De unos meses a acá, la ciudad de El Puerto de Santa María ha ‘disfrutado’ de toda clase de cabalgatas para disfrute de todos, algunas ciertamente surrealistas, otras navideñas y carnavalescas, pero hete aquí que, tras la fiesta de don Carnal, doña Cuaresma nos obsequia con un espectáculo de montañas de basura con un recorrido bastante amplio por la ciudad, y no de agradable olor a incienso precisamente.
Y es que, de nuevo, por enésima vez, las desavenencias entre trabajadores y empresa del servicio de limpieza derivan en otro ‘conflicto basuril’ más donde los grandes perjudicados son los ciudadanos y las calles que lucen una cochambre jamás vista.
Lejos de debatir en estas líneas acerca de la profesionalidad de trabajadores, prerrogativas privilegiadas, ausencia de compromiso de empresa y nula sensatez existente entre quienes deben arreglar el asunto, sorprende la inacción del Consistorio por mediar en un problema que ya dura diez días. Demasiado tiempo ya, oiga. Aquí nadie mueve un dedo ni da un puñetazo sobre la mesa… ¿Tan difícil es llegar a un consenso?
La fractura viene de lejos, quizás desde el primer momento en que salió a concurso el servicio de recogida de residuos y limpieza viaria, siendo actualmente el ‘gigante’ Fomento de Construcciones y Contratas y su canon anual los encargados de mantener la ciudad limpia y escamondá... Ja.
La cosa está realmente malita con esta huelga que parece no tener fin y adquieren un cariz preocupante aspectos como la salubridad e higiene, mientras tanto la suciedad, el churrete, y los desperdicios campan a doquier por el callejero portuense ante los ojos y narices de atónitos ciudadanos y turistas. Demasiada faena luego para Míster Proper porque se supone que esto algún día tendrá que ser retirado... ¿O no señores?
El asunto ya se pasa tres pueblos, no es de recibo, por tanto flexibilicen posturas, háganlo por una ciudad que no se merece semejante traición. Y a usted y a mí, que nos devuelvan de nuestros impuestos lo que se paga por un servicio que no se presta porque ya basta de tanta tomadura de pelo.