Noche del mejor pop español de los 80 en DSOKO con Mikel Erentxun y sus 35 años de carrera reflejados en su último álbum “Amigos de guardia”. El donostiarra -un asiduo por estas tierras, concretamente en Sala Milwaukee-, es, junto con Santiago Auserón, de Radio Futura, uno de esos cantautores que han logrado sobrevivir al éxito de su banda, reinventándose y componiendo excelentes canciones que para nada desmerecen de aquellos grandes temas que tocara junto con Diego Vasallo en Duncan Dhu.
Y es que la gloria juvenil y el exceso de los ochenta ya quedaron atrás, sin embargo el confinamiento y el problema en el corazón que le cambió la vida lograron completar el talento de un artista que sabe mucho de este oficio. Aparte de su resiliencia ante las adversidades de la vida, es destacable comprobar como sigue escribiendo grandes letras, creciendo en creatividad sin cansarse nunca de furgonetas, carreteras, noches fuera de casa o entrevistas, y lo que es más importante, sin caer nunca en parecer una caricatura de lo que una vez fue.
Después de unos minutos de retraso sobre la hora prevista, con camisa roja y sombrero aparece en escena Erentxun y sus banda, acompañados de Paco Loco a la guitarra eléctrica y dispuestos a desgranar lo mejor de su fructuosa etapa anterior y la actual. Suena “En medio del puente”, a mi parecer, una de las mejores letras que ha escrito en mucho tiempo: “En medio del puente, vuelvo a nacer y la corriente, se ha de llevar al hombre corriente, que alimenté durante años, fue mi perdición me deshago de este lastre”. Extraordinaria. “Cicatrices” tampoco se queda atrás en lirismo, otra bella canción donde se demuestra que su voz no ha perdido un ápice de calidad, la sigue conservando clara y melosa.
Suena el tema “Veneno”, que en el disco es cantada junto a Bunbury, lástima no hubiese aparecido por sorpresa sobre el escenario pero es que el otrora héroe del silencio es alguien muy complicado de ver por aquí aun teniendo casa en El Puerto. Hora de los Duncan Dhu, sale Paco Loco de la escena y entra el clásico “No puedo evitar (pensar en ti)”. Aplausos entre el público con los acordes de “Entre salitre y sudor”. Vuelve Paco, vuelve el rock, con temas de su carrera en solitario como “El hombre que hay en mí” y el cañero “Corazones”, con gran riff de guitarra final. “¿Quién se acuerda de tí?” nos muestra a Mikel al piano para luego retomar los grandes éxitos que sonaron realmente bien. Mejoradas me parecieron melodías como “Esos ojos negros”, donde llega a desmelenarse, quitarse el sombrero y aporrerar el piano a lo Jerry Lee Lewis. Un espéctaculo. “Ángel en llamas”, otra gran canción sin duda, hizo que la gente pidiera más todavía. Agur ya? No, queremos otra. Así fue, cayeron unas pocas más como la versión del tema “Cómo quieres ser mi amiga”, del tristemente desaparecido Pau Donés.
Los populares “En algún lugar” y “Cien gaviotas” hicieron levantarse de sus asientos a quienes siguen a este hombre desde sus inicios en la música, poniendo el broche “Jardín de rosas”, o lo que es lo mismo, la adaptación al castellano que hicieron los Duncan del tema “Rose Garden”, de la cantante estadounidense Lynn Anderson.
Ezkerrik asko, Mikel. El panorama musical actual necesita de gente como tú, todo un ejemplo de superación. Porque aquel chico que llegó a Madrid desde San Sebastián con sólo 19 años, logró saborear las mieles del éxito pero también tuvo luego que enfrentarse a la caída, aprender a respirar y a practicar meditación. Encontrar a esas “cien gaviotas” de la canción no resulta fácil, puede ser algo metafórico, pero aquí, donde el viento suele soplar más de lo normal, mira hacia lo lejos y verás como sus alas a volar volverán.