo anterior no conseguía resolver.



Por primera vez en mucho tiempo, se han aprobado dos ofertas públicas de empleo destinadas a reforzar áreas clave del Ayuntamiento. Además, se han impulsado provisiones de puestos de trabajo y comisiones de servicio, permitiendo que personal municipal con verdadera implicación se sume al nuevo impulso organizativo. Al mismo tiempo, otros empleados públicos parecen no comprender la necesidad de abandonar zonas de confort que, si bien les resultaban cómodas, perjudicaban la eficiencia administrativa y, en consecuencia, a los propios portuenses.

Es falso afirmar que la administración haya quedado sin recursos o sin personal para seguir prestando servicios esenciales. La realidad es lo contrario: las funciones no solo continúan, sino que están mejor organizadas, con un modelo que combina personal técnico municipal con una planificación renovada y enfocada al interés general.

La reestructuración en marcha está moviendo los cimientos de un área que llevaba demasiado tiempo estancada. Hoy, por primera vez en muchos años, se han sentado las bases para que los problemas históricos de Urbanismo dejen de repetirse. Los portuenses necesitan una administración que funcione, que responda y que avance, no una que permanezca anclada en prácticas obsoletas que tantos retrasos y molestias generaron durante décadas.

El debate público debe apoyarse en la verdad y en la responsabilidad. Y por ello es imprescindible rechazar informaciones parciales o interesadas que solo buscan deteriorar la imagen de la ciudad y de quienes trabajan por mejorarla.