Antes de comenzar esta entrega quiero aclarar un par de conceptos de la Gerontología, ciencia que estudia los gerontes o personas de edad avanzada. Lo primero es algo que he repetido mucho en mis clases, esto es: lo que define la vejez no es tanto la edad cronológica, cuanto la generación a la que pertenece una persona mayor. No es lo mismo un adulto mayor en la década de 1940, que una persona mayor de 2024. No era igual una persona de 70 años en 1940, que un setentero en 2024.
Las personas mayores de 1940 habían vivido circunstancias alimenticias, sanitarias, medioambientales y religioso-culturales, muy distintas a la de los viejos de hoy, que tienen mejores condiciones y también están más liberados, son más cultos y tienen un autoconcepto diferente.
Hoy, los mayores tienen mucha mayor expectativa de vida y su imagen social es sustancialmente distinta. Actualmente, las personas de edad hacen turismo, viajan, tienen o buscan pareja, y viven una sexualidad sana; van al baile o al cine, salen a cenar fuera, a una sala de baile y visten a la moda. Mis abuelos no salían y quedaban postrados en la cama o la mesa de camilla.
Otro asunto es lo que los psicólogos denominan “edad subjetiva o cognitiva”. Esto quiere decir que una persona de 80 años se puede “sentir” como de 40 ó 50, es decir, la edad está en el corazón más que en el DNI.
Este concepto es empleado en las Institutos de mercado que observan que los mayores de hoy son una población que consume productos como ropa, cosmética, libros, cultura en general, son asiduos de las Agencias de viajes y son activos buscadores de cursos, nuevas aficiones como la pintura o la arqueología, y tienen una mejor formación que nuestros antepasados.
Implica todo esto un cambio de paradigma en la concepción social y cultural de la vejez. Actualmente los adultos mayores viven con menos prejuicios, en un tiempo abierto, en el cual se vive más saludablemente, en mejores condiciones económicas y con unas expectativas nuevas que no son ya las de antes, donde una persona mayor se limitaba a esperar resignadamente la muerte. Como escribió José Saramago en su poema “Mañana es la única utopía”: “¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa! / Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento”.
Actrices mayores
Hace unas décadas las mujeres mayores apenas aparecían en la gran pantalla salvo para hacer el papel de abuelas o amas de compañía y poco más. Pero en los últimos tiempos ha proliferado la aparición de actores y actrices mayores en el cine, en papeles protagonistas. Papeles activos, divertidos, a veces belicosos, etc.
En la entrega de hoy son, concretamente, cuatro grandes mujeres las que se lucen y nos hacen reír en sendas comedias alegres y de amor: Jane Fonda, Diane Keaton, Candice Bergen y Mary Steenburgen.
Me voy a referir a: Book Club – Ahora Italia (2023); y Book Club (2018).
BOOK CLUB – AHORA ITALIA (2023). Película cuyo peso específico reside en poder ver a estas cuatro grandes actrices: la Keaton, J. Fonda, C. Bergen y la Steenburgen, que merecen nuestro respeto y admiración y que protagonizan esta cinta sobre la fiesta y el turismo en la edad adulta mayor. Película simpática, alegre, con algunos gags resultones, sin la que la cosa vaya a mayores (nunca mejor dicho).
Ellas, su presencia, su aura, su carisma son lo más destacable en esta apuesta por el optimismo irreflexivo. Cuatro amigas decididas a ser felices, que corren en pos de la alegría y del vino, puede que demasiado vino…
Seguimos a cuatro viejas amigas norteamericanas y en buena posición, a un viaje a Italia que incluye Roma, Venecia y la Toscana. Es un viaje para celebrar la despedida de soltera de una de ellas (Fonda), que ha decidido, a la vejez, contraer matrimonio. Se lanzan con gran ánimo, deseos y esperanza por los caminos mediterráneos.
Pretende ser un festivo periplo y puede que para muchos espectadores también lo sea. A lo largo del recorrido les pasa de todo, en un viaje del que antes no pudieron disfrutar. Maravillosos paisajes, buena onda y chistes a gogó.
Dirige Bill Holderman esta cinta con profesionalidad y lucimiento de las señoras. Tiene un guion trivial, como tiene que ser en este tipo de obritas, del propio Holderman junto a Erin Simms. Música chispeante de Tom Howe y una bonita fotografía de Andrew Dunn.
En el reparto, además de las actrices mencionadas intervienen igualmente varones reputados (¡qué bueno que los actores mayores varones tengan también opciones de trabajo!): Andy García, Don Johnson, Craig T. Neelson, Giancarlo Giannini o Hugh Quarshie, entre otros, nada más y nada menos.
Pero, aviso, para algún espectador exigente la cinta puede resultar insustancial, aburrida por momentos, con un humor simplex. Aún así yo la salvo como comedia alborozada que rescata a estas estrellas consagradas, y obvio los excesos y la edulcorada elaboración.
Lo mejor: poner en valor a actrices de mayores a muy mayores que forman parte ya de la historia del cine hollywoodiense. Si hubiera que elegir entre las cuatro, me quedo con el trabajo de Candice Bergen.
BOOK CLUB (2018). La trama de este filme es resultante de la lectura, por parte de las cuatro amigas mayorcitas (de nuevo Keaton, Fonda, Bergen y Steenburgen), de la novela erótica “Las cincuenta sombras de Grey”, en su mensual club de lectura.
Se trata de una novela erótica de la autora británica E. L. James del año 2011, que luego daría lugar a seis entregas más. Describe la relación entre una recién graduada de la universidad y un joven magnate de los negocios. Se destaca por sus escenas explícitamente eróticas, con prácticas sexuales que incluyen: “bondage”! o inmovilizar al partenaire / disciplina, dominación / sumisión y sadismo / masoquismo, etc.
El contenido del libro es sexo loco y atrevido, situaciones eróticas intrépidas y otros aspectos bastante fuertes y desconocidos para las señoras del filme, lo que hace que estas se pongan manos a la obra para emular de alguna manera tan gratas sugerencias.
Bill Holderman dirigió también esta cinta con un guion irregular y poco virtuoso de su autoría, junto a Erin Simms, también. Música resultona de Peter Nashel y una esplendente fotografía de Andrew Dunn.
Entre los actores también mayores están, para solaz de las damas todas, las metidas en años y las no tanto, de nuevo Andy García, Don Johnson, Craig T. Neelson, Richard Dreyfuss o Ed Begley; y hay algunos más.
De las partes más notables están las conversaciones satíricas sobre la vejez y la decadencia del cuerpo; y mayormente un homenaje a las cuatro grandes actrices, entre las cuales se puede sacar mucho Oscar o Bafta y todo eso. La calidad de las señoras está por encima de la propia película, que deviene versión light y gerontofilia de sexo en Nueva York.
Es a la vez romántica, comedia, bufonada, feminista y cualquier cosa imaginable. Puede que funcione para un sector de público, pero no deja de ser peli de medianía para abajo.
El humor es dudoso, la trama dispersa y el resultado va de lo fastidioso a lo desconcertante. Pero ellas, per se, sensacionales, lo valen.