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| Encendido 2 años hace

Amanecer

Por J. Joaquín García-Romeu
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Mis pasos me llevaron hacia la estación, allí, y pasando bajo el puente tomé el camino del viejo matadero, el Sol, a esas horas no había salido aún, pero le quedaba poco.

Pasando el viejo y bello edificio, tomé la senda de los esteros, escoltado por el armazón del puente me paré, recto o a la izquierda, ir o venir.

Casi sin pensarlo tomé el camino de la izquierda, temeroso de que los pasos de las presas de los esteros aún estuvieran carcomidos y huérfanos de tablazón. Aun así, el despuntar del alba, cuando ya mis pies pisaron el sendero me hicieron armarme del valor que no tenía e iniciar la aventura.

Aquella parte de El Puerto, salvaje y desconocida para la inmensa mayoría comenzaba a teñirse de luz. Las negras aguas, las siniestras retamas, el sinuoso camino, todo, junto con el Sol, comenzaron a adueñarse de  un paisaje casi virgen.

Frente a mí, que avanzada cuidadoso, se me iluminó la cara con la gran esfera naranja que comenzaba a saludarme. El agua se torno de un azul plata precioso, suave y sinuoso, apenas mecido por la ligera brisa que movía el húmedo verdor de una vegetación que tapizaba las lindes del camino, un camino que se adentraba en los esteros que acompañaban al Guadalete, y que a mi derecha se abrían buscando los brazos que abrazaban al puerto desde la Bahía.

La enorme esfera se alejaba de mi horizonte buscando los cielos, y su, aún, color rojizo encendió la enorme extensión en donde unos enormes pájaros de largas patas alzaban la cabeza para dejarse teñir por los colores del amanecer.

Me detuve, y no porque me detuviera aquel paso carcomido, y que me obligaba a cruzar sobre una podrida viga de hierro, no por el hermoso recodo, que a mi izquierda se perdía buscando la sierra; tampoco por las pirámides de blanca pureza que se dibujaban en el horizonte bañadas de sol; me detenía, casi sin poder moverme, y solo por una razón: el hermoso espectáculo de aquel amanecer en los esteros.

J. Joaquín García-Romeu

J. Joaquín García-Romeu, nacido en Cádiz, es licenciado en Derecho por la Universidad de Cádiz. Ejerce como abogado en la localidad de El Puerto de Santa María y en Sevilla, actividad que compagina desde los años 90 con colaboraciones en el mundo de la prensa y con la publicación de libros como 'La última negra' (Ediciones Atlantis) en 2018.